Espa?a comienza a perder sus derechos y propiedades en Tierra Santa
El Vaticano ha empezado a aplicar unilateralmente, con el respaldo del Gobierno italiano, un acuerdo firmado con Espa?a hace cuatro a?os en el que el Estado espa?ol renuncia a la custodia de Tierra Santa -que ejerc¨ªa junto con Francia e Italia- y, por consiguiente, pierde su derecho a la protecci¨®n de los santos lugares y sus propiedades art¨ªsticas e inmobiliarias no s¨®lo en Israel y Cisjordania, sino tambi¨¦n en Siria, Chipre y Turqu¨ªa, seg¨²n fuentes de absoluta solvencia.
El acuerdo, negociado a finales de 1975 por Jos¨¦ Mar¨ªa de Areilza, entonces ministro de Asuntos Exteriores, y firmado en 1976 por su sucesor en el cargo, Marcelino Oreja, fue denunciado el 16 de diciembre pasado por la Embajada de Espa?a ante la Santa Sede, lo que no obsta para que el Vaticano lo haya puesto en pr¨¢ctica en un 60%, asegura fuentes diplom¨¢ticas. El Vaticano no ha contestado todav¨ªa a la denuncia espa?ola.Este reconocimiento impl¨ªcito de un error en la pol¨ªtica exterior espa?ola y su consiguiente denuncia, no tiene precedentes en el actual. per¨ªodo democr¨¢tico.
Con anterioridad a la formulaci¨®n de la denuncia, el actual responsable de la diplomacia espa?ola, Jos¨¦ Pedro P¨¦rez-Llorca, declar¨®, el 10 de noviembre, en respuesta a una pregunta de la diputada de Coalici¨®n Democr¨¢tica (CD) Mar¨ªa Victoria Fern¨¢ndez Espa?a, que el Gobierno espa?ol consideraba ?conveniente plantear nuevas negociaciones con la Santa Sede? a ra¨ªz del ?cambio radical en la situaci¨®n pol¨ªtica de Jerusal¨¦n? -su resignaci¨®n por el Kneset (Parlamento israel¨ª), el 30 de julio, como capital del Estado hebreo- y se comprometi¨® a someter el nuevo acuerdo a la aprobaci¨®n de las Cortes.
El anterior acuerdo no fue presentado ante el Parlamento, y a pesar de que el canje de notas, requisito previo para su entrada en vigor, tuvo lugar el 17 de abril pasado, la secci¨®n de relaciones con la Santa Sede del Ministerio de Asuntos Exteriores deneg¨®, el pasado mes de mayo a EL PAIS, el texto de lo acordado, convirtiendo al convenio, seg¨²n denunci¨® Mar¨ªa Victoria Fern¨¢ndez Espa?a, ?en una pieza de diplomacia secreta?.
Adem¨¢s del canje de notas, un segundo requisito, la publicaci¨®n del acuerdo por el Bolet¨ªn Oficial del Estado, era necesario para su puesta en pr¨¢ctica. Esta no lleg¨® a producirse, a pesar de permanecer el texto del convenio durante vanos meses en la imprenta del BOE.
El Vaticano hizo caso omiso del incumplimiento voluntario por Espa?a de una de las normas previstas para la aplicaci¨®n del acuerdo y dio por hecha la renuncia espa?ola a sus derechos en la custodia. En consecuencia, dio la ?luz verde? para la puesta en marcha en noviembre, en Amman, del proceso de elecci¨®n de los cargos de la custodia, seg¨²n las normas establecidas por los nuevos estatutos.
Concretamente, Espa?a, que ostentaba en la custodia la figura m¨¢s prestigiosa, la del procurador, perdi¨® en noviembre este cargo al decidirse en la capital jordana que su puesto quedaba suprimido, siendo sustituido por un ec¨®nomo, cuyas atribuciones ser¨¢n muy limitadas y que no tendr¨¢ que ser forzosamente de nacionalidad espa?ola. Su designaci¨®n se efectuar¨¢ probablemente en la segunda quincena de enero.
Desde hace siete siglos, un padre franciscano con nacionalidad espa?ola -el ¨²ltimo fue el padre Basilio del R¨ªo, residente en el convento espa?ol de San Salvador, en Jerusal¨¦n- ha sido la autoridad cat¨®lica con m¨¢s poder en Tierra Santa.
El procurador, tercera figura en la jerarqu¨ªa del Gobierno de la custodia, despu¨¦s del padre custodio, un italiano, y del vicario, un franc¨¦s, era, en realidad el m¨¢s poderoso de los tres, al estar encargado del reparto de fondos tanto para el mantenimiento y protecci¨®n de los santos lugares como para la ayuda econ¨®mica a la poblaci¨®n ¨¢rabe, especialmente la -cat¨®lica, desatendida por el Estado israel¨ª.
Las importantes cantidades de dinero que manejaba, administradas seg¨²n su conciencia, aunque con el asesoramiento, en representaci¨®n del Estado espa?ol, del c¨®nsul general de Espa?a en Jerusal¨¦n, eran destinadas no s¨®lo a la fundaci¨®n de parroquias o a la restauraci¨®n de los santos lugares, si no tambi¨¦n a la difusi¨®n de la cultura espa?ola y a la financiaci¨®n de colegios, centros m¨¦dicos y orfelinatos para toda la poblaci¨®n ¨¢rabe, cristiana o musulmana.
El pr¨®ximo paso en la aplicaci¨®n del acuerdo ser¨¢, seg¨²n prev¨¦n fuentes competentes, la sustituci¨®n de los padres superiores de las casas espap?olas, hasta ahora todos ellos espa?oles, por religiosos de otras nacionalidades, probablemente italianos.
Seis casas espa?olas
Las seis casas espa?olas y sus terrenos adyacentes, tres en Israel y Cisjordania (Yafa, Ramleh y Ain-Karem), y en Estambul, Damasco y Nicosia, ha sido construidas con dinero procedente de Espa?a, est¨¢n habitadas mayoritariamente por monjes y peregrinos espa?oles y regidas por padres espa?oles.Desde el a?o 1342, a lo largo de siete siglos, este patrimonio hist¨®rico ha ido ampli¨¢ndose gracias a contribuciones fiscales espa?olas, a la ayuda directa del Estado y la Corona espa?ola y a colectas efectuadas anualmente en la Pen¨ªnsula y Latinoam¨¦rica, alcanzando ahora un inestimable valor art¨ªstico del que Espa?a est¨¢ a punto de desprenderse.
A cambio de esta renuncia de Espa?a a derechos y privilegios, el acuerdo firmado con el Vaticano prev¨¦ compensaciones de tipo simb¨®lico. As¨ª, por ejemplo ?con ocasi¨®n de la fiesta nacional de Espa?a, o en la festividad, de Santiago Ap¨®stol se llevar¨¢ a efecto, en la iglesia de San Salvador, en Jerusal¨¦n, un acto solemne de oraci¨®n por el jefe del Estado, los gobernantes y el pueblo de Espa?a, o que ?la Santa Sede har¨¢ celebrar anualmente una Santa Misa solemne por los Reyes y por el pueblo de Espa?a en el Santo sepulcro? y que se ?cuidar¨¢ de que los escudos e insignias de la Corona de Espa?a sean mantenidas?.
El cambio de actitud
El reciente cambio de actitud de la diplomacia espa?a ante lo que en tiempos de Marcelino Oreja se consideraba a¨²n como ?un r¨¦gimen de privilegios anacr¨®nicos de Espa?a en Tierra Santa? -la OID lleg¨® incluso a desmentir en junio una informaci¨®n de EL PAIS anunciando la inminente p¨¦rdida de los derechos espa?oles- se debe, principalmente, a la actividad de algunos parlamentarios de CD y del PSOE, de los religiosos franciscanos espa?oles que multiplicaron sus protestas ante un convenio que acabar¨ªa oblig¨¢ndoles a abandonar Tierra Santa y de la propia Iglesia espa?ola, cura conferencia episcopal, empezando por Enrique Taranc¨®n, hab¨ªa sido marginada de la negociaci¨®n de 1975 y tard¨® en descubrir la magnitud del asunto.El nuevo ministro de Exteriores demostr¨® un mayor inter¨¦s por el tema que su predecesor, reconociendo incluso sus implicaciones pol¨ªticas, pero neg¨¢ndose, hasta ahora, a protestar ante el Vaticano por la aplicaci¨®n unilateral del convenio.
Con anterioridad, el rey Juan Carlos hab¨ªa contestado a una carta de padres franciscanos asegur¨¢ndoles que el asunto estaba en suspenso y que esperaba se estudiase m¨¢s a fondo. Francia, que junto con Italia y Espaa firm¨® tambi¨¦n con el Vaticano un acuerdo de renuncia, no parec¨ªa inicialmente dispuesta a ratificarlo, a pesar de no tener mucho que perder al carecer de ?derechos de propiedad? en Tierra Santa. El Vaticano logr¨®, sin embargo, vencer sus reticencias d¨¢ndole a entender, en agosto, que Espa?a, el pa¨ªs m¨¢s perjudicado por el convenio, se dispon¨ªa a ratificarlo. Cuando se hizo p¨²blica, en diciembre, la denuncia del acuerdo, el Quai d'Orsay franc¨¦s no dud¨® en expresar su descontento a la Santa Sede.
De los tres pa¨ªses firmantes, s¨®lo Italia resulta abiertamente favorecida y, en consecuencia, respalda incondicionalmente la pol¨ªtica de hechos consumados desarrollada por el Vaticano.
El proceso de renovaci¨®n de los cargos de la custodia, aplicado por primera vez en la reuni¨®n de Amman, asegura la preponderancia de la mayor¨ªa, integrada por religiosos italianos, y barre a las minor¨ªas, empezando por la m¨¢s importante, la espa?ola. A trav¨¦s del Vaticano la renuncia de Espa?a y Francia beneficia a Italia.
?ltalia no renuncia a nada con el convenio, sino que recoge todo. lo que abandona y salda Espa?a?, afirma un franciscano. M¨¢s cauto, un diplom¨¢tico observa que ?de hecho, Italia no pierde derechos ni privilegios, sino que los consolida, aunque sea a trav¨¦s de un Estado tercero?.
El trasfondo pol¨ªtico de la renuncia, al que el Vaticano resta importancia, queda puesto en evidencia por algunos palestinos que consideran la presencia espa?ola, junto con la de las otras dos potencias, como un dique ante el expansionismo israel¨ª?, que se esfuerza por convertir a Tierra Santa en un museo de las religiones cristiana y musulmana, pero no del juda¨ªsmo. Un paso m¨¢s fue dado en este sentido, en julio, cuando la Kneset aprob¨® una ley que institucionaliza la reunificaci¨®n de los dos sectores de Jerusal¨¦n -¨¢rabe y jud¨ªo-, y proclama a la ciudad capital indivisible del Estado.
De cara a los intentos de judaizaci¨®n, las tres potencias de la Custodia estar¨¢n siempre en condiciones de ofrecer mayor resistencia que la Santa Sede.
Para Espa?a, retirarse significaba contradecir su pol¨ªtica exterior propalestina y, m¨¢s concretamente, desmentir con los hechos su postura favorable a la internacionalizaci¨®n de Jerusal¨¦n.
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