Atl¨¦tico y Las Palmas intercambiaron regalos
El f¨²tbol canario ha tenido siempre un tempo especial. Los jugadores de las islas han brillado siempre m¨¢s por su clase, por la concepci¨®n del juego, que por la celeridad de sus acciones. Se dec¨ªa, en otros tiempos, que s¨®lo ten¨ªan fuelle para medio encuentro. Los tiempos han cambiado y el equipo de Las Palmas ya es capaz de mantener su tempo todo el partido. En la segunda mitad, cuando el Atl¨¦tico, te¨®ricamente deb¨ªa imponer su fortaleza f¨ªsica se encontr¨® con un equipo que supo sacarle a su contraataque un rendimiento excepcional. Las Palmas regal¨® un penalti cuando ten¨ªa la victoria al alcance de la mano. El Atl¨¦tico, antes, regal¨® el primer empate cuando comenzaba a encarrilar el encuentro. Empate justo a la postre. Las Palmas ha pasado en la presente campa?a una de sus m¨¢s grandes crisis. De un equipo con injertos for¨¢neos pas¨® a ser ¨²nicamente un conjunto insular. Antonio Ruiz tuvo que abandonar el banquillo en las horas m¨¢s amargas del club. Le¨®n, otro hombre de la tierra, tom¨® las riendas y desde entonces. pese a las notables irregularidades de que a¨²n hace gala, Las Palmas se ha convertido en un equipo peligroso en las salidas.
Pese a la falta de tres hombres clave en el centro del campo, los canarios se desenvolvieron con notable facilidad frente a un Atl¨¦tico que no se acab¨® de encontrar m¨¢s que en una veintena de minutos durante el segundo per¨ªodo. Noly se coloc¨® en la mitad de la parcela canaria y canaliz¨® la mayor¨ªa del juego de su equipo. Noly intercept¨® innumerables balones lanzados por los centrocampistas roj?blancos y adem¨¢s lanz¨® con buen tino a Juani y V¨ªctor, que fueron los ¨²nicos delanteros natos de su equipo. Las Palmas renunci¨® como hacen todos al ataque definido, pero coloc¨® a Benito de falso extremo, para que se colara por el lateral de Julio Alberto y le dio alguna libertad a Julio para que abandonara en algunos momentos la vigilancia de Dirceu y entrara por la banda derecha en apoyo de sus compa?eros de ataque. Gerardo, Noly y Julio lograron imponerse a sus pares atl¨¦ticos en muchas fases del encuentro. El oscurecimiento de Dirceu suele ser demasiado determinante para el f¨²tbol atl¨¦tico. Y el brasile?o, el domingo, se perdi¨® en la cancha muchos minutos.
El Atl¨¦tico no cont¨® con el Marcos de las tardes felices, y Rub¨¦n Cano, aunque estuvo m¨¢s fino que en anteriores partidos, la delantera local qued¨® basada en Rubio, que volvi¨® a ser el mejor. Rubio se fue del marcaje de F¨¦lix con facilidad y roz¨® de las mejores ocasiones de gol. Rubio fue una vez m¨¢s el salvador del Atl¨¦tico, al conseguir que los contrarios le derribaran dentro del ¨¢rea. Noly le hizo un penalti que no admiti¨® dudas de ning¨²n tipo, pero la falta m¨¢xima para Las Palmas fue tan lamentable como innecesaria. Cuando Noly dej¨® la pierna para que Rubio cayera al suelo, por detr¨¢s ten¨ªa a dos compa?eros que se aprestaban al corte. Estoy por afirmar que, de no haber ocurrido la torpeza de Noly, el empate no se hubiera producido.
Fue necesario el penalti salvado para que el Atl¨¦tico recuperara un punto, pero no puede afirmarse que la igualada se produjera de manera injusta. Si bien Las Palma hizo m¨¦ritos para no salir de vac¨ªo del Manzanares, el Atl¨¦tico tambien puso en la contienda valores suficientes para no quedarse como el gallo de Mor¨®n.
El primer tiempo fue realmente malo porque el Atl¨¦tico atac¨® sin orden y Las Palmas se limit¨® pr¨¢cticamente a defenderse. Durante medio encuentro ambos contendientes decepcionaron a los aficionados. En la segunda mitad se anim¨® el juego y no s¨®lo por los goles. Tras el primer tanto madrile?o se produjo una reacci¨®n canaria y a partir de la primera igualada el partido entr¨® en un toma y daca ciertamente emocionante.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.