Afortunado empate del Atl¨¦tico, en Salamanca
Un fallo garrafal de D'Alessandro permiti¨® al l¨ªder Atl¨¦tico de Madrid no perder en el campo del colista Salamanca. Tambi¨¦n es verdad que el gol charro se produjo tras un fallo no menos estrepitoso de Ruiz, pero el equipo rojiblanco sali¨® favorecido en esta balanza de la suerte, porque Aguinaga vio c¨®mo, en dos ocasiones, el bal¨®n fue rechazado por el poste. Y es que el Salamanca busc¨® el gol con mayor intensidad que su rival. Una circunstancia favorable presentaba cada equipo en el partido de el Hem¨¢ntico. Los locales estrenaban nuevo entrenador, aunque provisional por carecer de t¨ªtulo, lo que, por tradici¨®n, supone la victoria. Los visitantes llevaban un entrenador, Garc¨ªa Traid, que se conoc¨ªa al dedillo a la plantilla contraria, porque por algo la hab¨ªa realizado ¨¦l. El desenlace fue que el Salamanca jug¨® el mejor partido en lo que va de Liga, y el Atl¨¦tico el peor. El empate, pues, signific¨® un buen resultado para este equipo, que s¨®lo busc¨® la victoria al final, obligado por los cambios efectuados por Garc¨ªa Traid cuando iba perdiendo, al disponer sobre el campo cuatro puntas.Anticipaci¨®n en la jugada fue la gran virtud del Salamanca en la primera parte, suficiente como para atemorizar a un l¨ªder conformista y algo relajado por el empate, que dej¨® amplios pasillos en el centro del campo para las penetraciones de Enrique. La presi¨®n sobre el portal atl¨¦tico se acentu¨® cuando, a los nueve minutos, B¨¢ez lanz¨® una falta, y la madera rechaz¨® el bal¨®n ante la absoluta pasividad del meta. Fueron veinte minutos de agobio, en los que Ito, una figura de diecinueve a?os, desconcert¨® a la defensa, que no tuvo m¨¢s soluci¨®n que recurrir a los despejes sin contemplaciones. No hubo, sin embargo,, ocasiones de gol claras en este per¨ªodo, pero si alg¨²n guardameta tuvo que estirarse, ¨¦ste fue D'Alessandro para atajar un disparo de Leal, porque el Atl¨¦tico lo que s¨ª hizo bien fue tirar a puerta en cuantas ocasiones se acerc¨® al ¨¢rea contraria.
El gol del Salamanca lleg¨® tras un previo aviso nada m¨¢s salir al campo Teixid¨®, que lleg¨® franco hasta el ¨¢rea peque?a y dispar¨® alto. Esta vez, la falta de contundencia en la defensa rojiblanca permiti¨® la penetraci¨®n del jugador contrario, y un minuto despu¨¦s facilit¨® el gol de B¨¢ez. No le supuso gran esfuerzo al Atl¨¦tico imponer de nuevo la igualada en el marcador, porque D'Alessandro compens¨® con creces el fallo de Ruiz. Eran los momentos en que el l¨ªder, por primera vez, jug¨® claramente al ataque, al salir dos hombres de juego ofensivo, Bermejo y Rub¨¦n Cano, lo que determin¨® que Quique pasara a ser lateral defensivo, marcando con mayor eficacia a Ito que Julio Alberto. No obstante, el empate debi¨® de producirse antes, cuando Dirceu coloc¨® el bal¨®n a Cabrera de tal manera que lo dif¨ªcil era no marcar.
Con el empate, el equipo que m¨¢s atac¨® fue el Atl¨¦tico. La fuerza f¨ªsica de sus jugadores era muy superior, pero no acert¨® a jugar con serenidad ni por las alas. Le falt¨® presencia para dar el golpe final. Domin¨®, pero sin mayor peligro que el que supon¨ªa mantener cuatro jugadores en punta y que los hombres de medio campo atravesaran la parte central, apenas sin oposici¨®n, pues a la hora de jugar el bal¨®n en el ¨¢rea se perd¨ªa toda inspiraci¨®n. Sin embargo, con el Salamanca roto, desmoralizado y dominado, tuvo la suerte de cara porque la defensa, muy adelantada, perdi¨®, colocaci¨®n.
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