Marga Clark
Fot¨®grafa, madrile?a del signo C¨¢ncer, influida por Leo, se lanza hoy a una aventura muy importante en su vida de artista. Expone por primera vez su obra en su propio pa¨ªs, y lo hace en la galer¨ªa Redor (Villalar, 7, de Madrid). No es nueva en el mundo de las exposiciones, porque ya ha mostrado su trabajo en Nueva York, donde reside actualmente, desplegando una actividad personal que no cesa y que ahora repite en Madrid. La experiencia de Marga Clark, cuya edad no excede demasiado de los treinta, es dilatada: hizo estudios especializados en el International Center of Photography, en la School of Visual Arts y en la New School for Social, Research, todas ellas de Nueva York; estudi¨® psicolog¨ªa del retrato con Phillipe Hallsman; trabaja como cineasta independiente y es directora del filme The invasion of the love drones, realizado en Estados Unidos, y colabora con diversas instituciones espa?olas en Estados Unidos. Aparte de los retratos, que pueden verse en esta exposici¨®n que Marga Clark inaugura esta tarde, la fot¨®grafa muestra su particular obsesi¨®n: la repetici¨®n constante de los objetos en una sucesi¨®n que, seg¨²n ella, pretende conseguir ?una nueva imagen integrada del objeto, de este modo las cosas parecen contemplarse a s¨ª mismas indef¨ªnidamente?. Esa repetici¨®n le da a su obra un concepto que ella considera esencial en su trabajo: la dualidad realidad-fantas¨ªa, consciente e inconsciente.En ese mundo de obsesiones, Marga Clark acepta que como artista le interes¨¢n m¨¢s las cosas que las personas a la hora de realizar un trabajo fotogr¨¢fico: ?A las personas las ves y las captas en seguida, mientras que las cosas tienes que analizarlas m¨¢s para llegar a su fondo?. A la hora de hacer el retrato, Marga Clark se fija m¨¢s ?en lo que yo he visto que en qui¨¦n es la persona a la que refleja?. Como ejemplo de su actitud, una espl¨¦ndida fotograf¨ªa en la que un hombre, con los pantalones pulcramente planchados, aparece retratado de cintura para abajo, sin cabeza. ?Algo freudiano quiz¨¢? ?Nada freudiano. Freud es absolutamente de otra generaci¨®n ?, dice Marga Clark.
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