La ley de Autonom¨ªa Universitaria

El editorial de EL PAIS del domingo 7 de diciembre alude a una supuesta ?ofensiva desencadenada en el grupo centrista contra la ley de Autonom¨ªa Universitaria y la ley de Divorcio, dos proyectos propiciados por el sector que encabeza el actual ministro de Justicia y combatidos por los sectores neoconfesionales y conservadores del centrismo?. No explica, sin embargo, el editorialista en qu¨¦ consiste la supuesta ofensiva.Tampoco la explicaba mi buen amigo Carlos Moya, decano de la facultad de Ciencias Pol¨ªticas y Sociolog¨ªa de la Universidad Complutense de Madrid, en su art¨ªculo La cuesti¨®n universitaria y el nacionalcatolicismo, que public¨® este peri¨®dico el s¨¢bado d¨ªa 6. Seg¨²n Moya -que no intent¨® siquiera razonarlo ni probarlo-, un conjunto de ?buenos chicos de colegio de pago? que constituyen uria ?beat¨ªfica generaci¨®n de se?oritos?, est¨¢ centrada ahora mismo en la ?liquidaci¨®n de Su¨¢rez y la eliminaci¨®n de los m¨ªnimos signos de ilustraci¨®n secular? que suponen ?los proyectos legislativos de los ministros socialdem¨®cratas ? Gonz¨¢lez Seara y Fern¨¢ndez Ord¨®?ez.

Soy viejo amigo de ambos, as¨ª como de Cavero, en cuyas etapas de ministro de Educaci¨®n y luego de Justicia se inici¨® la redacci¨®n de los proyectos de ley de autonom¨ªa universitaria y sobre el divorcio. Cuando se apruebe pr¨®ximamente esta ¨²ltima ley, ya se ver¨¢ en qu¨¦ ha quedado la imaginaria ofensiva contra ella de que ahora se habla..

Por lo que se refiere a la LAU, su texto fue discutido, como es sabido, hace unos d¨ªas en el seno del Grupo Parlamentario Centrista. Esto no deber¨ªa sorprender a ning¨²n dem¨®crata, y a m¨ª me repugna la idea de que, por haber deliberado los diputados de ese grupo acerca de una ley tan importante, pueda sacarse la conclusi¨®n de que se est¨¢ atacando al presidente del partido y del Gobierno y al ministro que present¨® el proyecto al Congreso.

Veamos cu¨¢les fueron tres de las cuestiones que se examinaron, entre otras muchas, en aquella reuni¨®n:

Primera. Naturaleza de las universidades privadas. Yo fui uno de los diputados que nos opusimos a que en la LAU se diga que desarrollan sus funciones como ?servicio p¨²blico?, porque lo hacen como un servicio esencial para la comunidad. Las universidades privadas no son entes p¨²blicos (Estado, comunidad aut¨®noma, provincia, municipio ... ), ¨²nicos que pueden ser titulares de un servicio p¨²blico. No son tampoco concesionarias de este servicio. El art¨ªculo 27 de nuestra constituci¨®n, en su p¨¢rrafo 6, reconoce a las personas f¨ªsicas y jur¨ªdicas la libertad de crear universidades. No se trata de una concesi¨®n, sino del reconocimiento de un derecho, y el que no sean, como la universidad estatal, un servicio p¨²blico, sino instituciones que prestan ese servicio esencial para la comunidad, no puede privarlas del derecho a ser subvencionadas, aunque ahora no sea posible hacerlo como corresponder¨ªa, porque la situaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs obliga a necesarias restricciones. Ocurre con las universidades privadas lo que con los peri¨®dicos: no son un servicio p¨²blico, pero corno prestan un servicio esencial para la comunidad, suelen recibir, en muchos pa¨ªses, subvenciones objetivamente determinadas para ayudarles a subsistir.

Segunda. Ense?anza en castellano. Otros parlamentarios discutieron la variaci¨®n introducida por la ponencia de la Comisi¨®n de Universidades en el art¨ªculo 8? del proyecto que hab¨ªa elaborado el Gobierno, cuya redacci¨®n era la siguiente:

?1. En ning¨²n caso podr¨¢ discriminarse directa ni indirectamente a profesores, alumnos y personal no docente, de nacionafidad espa?ola, por raz¨®n de la lengua o lugar de nacimiento.

2. Los estudiantes tienen derecho a recibir ense?anza y expresarse en la lengua oficial del Estado, sin perjuicio de las enser¨ªanzas que organicen las universidades en las dem¨¢s lenguas que tambi¨¦n sean oficiales en las comunidades aut¨®nomas respectivas?.

Pues bien, la ponencia suprime este p¨¢rrafo 2 por considerar que lo que en ¨¦l se aclara va impl¨ªcito en la redacci¨®n del p¨¢rrafo 1.

Posiblemente sea cierto, pero si la cosa queda m¨¢s clara con el p¨¢rrafo 2, no ser¨¦ yo quien considere absurda la pretensi¨®n de quienes piden que se mantenga. Y que conste que nadie me aventaja en el respeto a las lenguas que tambi¨¦n son oficiales en las comunidades aut¨®nomas.

Tercera. Composici¨®n de los claustros de la universidad y de las facultades, escuelas t¨¦cnicas superiores y escuelas universitarias, El proyecto del Gobierno se?alaba que el 60% de sus miembros debe ser doctores; seg¨²n la ponencia, basta con que sean profesores. La cuesti¨®n, desde el punto de vista de la valoraci¨®n de la cultura, no es balad¨ª. La variaci¨®n preocupa a muchos parlamentarios.

Creo que la simple indicaci¨®n de estas tres cuestiones demuestra que lo que ocupa nuestra atenci¨®n son concepciones pol¨ªticas y culturales de fondo, no fant¨¢sticas ofensivas contra nadie. Lo que en definitiva se decida no estar¨¢ vinculado a actitudes neoconfesionales, conservadoras o progresistas. Se trata, como es f¨¢cil de apreciar, de algo m¨¢s profundo. / Diputado de UCD por Madrid.