Manuel Mind¨¢n: "Para Ortega, filosofar era una actividad est¨¦tica y placentera"

?Ortega pasar¨¢ a la historia como uno de los grandes fil¨®sofos culturalistas, vitales y art¨ªsticos para quien filosofar era una actividad est¨¦tica y placentera, por lo que no resulta extra?o que comparara el placer intelectual con el sexual, definiendo a aqu¨¦l como una s¨²bita descarga de emociones alusivas?, dijo Manuel Mind¨¢n, presidente de la Sociedad Espa?ola de Filosof¨ªa, en la inauguraci¨®n del ciclo que sobre el autor de La rebeli¨®n de las masas celebra desde el pasado lunes la citada entidad en el madrile?o Instituto Luis Vives. El cursillo termina el pr¨®ximo viernes.El pensamiento de Ortega y Gasset est¨¢ dotado de un sistema filos¨®fico propio y, aunque ¨¦l mismo no llegara a formularlo expl¨ªcitamente en ninguno de sus textos, disc¨ªpulos suyos como Juli¨¢n Mar¨ªas o Antonio Rodr¨ªguez Hu¨¦scar, se consagran hoy a la tarea de establecerlo. Esta fue la conclusi¨®n principal que surgi¨® en la primera jornada de la citada semana, conmemorativa del 25? aniversario de la muerte de Ortega.

?Ser pensador para Ortega consist¨ªa en hacer brillar las cosas interiormente para iluminarlas a los dem¨¢s. Otras veces, lo imagina como un cazador de ideas. La imagen del San Ildefonso, de El Greco, o la del saetero que dirige su mirada y la punta de la flecha hacia el cielo son las que m¨¢s se aproximan a la idea del pensador orteguiano?, dijo Manuel Mind¨¢n en la conferencia que pronunci¨® sobre su maestro. ?Pensar no ser¨ªa, entonces, para Ortega m¨¢s que un juego, una actividad deportiva en la que se lucha s¨®lo para vencer, sin m¨¢s trascendencia. Los mejores escritos de Ortega responden a este concepto de pensador?.

Manuel Mind¨¢n defini¨® a Ortega como ?un elegante malabarista que juega con las ideas para el placer de sus lectores? un sereno y desapasionado observador de la realidad que, ?sin rehuir los problemas, no se compromete en su soluci¨®n?.

Vocaci¨®n pedag¨®gica

?La intenci¨®n educadora que atraviesa toda la obra de Ortega est¨¢ libre de todo fanatismo o fervor apost¨®lico?, dijo Manuel Mind¨¢n. ?En esto difiere radicalmente de Unamuno, por ejemplo, quien al reflexionar sobre los diferentes aspectos ele la existencia siempre parece que le afecten personalmente?.El conferenciante se refiri¨® a continuaci¨®n a los dos grandes mamotretos de contenido filos¨®fico y sociol¨®gico, La aurora de la raz¨®n pura y El hombre y la gente, que Ortega anunci¨® varias veces en los ¨²ltimos a?os de su vida sin que llegaran nunca a publicarse y en los que presumiblemente hubiera expuesto los fundamentos de su sistema filos¨®fico, en respuesta a las voces que lo tachaban de no ser un aut¨¦ntico fil¨®sofo por carecer de una visi¨®n unitaria del mundo.