La sangre de san Pantale¨®n ha vuelto a coagularse al cabo de 16 meses
A mediados del pasado mes de octubre, las diecisiete monjas de clausura que habitan el monasterio de la Encarnaci¨®n observaron gozosas c¨®mo se dilu¨ªa una de sus mayores preocupaciones, al tiempo que se solidificaba, se coagulaba, la m¨¢s preciada de sus reliquias; la sangre de san Pantale¨®n, que, en contra de la tradici¨®n, permanec¨ªa licuada desde el 27 de julio de 1979, circunstancia que en el ¨¢nimo de las personas temerosas de Dios era interpretado como la se?al del advenimiento de grandes cat¨¢strofes. El 29 de noviembre, por se?alar una fecha concreta, sor Visitaci¨®n anunci¨® al padre Ayape, de los Agustinos Recoletos, que el milagro hab¨ªa vuelto a producirse, aunque en esta ocasi¨®n fuera con diecis¨¦is meses de retraso.
A primeros de agosto de 1979 (las noticias tardan en traspasar los muros de los conventos), un hecho singular constern¨® a los creyentes madrile?os y de todo el mundo: la sangre de san Pantale¨®n, que se venera en el convento de la Encarnaci¨®n desde 1616, no se hab¨ªa coagulado. San Pantale¨®n fue decapitado el 27 de julio del a?o 305, y parte de su sangre lleg¨®, despu¨¦s de m¨²ltiples avatares, a la localidad de Ravello, cerca de N¨¢poles, donde ha sido siempre muy venerada. por el famoso milagro de su licuaci¨®n y posterior coagulaci¨®n en las fecha de la muerte del santo. Desde hace 1.500 a?os, seg¨²n los expertos en estas materias, el 26 de julio, v¨ªspera del martirio, la sangre, una sustancia negra y reseca, comienza a licuarse, y el 27 es ya un l¨ªquido que parece sangre, y lo es para las personas que no necesitan de certificados cient¨ªficos. Al d¨ªa siguiente, el proceso es a la inversa, y la sangre se coagula de nuevo hasta el pr¨®ximo a?o.El 6 de noviembre de 1606, el papa Pablo V accedi¨® a la petici¨®n de Alfonso Pimentel, virrey de N¨¢poles, cuya ¨²nica hija hizo profesi¨®n de fe e ingres¨® en el convento de la Encarnaci¨®n, de la orden de las Agustinas Recoletas, en Madrid, y una peque?a parte de la sangre del santo se traslad¨® a nuestra ciudad. Desde entonces permanece en una ampolla de cristal, debajo de la cual se guarda un hueso peque?o, tambi¨¦n del santo, todo ello en el interior de un relicario de plata y cristal. La mayor¨ªa de las veces que la sangre no cumpli¨® su rito anual ha sido en fechas coincidentes con grandes cat¨¢strofes: en el inicio de las dos guerras mundiales y pocos d¨ªas antes de la guerra civil espa?ola, por poner unos ejemplos.
Centenares de cartas
Las monjas agustinas que custodian la reliquia se mostraron azarosas y preocupadas en el verano de 1979. Tambi¨¦n reacias a profe tizar que su no coagulaci¨®n presagiaba desastres inminentes, aun que nadie dejaba de recordar los nefastos antecedentes. Durante estos diecis¨¦is meses, tal como afirm¨® ayer a EL PAIS sor Visitaci¨®n, superiora del convento, no han dejado de recibir centenares de cartas de todas las latitudes del mundo (la fama del santo est¨¢ muy extendida), aunque las m¨¢s numerosas sean, l¨®gicamente, de Europa. Cartas que se preocupan por el retraso de la coagulaci¨®n, que piden estampas, oraciones, o que testifican un favor que les ha sido concedido por el santo en premio a la fe de los orantes.Sor Visitaci¨®n se encuentra en el locutorio separada de los periodistas por dos rejas situadas a unos sesenta cent¨ªmetros una de otra. No opone reparos a la entrevista, aunque pide con voz amable que no le hagan fotos. Es una mujer joven, de buen aspecto f¨ªsico y muy suave en sus maneras v su forma de hablar. Dirige la vida colectiva, am¨¦n de la suya, de las otras diecis¨¦is monjas de clausura -una de ellas est¨¢ ahora fuera por enfermedad- que habitan el convento, donde se guardan muchas y preciosas reliquias.
Una coagulaci¨®n muy lenta
Sor Visitaci¨®n se mostr¨® sorprendida de que se conociera la noticia e incluso su nombre, y hubo que explicarle que el padre Avape, a quien ella comunic¨® hace d¨ªas que la sangre del santo se hab¨ªa coagulado, hab¨ªa hecho unas declaraciones a la agencia Europa Press dando cuenta de que las cosas hab¨ªan vuelto a la normalidad.?Realmente la coagulaci¨®n no se ha producido en ninguna fecha concreta?, expuso sor Visitaci¨®n. ?A mediados de octubre observamos que la sangre comenzaba a presentar s¨ªntomas de coagulaci¨®n, muy lenta, y es s¨®lo desde hace unos d¨ªas cuando podemos afirmar que el proceso ha terminado. Estamos contentas de que esto haya ocurrido por fin?.
Ahora la redoma con la sangre coagulada permanece en su capilla a la espera de los pr¨®ximos 26 y 27 de julio, d¨ªas en que miles de fieles acudir¨¢n al convento a postrarse ante ella, y sor Visitaci¨®n conf¨ªa en que todo transcurra normalmente. Para los cient¨ªficos, el misterio de san Pantale¨®n y muchos otros similares contin¨²a si¨¦ndolo. La Iglesia no ha dado autorizaci¨®n a examinar espectrosc¨®picamente el l¨ªquido, sistema por el que no ser¨ªa necesario sacarlo de su ampolla. La ¨²nica hip¨®tesis l¨®gica manejada es que contenga alguna sustancia inestable, sensible a las variaciones de temperatura, que produjera su licuaci¨®n en los d¨ªas calurosos de julio. Eso no explica, sin embargo, que s¨®lo un d¨ªa m¨¢s tarde vuelva a su estado habitual de coagulaci¨®n ni por qu¨¦ ha estado durante diecis¨¦is meses en estado de fluidez.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.