El violinista Cho Liang Lin, vuelve a triunfar en Madrid

Cho Llang Lin, el joven violinista de Taiwan (nacido en 1960, y no ?hace dieciocho a?os?, como se le¨ªa en el programa de mano), est¨¢ desarrollando una importante carrera concertista desde 1977, a?o en que gan¨® el Premio Internacional Reina Sof¨ªa, tras asombrar al jurado y al p¨²blico en las tres pruebas de aquel concurso. Desde entonces han sido varias sus actuaciones en Madrid, de c¨¢mara y sinf¨®nicas, y en todas ellas ha confirmado la excepcional categor¨ªa de su t¨¦cnica, su excelente musicalidad y ese algo de ?facilidad? al manejar el instrumento que nos hace pensar en que se trata de un singular caso de dotes naturales. Resulta asombroso verle -y o¨ªrle- manejar el arco con una firmeza nada com¨²n, con capacidad para los matices y perfecto dominio de todas las formas de ataque.Primor t¨¦cnico

Con su habitual acompa?ante -la excelente pianista Sandra Rivers-, Lin ofreci¨® un Strawinsky del que recordaremos tanto el primor t¨¦cnico alcanzado en la Giga como la intensidad del fraseo aplicada al Ditirambo conque culmina el D¨²o concertante. Despu¨¦s, pianista y violinista (¨¦ste haciendo gala de una personalidad interpretativa que casi calificar¨ªamos de impropia en un concertista tan joven) se entregaron con verdadera garra expresiva a la magistral segunda Sonata brahimsiana y a la temprana Sonata op. 18, de Richard Strauss, obra esta muy bella pero cuyos contenidos est¨¦ticos no van m¨¢s all¨¢ de la efusividad rom¨¢ntica de Brahms. Versiones ambas no s¨®lo impecables de ejecuci¨®n, sino realmente hondas. El ¨¦xito estuvo a tono con la calidad de lo escuchado y los int¨¦rpretes hubieron de prolongar su actuaci¨®n con p¨¢ginas de Schumann, Kreisler y Falla.