Preparativos en Wiesbaden para acoger triunfalmente a los liberados
La noche m¨¢s larga para esta antigua ciudad de la alta sociedad alemana para sus residentes norteamericanos y para los 2.000 periodistas extranjeros y enviados especiales destacados para informar de la llegada de los rehenes se inici¨® con el despegue de Teher¨¢n de los dos aviones que les devuelven a la libertad.Grupos de chicas norteamericanas se dedicaban ayer tarde a colocar pa?uelos amarillos en todos los ¨¢rboles de la base militar norteamericana de Rhin-Main, anexa al aeropuerto de Francfort. A las ocho de la tarde se especulaba a¨²n con la posibilidad de que el ex presidente Carter llegase aqu¨ª antes que los rehenes.
Lo que parece seguro, seg¨²n los escuetos despachos informativos que distribuyen los oficiales del arma a¨¦rea norteamericana, es que a primeras horas de la ma?ana de hoy el ex presidente norteamericano, que realiza el viaje desde Estados Unidos en Air Force One, se someter¨¢ a las preguntas de los periodistas. Cyrus Vance, ex ministro de Asuntos Exteriores, ten¨ªa prevista su llegada a la ciudad alemana de madrugada. Los soldados norteamericanos colocaron ayer una pancarta en la pista donde aterrizar¨¢n los aviones norteamericanos con los rehenes, en la que se le¨ªa: ?Bien venidos a casa?.
En el hospital militar norteamericano de la avenida Conrad Adenauer, de Wiesbaden, el personal sanitario espera para atender a los cautivos. Desde la base militar, tres autobuses trasladar¨¢n hasta Wiesbaden, a unos cincuenta kil¨®metros, a los norteamericanos liberados. Los dos aviones ambulancia que les traer¨¢n desde Argel, C-9 Nightingale, despegaron de Wiesbaden hacia la ciudad africana a las nueve de la noche, hora de Madrid. El vuelo Argel-Francfort durar¨¢ unas dos horas y media.
A pesar de los preparativos programados desde que los rehenes fueron secuestrados, hace 444 d¨ªas, fuentes oficiales norteamericanas reconocieron ayer que la organizaci¨®n para recibirlos en Wiesbaden era pr¨¢cticamente ca¨®tica.
Pero las posibles deficiencias ser¨¢n ampliamente compensadas por el calor y la emotividad del personal norteamericano residente en dicha base.
Dificultades meteorol¨®gicas
Una dificultad m¨¢s ser¨¢n las malas condiciones meteorol¨®gicas locales, con precipitaciones de nieve y presumibles aguaceros, que no representar¨¢n un obst¨¢culo para la seguridad de los aviones que aterrizar¨¢n en Wiesbaden.
Por el momento, la nube de informadores llegados a Wiesbaden ya han sido avisados de que no podr¨¢n recoger las primeras declaraciones de los liberados. Portavoces oficiales estadounidenses precisaron que los rehenes no conversar¨¢n con los periodistas.
Lo que s¨ª est¨¢ previsto es que los secuestrados, a su llegada a Wiesbaden, mantengan un breve cambio de impresiones con funcionarios del Departamento de Estado.
La llegada de los rehenes estar¨¢ marcada por la efusi¨®n y el calor puesto por el personal norteamericano en los detalles que hagan m¨¢s acogedora la llegada de los rehenes. As¨ª, el paso de los secuestrados por los pasillos y habitaciones del hospital militar que los acoger¨¢ ser¨¢ un constante paseo por paredes empapeladas con mensajes de bienvenida, hasta el punto de que falta espacio en las paredes para tanto mensaje de aliento.
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