El PC italiano, enfrentado abiertamente a la Democracia Cristiana
Desde las zonas del terremoto se ha puesto en marcha una triste e inevitable caravana de gente que huye aterrorizada como bajo el peso de un maldito ¨¦xodo b¨ªblico. La tierra sigue temblando, y los vivos con los nervios rotos ya se espantan a pesar de que se les dice que se trata de temblores de consolidaci¨®n del se¨ªsmo. Ayer mismo, en la ciudad de N¨¢poles, una sacudida de s¨¦ptimo grado volvi¨® a arrojar a la calle a cientos de miles de personas que volvieron a dormir al raso, bajo la lluvia, y junto con el miedo de las sacudidas se va agudizando el otro terremoto: el pol¨ªtico.
La parte m¨¢s conservadora de la Democracia Cristiana, que ha sido durante treinta a?os due?a absoluta del sureste italiano, martirizado por terremotos de todo tipo, se esfuerza ahora por capitalizar de nuevo, sin sonrojarse, la reconstrucci¨®n. Es el viejo pecado del Sur de aprovecharlo todo, hasta la muerte y el dolor, para asegurarse votos electorales bajo la perversa costumbre del ?clientelismo pol¨ªtico?. Los comunistas esta vez est¨¢n dispuestos a poner toda la carne en el asador para que no se oculten los gestos de desverg¨¹enza pol¨ªtica y de aut¨¦ntico pillaje que se est¨¢n cometiendo en el coraz¨®n del terremoto.Hay como una pugna entre las fuerzas conservadoras para que se hable lo menos posible del terremoto, tanto f¨ªsico como pol¨ªtico, y el partido comunista, con el gran viraje que acaba de dar, no est¨¢ dispuesto a que se desaproveche esta ocasi¨®n extraordinaria que ha sacudido, emocional y pol¨ªticamente, al pa¨ªs para que ?algo cambie por fin radicalmente?.
Los conservadores no dejan de destacar que ha sido algo m¨¢s que una casualidad el que Enrico Berlinguer haya escogido la ciudad de Salerno para anunciar el cambio de su partido, que ha anunciado el abandono del ?compromiso hist¨®rico? y ha propuesto una ?alternativa democr¨¢tica? al Gobierno, centrado desde hace m¨¢s de treinta a?os sobre el poder casi absoluto de la Democracia Cristiana. Hab¨ªa sido precisamente en Salerno donde Togliatti, en 1948, despu¨¦s de que la Democracia Cristiana de De Gasperi echara del Gobierno al partido comunista, anunci¨® que su partido se presentaba al pa¨ªs como partido de oposici¨®n y de alternativa de Gobierno.
Tambi¨¦n en este momento, el partido comunista, que es el segundo partido del pa¨ªs por el n¨²mero de votos, ante la comprobaci¨®n de la ineficiencia del poder democristiano revelado dram¨¢ticamente ante la enorme la tragedia del terremoto, ha tomado la decisi¨®n de abandonar su antigua teor¨ªa de un pacto de Gobierno coca la Democracia Cristiana para proponer una alternativa ?sin la DC?, lo cual no excluye, ha dicho Berlinguer, que en un futuro Gobierno sin la Democracia Cristiana puedan existir a t¨ªtulo personal hombres de aquel partido ?que sean honrados a la luz del sol?.
El poder y la corrupci¨®n
Por lo que se refiere a la Democracia Cristiana, mientras la parte conservadora ha visto como una aut¨¦ntica ?provocaci¨®n? y ?especulaci¨®n? el cambio de ruta del partido comunista, algunos exponentes de la izquierda democristiana, como Giovanni Galloni, del grupo Zaccagnini, han considerado muy importante la resoluci¨®n comunista en el sentido que la Democracia Cristiana se puede salvar s¨®lo ?eliminando los grupos internos?, causa de la mayor parte de las corrupciones, y dando gestos externos y visibles de ?limpieza moral?.Y por lo que se refiere, al terremoto, la pol¨¦mica m¨¢s dura entre el partido comunista y la Democracia Cristiana se refiere a la evacuaci¨®n de los miles de afectados por el terremoto. Corre prisa evacuar aquellas zonas, porque el peligro de infecci¨®n y de muertes por fr¨ªo es real. Pero el partido comunista teme que esta gente pueda ser, alejada definitivamente de sus ra¨ªces, de su cultura, de sus muertos. Estas gentes resisten, y algunos hubieran preferido morir antes que irse. Por eso se pide que se les lleve lo m¨¢s cerca posible, que se les construyan en seguida casas prefabricadas para que vuelvan cerca de sus tierras mientras se les construyen sus casas definitivas, y que no se les ofenda una vez m¨¢s en su dignidad de personas, que se les ahorre un nuevo terremoto en sus almas de labradores pobres.
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