Tres versiones musicales de "Don Quijote"

Dos visiones espa?olas y una alemana de Don Quijote conformaron el ¨²ltimo concierto de la Nacional, dirigido por Antoni Ros Marb¨¢. Conocido y frecuentado el poema de Oscar Espl¨¢ Don Quijote velando las armas, era novedad el del mismo t¨ªtulo escrito por Gerardo Gombau en 1945. Ya es sabida la posterior evoluci¨®n del maestro salmantino que lleg¨® a situarse en un puesto preeminente de nuestra vanguardia, lo que no resta valor a este Quijote tradicional excelentemente planteado y desarrollado, en el que Gombau muestra una superior conducci¨®n sinf¨®nica y un tino extraordinario a la hora de orquestar. El ?hermano mayor con car¨¢cter retroactivo? de la generaci¨®n del cincuenta, y aun de la posterior, como lo calificara Luis de Pablo, fue un gran m¨²sico dentro de cualquier forma y tendencia.La interpretaci¨®n de Don Quijote -tan excelentemente llevado por Ros Marb¨¢, como el de Espl¨¢- no nos revela de volver a otras obras de Gombau, de cuya muerte se cumplir¨¢ un decenio el pr¨®ximo a?o.

Nada nuevo ha de decirse del Don Quijote de Strauss, que, con el Retablo de Falla, marca la cima de musicalizaci¨®n del mito cervantino. S¨ª que en Paul Tortelier tuvimos un solista absolutamente id¨®neo y excepcional. La belleza sonora, la elegancia de l¨ªnea, la imaginaci¨®n po¨¦tica de Tortelier aumentan la significaci¨®n quijotesca del idealista y descriptivo poema straussiano, cuya sorprendente orquesta se torna perfecto escenario para las aventuras de Don Tortelier de la Mancha, perfectamente asistido por otros dos personajes sonoros: el violinista V¨ªctor Mart¨ªn y la violista Pilar Westemeier.

El concepto de Ros Marb¨¢, tan ce?ido al del solista como que coincide con sus planteamientos b¨¢sicos, brill¨® una vez m¨¢s por su fuerza de evocaci¨®n y su calidad de sonido orquestal. Fue una tarde de triunfo redondo para todos.