Huebner, un caso singular en el mundo del tablero
El alem¨¢n occidental Robert Huebner (32 a?os), con una dram¨¢tica decisi¨®n personal, pero que no sorprendi¨® a quienes recuerdan algunos antecedentes de su actuaci¨®n, abandon¨® el encuentro que disputaba en Merano (Italia) con V¨ªctor Korchnoi (49, suizo, ex sovi¨¦tico) para obtener el derecho de enfrentarse, en lucha por el t¨ªtulo, con el campe¨®n mundial de ajedrez, Anatoly Karpov (29, sovi¨¦tico), en el pr¨®ximo verano.El caso de Huerbner, profesor adjunto de griego cl¨¢sico en la Universidad de Colonia y experto en papirolog¨ªa, es singular en el escenario mundial del tablero. Extraordinario ajedrecista, que lleg¨® a la final del torneo de candidatos superando una maratoniana competencia, gran conocedor de los vericuetos de las aperturas, que estudia con germ¨¢nica minuciosidad, due?o de los agudos conceptos de la estrategia y capaz de comprender los secretos de los m¨¢s intrincados finales, le falta a este barbudo profesor el temple necesario, el indispensable equilibrio nervioso, para superar los momentos dif¨ªciles y enfrentarse con la adversidad. No basta con saber mucho ajedrez.
Huebner abandon¨® el match, despu¨¦s de diez partidas, con un tanteador de 4,5 a 3,5, favorable a Korchnoi. Hab¨ªa dos juegos suspendidos, uno de los cuales le era claramente desfavorable. A¨²n faltaban seis partidas para la terminaci¨®n, pero Huebner prefiri¨® renunciar a la lucha. En 1971, cuando ten¨ªa veintid¨®s a?os, se produjo el mismo episodio. Disputaba en Sevilla los cuartos de final del Torneo de los Candidatos; su rival era el sovi¨¦tico Tigran Petrosian, ex campe¨®n mundial. Los seis primeros juegos terminaron empatados y en el s¨¦ptimo se impuso Petrosian. Al d¨ªa siguiente, Huebner li¨® sus b¨¢rtulos y abandon¨®. Como explicaci¨®n, afirm¨® que no pod¨ªa analizar por los ruidos que circulaban por la sala. No solicit¨® trasladar la sala de juego ni present¨® ning¨²n reclamo. Se march¨® en el primer avi¨®n para Alemania.
Huebner es un introvertido, de vida sencilla, cuya existencia soluciona con el modesto salario de profesor ayudante. Es el ¨²nico aficionado entre los primeros jugadores del mundo. Considera al ajedrez como un ?maravilloso pasatiempo, pero no como una profesi¨®n?, seg¨²n propias palabras, agregando que es m¨¢s apasionante el estudio de las lenguas muertas.
En el an¨¢lisis t¨¦cnico del encuentro debe decirse que el veterano Korchnoi, un ?gigante? en opini¨®n de Boris Spassky, ex campe¨®n mundial, estaba superando a su rival no s¨®lo en el tanteador, sino tambi¨¦n en las diversas facetas de una partida. El s¨¦ptimo juego, en un final de tablas, Huebner cometi¨® un error garrafal, dejando una torre ?en el aire?. Despu¨¦s de este desastre, lleg¨® la octava partida, en la que el profesor jug¨® en forma desconocida y fue literalmente aplastado. Despu¨¦s se jugaron la novena y la d¨¦cima, que quedaron suspendidas ?sine die?, ante la triste resignaci¨®n de Huebner.
Ahora, el tenaz Korchnoi, a quien le sobra temple para el combate, se enfrentar¨¢ dentro de seis meses, por segunda vez, con el campe¨®n Karpov. Como punto final debe recordarse que en el primer match, en las Filipinas, Karpuy mantuvo la corona por la m¨ªnima diferencia: seis a cinco y veinte empates.
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