Ir¨¢n niega que los rehenes norteamericanos fueran maltratados durante su cautiverio
El portavoz del Gobierno iran¨ª, Behzad Nabavi, asegur¨® ayer que existen pruebas filmadas de que los 52 rehenes norteamericanos recibieron buen trato durante los 444 d¨ªas de su cautiverio. Para Nabavi, las afirmaciones hechas en Wiesbaden por algunos de los secuestrados se deben al lavado de cerebro a que han sido sometidos. Un portavoz del Departamento de Estado ha anunciado que los 52 liberados llegar¨¢n el domingo a Estados Unidos en un avi¨®n especial del Gobierno.
Las torturas que, seg¨²n el portavoz oficial norteamericano, Jack Cannon, sufrieron en Ir¨¢n los funcionarios de la Embajada de Estados Unidos en Teher¨¢n durante su cautiverio no parecen haber causado en ellos males f¨ªsicos irreparables, informa desde Bonn nuestro corresponsal Julio Sierra. Tanto es as¨ª que algunos, como el enfermero Donald R. Hohmann, de 39 a?os, ya ha abandonado el hospital militar norteamericano en Wiesbaden y se ha trasladado a casa de unos familiares en la misma ciudad alemana.No menos sorprendente que el r¨¢pido restablecimiento de los rehenes ha sido la ampliaci¨®n de algo que revel¨® el ex presidente Jimmy Carter antes de partir para Am¨¦rica desde Francfort: la inestimable aportaci¨®n del Gobierno de la Rep¨²blica Federal de Alemania al desenlace final del asunto. La verdad es que en todo el episodio se ha dado rienda suelta no s¨®lo al entusiasmo colectivo, sino tambi¨¦n a la imaginaci¨®n.
En Teher¨¢n, Nabavi declar¨® a la agencia Pars que, con las acusaciones de malos tratos y torturas formuladas contra Ir¨¢n, Washington pretende realmente romper los acuerdos pactados con el Gobierno iran¨ª antes de la liberaci¨®n, de los rehenes. El portavoz iran¨ª a?adi¨® que, de ser necesario, su Gobierno har¨¢ p¨²blicos los videocasetes en los que los cautivos confirman el buen trato que recibieron de sus captores.
En una conferencia de Prensa en Wiesbaden, el doctor Jerome Kocak, m¨¦dico-jefe del Departamento de Estado, declar¨® ayer que los rehenes no muestran ning¨²n signo externo de torturas. A?adi¨® que no hab¨ªa sido descubierta ninguna mutilaci¨®n ni fractura. ?Los iran¨ªes les han golpeado de alguna manera que no hay ninguna huella visible?, concluy¨®. Cuando se le pregunt¨® que explicara este fen¨®meno replic¨® que ?no soy un especialista en el tema?.
Bruce German, uno de los liberados, precis¨® que hab¨ªa sido torturado psicol¨®gicamente, pero no f¨ªsicamente. ?La mayor¨ªa de nosotros est¨¢ en una condici¨®n muy satisfactoria?.
De otra parte, suposiciones barajadas ayer en Bonn se?alan que en el verano pasado pudo llegarse a un acuerdo positivo entre Estados Unidos e Ir¨¢n, si no llega a ser porque inmediatamente Jimmy Carter dio la orden de partida al comando especial que se propon¨ªa rescatar, manu militari, a los rehenes de la embajada. El portavoz del Gobierno de Bonn, que ha extremado discreci¨®n y modestia cuando Carter invitaba a la RFA a participar de las mieles del triunfo, ha puntualizado tan s¨®lo que Alemania estaba interesada fundamentalmente en impedir que las consecuencias del secuestro originasen una crisis mundial.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.