Las Brigadas Rojas colocan al Gobierno italiano al borde de la crisis
El secuestro por las Brigadas Rojas de uno de los m¨¢ximos responsables del sistema penitenciario italiano, el magistrado Giovanni d'Urso, y la inestabilidad del Gobierno italiano tras los recientes esc¨¢ndalos pol¨ªticos y financieros registrado en el pa¨ªs colocan a Italia en una situaci¨®n de debilidad similar a la sufrida por la pol¨ªtica italiana durante el secuestro del l¨ªder de la Democracia Cristiana Aldo Moro. Las fuerzas pol¨ªticas, entre las que ya se vuelve a hablar de elecciones anticipadas, se han escindido a la hora de acometer el problema del secuestro, sobre la negociaci¨®n o la renuncia a establecer tratos con los captores, mientras ¨¦stos han anunciado que el magistrado comparecer¨¢ ante un ?tribunal proletario? y exigen el cierre de una c¨¢rcel antiterrorista de m¨¢xima seguridad.
El secuestro del magistrado Giovanni d'Urso, de 49 a?os, por parte de: las Brigadas Rojas ha empezado a replantear de nuevo el mismo problema que tanto enturbi¨® y dividi¨® las fuerzas pol¨ªticas italianas con motivo del secuestro de Aldo Moro, presidente de la Democracia Cristiana.Como entonces, se est¨¢n formando ya los dos grupos de antes quienes se oponen a todo tipo de negociaci¨®n con las Brigadas Rojas y piden, si acaso, nuevas leyes contra el terrorismo, y quienes piensan que lo m¨¢s importante es salvar la vida del magistrado y que basta con aplicar las leyes existentes sin necesidad de volver a recortar con nuevas leyes la libertad de los ciudadanos. En el primer grupo se encuentra, sobre todo, la Democracia Cristiana y el Partido Comunista, mientras en el segundo se sit¨²an el Partido Socialista y los movimientos de nueva izquierda.
Pero ahora el problema es m¨¢s grave porque el Partido Socialista est¨¢ dentro del Gobierno y no existe, como entonces, un Gobierno de ?solidaridad nacional? Si el partido de Craxi va a mantener, como ya ha declarado, la misma actitud de entonces, es muy f¨¢cil que deba enfrentarse con la Democracia Cristiana, mientras el Partido Comunista, que acaba de pedir un nuevo Gobierno ?sin la Democracia Cristiana?, se ver¨¢ obligado a rehacer en la pr¨¢ctica la pol¨ªtica del ?compromiso hist¨®rico?, ya que, como en los tiempos del secuestro de Moro, se pondr¨¢ al lado de la Dernocracia Cristiana contra los socialistas, en el partido de la llamada ? intransigencia ?.
Los observadores subrayaban ayer que, como en el caso Moro, es sintom¨¢tico que las Brigadas Rojas repiten el secuestro y el proceso pol¨ªtico a una alta personalidad del Estado, precisamente en el momento en que ?empezaba a existir una posibilidad de participaci¨®n de los comunistas en el Gobierno del pa¨ªs?.
En este clima de gran incertidumbre pol¨ªtica, la nueva ofensiva del terrorismo, que parec¨ªa duramente golpeado en los ¨²ltimos tiempos, ha vuelto a resucitar el fantasma de las ?elecciones anticipadas? como consecuencia a una posible nueva crisis ,
Como pasa siempre en esta cl¨¢sica liturgia italiana, en el mismo instante en que se presenta en el horizonte la posibilidad de una en¨¦sima consulta popular, todas las fuerzas pol¨ªticas la combaten a grandes gritos o mandan mensajes cifrados. Por ejemplo, los que menos temen las elecciones, como en este momento son los socialistas y comunistas, son quienes con mayor fuerza por en guardia contra dicha ?tentaci¨®n?, que es como decir: estar atentos porque unas elecciones, ahora, a nosotros no nos dan miedo.
Un s¨ªntoma claro tuvo lugar el domingo en Mantua, donde el p¨²blico estall¨® en un gran aplauso cuando el secretario general socialista, Bettino Craxi, hablando en contra de las elecciones, dijo: ?Los socialistas, sin embargo, estamos preparados para una consulta electoral?.
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