Los atletas nacen marcados por la herencia
Los experimentos para tratar de procrear genios con la uni¨®n de hombres y mujeres dotados de inteligencias privilegiadas son un hecho en la actualidad. A nivel deportivo, la pregunta de si el atleta nace, a trav¨¦s de la herencia, o se hace, por la preparaci¨®n posterior, tiene una contestaci¨®n cient¨ªfica clara: el entrenamiento, por muy intenso que sea, no puede contribuir al desarrollo funcional, por encima de los l¨ªmites que establece la gen¨¦tica del individuo. Y dicha gen¨¦tica, como en el caso de los famosos nadadores de la RDA Kornella Ender y Roland Matthes, casados despu¨¦s de los Juegos Ol¨ªmpicos de Montreal, no implica que genios sean herederos directos de genios. El medio ambiente en que se desarrollen, en cambio, influir¨¢ m¨¢s.
Los intentos del hombre para aprovechar las capacidades de sus predecesores a trav¨¦s de la herencia no son nuevos. Aunque el tema sea complicado, raye en la aberraci¨®n y sea comparable al racismo hitleriano o a los cruces de las distintas razas de animales para mejorar o modificar las especies, te¨®ricamente es posible. Bastar¨ªa con escoger en el individuo c¨¦lulas todav¨ªa no ?especializadas? y sacar la informaci¨®n gen¨¦tica que contiene su n¨²cleo. En la mujer elegida se provocar¨ªa una ?sobreovulaci¨®n? por medio de hormonas y se tomar¨ªan los ¨®vulos. A continuaci¨®n, se destruiria por irradiaci¨®n la informaci¨®n o n¨²cleo de esos ¨®vulos y se inyectar¨ªa la informaci¨®n gen¨¦tica de los n¨²cleos escogidos en el individuo en los ¨®vulos receptores. Por ¨²ltimo, se colocar¨ªa el ?huevo? as¨ª conseguido en el ¨²tero de una mujer nodriza preparada debidamente por medio de hormonas para un embarazo. Todo esto, para conseguir deportistas de elite, parecer¨ªa a¨²n m¨¢s aberrante y hasta ut¨®pico.En cualquier caso, sin llegar a estos experimentos, s¨ª parece claro que la herencia normal determina ciertas caracter¨ªsticas f¨ªsicas, y ejemplo de ello pueden ser etnias africanas como los pigmeos, por lo bajos, o los wattusi, por lo altos. Sin embargo, no est¨¢ demostrado, a nivel estrictamente deportivo, que un ni?o nacido de atletas importantes deba ?obligatoriamente? ser un gran atleta. El hijo de Paco Goyoaga y Paula Elizalde, Curro Goyoaga, es ya un magn¨ªfico jinete, y podr¨ªa ser un ejemplo. Ser¨ªa curioso tambi¨¦n comprobar si la descendencia de Luis Hern¨¢ndez e Isabel Mendiz¨¢bal -hermana de Susana, la gran gimnasta r¨ªtmica-, ambos muchas veces internacionales de voleibol, llegar¨¢ a destacar en el futuro. Si lo hace m¨¢s bien ser¨¢ por el ambiente en que viva, seg¨²n se ha podido comprobar cient¨ªficamente en otros ejemplos.
Genes buenos y malos
Cuando tras los Juegos Ol¨ªmpicos de Montreal se anunci¨® la boda de dos de los m¨¢s grandes nadadores de todos los tiempos. Kornelia Ender -especialista en libre y mariposa- y Roland Matthes -espalda-, muchas veces campeones Ol¨ªmpicos, europeos y poseedores de r¨¦cords, se pudo pensar que, sus hijos ser¨ªan, ?con seguridad?, figuras de la nataci¨®n. Pero esto no ser¨¢ as¨ª, salvo que la ?selecci¨®n? siguiera durante varias generaciones, como parece lleva a cabo la RDA en sus planteamientos deportivos. En su caso, todav¨ªa reciente, no habr¨¢n podido evitar que alguno de sus padres o abuelos, cuyos genes tambi¨¦n transmitir¨¢n, hayan sido f¨ªsicamente poco favorecidos y nada deportistas.La discutible soluci¨®n cient¨ªfica a corto plazo, que ya se ha hecho en animales, ser¨ªa destruir los genes ?malos? y sustituirlos por otros ?buenos? para asegurar as¨ª un descendiente campe¨®n. Se tratar¨ªa de una intervenci¨®n sobre el programa gen¨¦tico de los individuos, cosa que actualmente se estudia para prevenir problemas de subnormalidad. De los varios miles de genes existentes se conocen algunos centenares que provocan las enfermedades. Aplicar esto al deporte, por muchos intereses que est¨¦n implicados, no parece factible por ahora. Otra de las soluciones ser¨ªa el injerto nuclear, que, permite fabricar gemelos desde un modelo. Este experimento, a¨²n m¨¢s refinado, se viene realizando con ratones y otros animales desde 1955. Pero se podr¨ªa aplicar al hombre perfectamente.
La realidad actual, sin embargo, como en el caso de Curro Goyoaga, o en el del atleta franc¨¦s Philippe Houvion, una de las grandes figuras de la p¨¦rtiga actual -lleg¨® a tener el r¨¦cord mundial antes de los Juegos de Mosc¨²-, y su padre -tambi¨¦n entrenador-, Maurice Houvion, fue el mejor saltador franc¨¦s muchos a?os, es que la saga Matthers Ender podr¨¢ destacar m¨¢s por las influencias familiares que quiz¨¢ por sus cualidades intr¨ªnsecas. La manipulaci¨®n gen¨¦tica ahora es impensable. De todas formas, como el propio Houvion padre ha declarado, ser¨ªa contraproducente ?empujar? en un sentido a los hijos. Siempre es mejor ?crear la pasi¨®n, sin forzar?.
Estudios sobre gemelos
Unos estudios sobre doscientas parejas de gemelos hechas por el doctor Vassilis Klissouras, profesor de origen griego de fisiolog¨ªa y educaci¨®n f¨ªsica de la Universidad Mc Gill, de Montreal, confirmaron que el entrenamiento puede aumentar la capacidad del individuo, pero solamente dentro de los l¨ªmites de su constituci¨®n gen¨¦tica. En 1968, el doctor Klissouras decidi¨® estudiar el tema precisamente en gemelos, pues, al tener la misma constituci¨®n gen¨¦tica, cualquier diferencia entre ellos podr¨ªa atribuirse a elementos no hereditarios. Realiz¨® los trabajos con gemelos id¨¦nticos -procedentes del mismo ¨®vulo fecundado- y con otros no id¨¦nticos -nacidos de dos ¨®vulos-. Estos ¨²ltimos, gemelos biovulares, tienen diferentes genotipos y pueden considerarse hermanos de la misma edad. Fueron estudios previos a que los individuos estuviesen entrenados.En las pruebas de absorci¨®n de ox¨ªgeno -con ejercicios de bicicleta y cinta sin fin- las diferencias entre los gemelos id¨¦nticos resultaron m¨ªnimas, por lo que la conclusi¨®n fue que la herencia explica casi totalmente sus respectivas capacidades funcionales. El que m¨¢s ox¨ªgeno absorbe por kilogramo de peso, mejor constituci¨®n atl¨¦tica posee. En los casos de gemelos no id¨¦nticos las diferencias de absorci¨®n fueron mucho mayores, por lo que el doctor Klissouras, al haber efectuado sus experimentos; con j¨®venes entre siete y trece a?os, trat¨® de comprobar que los resultados no hab¨ªan sido debidos a. las circunstancias ambientales o de edad. Sin embargo, estudios posteriores en nuevas parejas de edades hasta 52 a?os, confirmaron lo anterior.
M¨¢s tarde, la prueba crucial sobre los efectos del entrenamiento, reafirni¨® que ¨¦stos no pueden superar los limites hereditarios. Aunque uno de los gemelos, entrenado durante a?o y medio, alcanz¨® una absorci¨®n de ox¨ªgeno mucho mayor que la del no entrenado, no consigui¨® sobrepasar la media de los hombres sin entrenamiento de su misma edad. Ello demostr¨® que no todos los hombres, procedarnos de donde procedamos, tenernos el ?material? gen¨¦tico apropiado para ser atletas de calidad superior. El entrenamiento no es que no sirva para nada, sino s¨®lo para alcanzar el rendimiento m¨¢ximo que permitan nuestros genes. Por todo ello, los pa¨ªses que intentan fabricar atletas de ?laboratorio?, como la RDA, seleccionan sobre ?lo nacido? dedicando cada ni?o al deporte en el cual pueda tener mayores posibilidades. Resulta innegable, por ejemplo, que por su h¨¢bitat, grandes zonas de Africa ?dan? corredores de fondo, pero ello se ha producido despu¨¦s de rnuchas generaciones. Experimentos de discutible valor ¨¦tico y moral, riaturalmente, aparte.
M¨²sculos decisivos
Por otro lado, pasando ya a casos concretos, poco se podr¨ªa hacer de un atleta si su coraz¨®n, sus pulmones u otros ¨®raar¨ªos son apropiados para los esfuerzos, pero no as¨ª sus m¨²sculos. Conseguir una plusmarca depende de muchos factores, pero uno de los m¨¢s importantes es la distribuci¨®n de las fibras musculares en el individuo. Normalmente cada persona posee el 50% de fibras denominadas de contracci¨®n lenta y otro 50% de contracci¨®n r¨¢pida. Las primeras, de rrienor potencia ?instant¨¢nea?, pueden sostener, en cambio, esfuerzos m¨¢s largos. Las segundas son capaces de producir esfuerzos intensos., pero breves. As¨ª pues, es norma.l que los corredores de fondo, los inaratonianos, lleguen a tener hasta un 80% de fibras de contracci¨®n lenta y, en cambio, los velocistas, el 75 % de las r¨¢pidas.El hecho importante, y otro dato m¨¢s para confirmar que el entrenamiento no puede cambi.ar la gen¨¦tica del individuo, es que la cantidad de fibras de contracci¨®n r¨¢pida o lenta nacen con la persona y ¨²nicamente es factible convertir las primeras en segundas, pero no al rev¨¦s. Es decir, sin llegar a un cambio total, un velocista podr¨ªa, te¨®ricamente, llegar a convertirse en un marateniano, pero un corredor de fondo jam¨¢s ser¨ªa un sprinter. Seg¨²n esto, la verdadera cal?dad del atleta, por su selectividad, estar¨ªa en los grandes ?reyes de la velocidad?. De hecho, el decatl¨®n, prueba del atleta completo, s¨®lo incluye en su programa una de medio fondo, los 1.500 metros.
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