Palma de Mallorca: 5.000 millones repartidos d¨¦cimo a d¨¦cimo
Hace aproximadamente dos meses que la administraci¨®n de loter¨ªas n¨²mero doce de Palma de Mallorca, situada en el centro del vest¨ªbulo del aeropuerto, recibi¨® de Hacienda un extra?o n¨²mero. El 22.799, con dos cifras repetidas y un cierto aroma a precio de rebaja en grandes almacenes, no gust¨® demasiado a la clientela, aunque finalmente supuso, 5.000 millones en premios. Mar¨ªa Garc¨ªa, la lotera del aeropuerto, nueve a?os detr¨¢s del mostrador, reparti¨® las 39 series del segundo premio, pero tras la avalancha de periodistas y banqueros que inundaron su peque?o despacho durante toda la ma?ana, no pod¨ªa recordar a qui¨¦n vendi¨® los d¨¦cimos, y aseguraba que estaban muy repartidos.
De las manos de Mar¨ªa Garc¨ªa y de sus ayudantes han salido los casi 5.000 millones de pesetas que han correspondido a las 39 series. ?A¨²n nadie ha venido a agradecerme el haber dado este n¨²mero. No llevo ni una peseta del premio, pero estoy contenta porque al menos, esto servir¨¢ para dar fama a la administraci¨®n?. Antonio Mart¨ª, invidente, amigo de Mar¨ªa Garc¨ªa, compr¨® alrededor de medio mill¨®n de pesetas del 22.799 para vender los d¨¦cimos entre sus clientes habituales del mercado del Olivar y algunos bares. Jos¨¦ Mar¨ªa Donat, encargado de la oficina de la empresa de alquiler de autom¨®viles Hertz en el aeropuerto, hab¨ªa hecho la colecta entre sus compa?eros de trabajo para comprar loter¨ªa y se acerc¨® hasta la administraci¨®n, donde adquiri¨® m¨¢s de 30.000 pesetas en billetes para los empleados del aeropuerto y los de la oficina del paseo Mar¨ªtimo de Palma. Algunos camareros de los bares del aeropuerto y viajeros de paso completaron el n¨²mero de clientes a los que Mar¨ªa Garc¨ªa, d¨¦cimo a d¨¦cimo -?el n¨²mero era realmente feo?- fue vendiendo la fortuna.La fortuna los esper¨® tras once anos de emigraci¨®n
Jos¨¦ Enrich y sus compa?eros de trabajo en la oficina de Hertz, en el aeropuerto de Palma, re¨ªan incesantemente. ?A m¨ª me gusta hablar por la radio y que me hagan fotos?, dec¨ªa uno de sus compa?eros al que hab¨ªan correspondido diez millones de pesetas. Enrich y su amigo, con el mono de lavacocfies puesto y una cara de ausencia casi absoluta, recuerdan c¨®mo vinieron a Palma hace once a?os (tienen 29 ahora) en busca de trabajo. Ellos y cuatro compa?ercs de paro salieron de Luisiana, un pueblecito de Sevilla que parece dedicado a mister Marshall, donde muchos de sus 6.000 habitantes viv¨ªan y viven de la f¨¢brica de aceite. Al pie del barco les esperaban algunos cazadores de braceros, que les ofrecieron trabajo nada m¨¢s pisar tierra mallorquina. Alg¨²n tiempo despu¨¦s llamaron a Sevilla para animar a otros j¨®venes a dejar Andaluc¨ªa por un trabajo en alg¨²n drugstore, un bar o una compa?¨ªa de alquiler de coches. Los dos est¨¢n casado con andaluzas que conocieron en Palma, los dos tienen ni?os y seguir¨¢n trabajando en esta empresa, ?porque las multinacionales no quiebran tanto?. Los empleados de Hertz parecen haberse puesto de acuerdo para invertir su dinero: ?pagar el piso y el coche?. Jos¨¦ Mar¨ªa Donat, el encargado, parece que ha conseguido ochenta millones. A las once y media de la ma?ana cuando se enter¨®, se puso blanco, se fue a la oficina de Palma y desapareci¨®.
Un ciego reparti¨® millones
Otro que desapareci¨® fue Antonio Mart¨ª. El llev¨® los billetes al mercado del Olivar, donde su compa?era, Martina, se encarg¨® de ofrecerlos a los tenderos. La secci¨®n de pescader¨ªa era ayer una fiesta. Sin embargo Beti Vera, casada, con una hija, pescadera desde hace veinte a?os, con un peinado ordenado y lacado, recog¨ªa parsimoniosamente el pescado a las 14.30 horas, mientras aseguraba que no dejar¨¢ el negocio, pese a los doce millones largos de pesetas que le han tocado. Antonio Mart¨ª no se qued¨® ni una peseta de los 2.500 millones que reparti¨®, pero dos carniceros del mercado (m¨¢s de treinta millones cada uno), echaron la cortina met¨¢lica a la tienda y desaparecieron. Antonio y Martina viven de la loter¨ªa, ambos son muy populares en el mercado.
Manu P¨¦rez Artal, due?o del restaurante Bermeo, en la calle Bonaire, va cada ma?ana al mercado a comprar pescado. El d¨¦cimo que le compr¨® a Martina le ha ren tado doce millones y medio, que compartir¨¢ con su cu?ado Rafa. Manu march¨® de Bilbao a Miran da de Ebro para trabajar en un restaurante. Lleva en la cocina casi toda su vida, pero el restaurante de Miranda no iba bien. Le ofrecieron un puesto en la cocina de un drugstore de Palma y emigr¨® con la idea, un tanto difusa, de poder abrir un restaurante vasco, en la l¨ªnea de la nueva cocina que ya entonces llevaba en la cabeza. Hoy, tras la experiencia de un peque?o restaurante, el Lorelay, es propietario del Bermeo, donde los gourmet de Palma disfrutan con los lomos de merluza a la kosjera y dem¨¢s delicias. Mientras Manu piensa inver tir sus seis rnillones en pagar el piso, el cu?ado, Rafa, a¨²n no lo ha deci dido, pero, seguro, invitar¨¢ a un amigo: ?Ha salido de la c¨¢rcel despu¨¦s de un a?o. Le pillaron con algo de chocolate ?. Dos de los clientes a los que Mar¨ªa Garc¨ªa vendi¨® d¨¦cimos del segundo premio son hinchas de los equipos de sus respectivas ciuda des: Puertollano y Tarragona. Manuel Palomo, seguidor del Calvo sotelo, viaj¨® con el equipo hasta Palma para as?stir a un partido de f¨²tbol que enfrentaba a su equipo con el Mallorca. Compr¨® un d¨¦cimo en el aeropuerto y ha ganado doce millones y medio. Jos¨¦ Guerrero, miembro de la junta directiva del Gimn¨¢stico de Tarragona, tambi¨¦n compr¨® loter¨ªa en Son San Juan, cuando el Nastic jug¨® contra el Mallorca. Tambi¨¦n ¨¦l gan¨® ayer doce millones y medio de pesetas.
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