El b¨²ho
Dice Pablo Neruda que ?el oto?o es humilde como los le?adores?. Lo cual que la Prensa no es humilde, como los le?adores, y hace poco ha habido en Madrid grande esc¨¢ndalo, fotos y sensacionalismo respecto del ?b¨²ho?, uno de los ¨¢rboles m¨¢s viejos del Bot¨¢nico (125 a?os), porque los le?adores lo han talado. De alguna manera (?de alguna manera? es comod¨ªn verbal que ha venido a sustituir el horter¨ªsima ?a nivel de?), de alguna manera se ha hecho demagogia de derechas con el b¨²ho, demagogia vegetal y contramunicipal, denunciando algo que, por su propia monstruosidad, no pod¨ªa ser verdad.El se?or Regueirol, conservador del Real Jard¨ªn Bot¨¢nico de Madrid, se ha explicado posteriormente: el ?b¨²ho? ha llegado a tan hermosa edad por lo mucho que se le ha cuidado, pero al fin el b¨²ho se sec¨®, como la higuera de la canci¨®n de postguerra, de modo que lo que se ha talado no es una catedral goticoecol¨®gica, sino una columna de le?a. Por donde veo una vez m¨¢s la prisa sospechosa, la motivaci¨®n motivada de la opini¨®n o sus sectores en desacreditar la movida democr¨¢tica, incluso en su modesto quehacer municipal, mediante un catastrofismo que, m¨¢s que prevenir cat¨¢strofes, parece esperarlas, desearlas, propiciarlas, calumniar para que algo quede. El ?b¨²ho?, con sus 125 a?os, resulta contempor¨¢neo de los m¨¢s y mejores liberales, afrancesados, neorrom¨¢nticos y neodem¨®cratas espa?oles, y a todos les dio sombra y refresc¨® la mente, ore¨¢ndoles de libertad cuando se quitaban la chistera, para que comprendiesen mejor el pa¨ªs y sus paisajismos pol¨ªticos. El ?b¨²ho? era as¨ª como la Institutci¨®n Libre de Ense?anza en ¨¢rbol.
Ha muerto de viejo, pero cierta derecha y cierta opini¨®n, cierta opini¨®n de derechas, denuncian su tala como una ejecuci¨®n en pena mayor (ellos que querr¨ªan devolver la pena mayor contra semejantes), sin enterarse primero de la verdad sencilla y confundiendo el desguace piadoso de ese m¨¢stil del velero del d¨ªa que es un gran ¨¢rbol con una ejecuci¨®n capital, municipal y vil. Qu¨¦ ganas tenemos de que nos justifiquen las ganas. En ese Consejo de ancianos vegetales que es el Bot¨¢nico, hace a?os muri¨® ?el abuelo?, otro ¨¢rbol centenario. El ?b¨²ho? llevaba dos primaveras sin reto?ar. Es como si a Luis Rosales se le pasasen dos primaveras sin dar un libro cada una. Algo que nos pondr¨ªa en un grito (Y Luis tiene cierta cara de b¨²ho l¨ªrico). Pronto va a reabrirse el Bot¨¢nico, enriquecido con nuevas culturas vegetales y agriculturas vivas. Yo he visto estos d¨ªas podar y fumigar unos sauces que amo mucho, y he comprendido dolorosamente la frase de Beethoven que leyera cuando uno le¨ªa incluso a Beethoven: ?M¨¢s amo a un ¨¢rbol que a un hombre?.
Dec¨ªa Eugenio d'Ors que florecer en lat¨ªn (con placa latina, como los del Bot¨¢nico, que parece el pa?uelo de pico en la chaqueta del ¨¢rbol) todav¨ªa es florecer. Y Ezra Pound lo corrobora: ?El lat¨ªn es sagrado, el trigo es sagrado?. Gracias, se?or Regueirol, por su consuelo, por su carta, por su lat¨ªn, por su Bot¨¢nico, donde debiera sembrarse incluso trigo. ?Por qu¨¦ hay quienes han querido hacer del ?b¨²ho? un ¨¢rbol de Guernica madrile?o, un nuevo motivo de discordias y foralidades, poniendo el grito en el cielo del Retiro, cuando lo que se retira es un cad¨¢ver y, adem¨¢s un cad¨¢ver que no les corresponde, un cad¨¢ver de la llustraci¨®n, el ¨²ltimo de Filipinas de nuestro tenue enciclopedismo?
Un ¨¢rbol centenario es un siglo vertical. El ?b¨²ho? era del 98 (generaci¨®n que a Blanca Andr¨¦u, reciente Adonais, no le gusta). Y al ?b¨²ho? no lo hemos mandado al exilio exterior donde otros mandaron a Machado ni al exilio interior donde mandaron a Unamuno. Al ?b¨²ho? lo hemos desle?ado con dolor porque ya va uno, como Beethoven (y a m¨¢s de mi incipiente sordera) amando m¨¢s a un ¨¢rbol que a ciertos hombres.
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