Conferencia de Madrid
LA REANUDACI?N de la Conferencia de Madrid, despu¨¦s de la tregua navide?a, se considera sobre todo como una muestra -la primera- de lo que va a ser la pol¨ªtica de Estados Unidos en materia internacional despu¨¦s de la toma de posesi¨®n de Reagan y del nombramiento de Haig. Se pronostica un regreso a la dureza y un deseo de no negociar en ese ¨¢mbito, pero sin perder la ocasi¨®n de utilizarlo como enorme caja de resonancia. Entre los pron¨®sticos m¨¢s consistentes dentro de esta l¨ªnea est¨¢ el de la negativa de Estados Unidos a la propuesta sovi¨¦tica de celebrar en octubre una conferencia de desarme colectivo en Varsovia; se ver¨¢ tambi¨¦n cu¨¢l es la posici¨®n a ese respecto de los dem¨¢s pa¨ªses. Por el momento, y seg¨²n se vio en la fase anterior de la conferencia, la posici¨®n sovi¨¦tica se basa en la ampliaci¨®n continua del n¨²mero de pa¨ªses en los grandes temas, con la idea de que los europeos tienden a separarse de la direcci¨®n de Washington, pero no est¨¢ excluida la idea de que a la larga prefieran una negociaci¨®n realista con Estados Unidos si ¨¦ste ofrece una posibilidad de regresar al reparto del mundo en zonas de influencia.El inter¨¦s europeo -incluyendo preferentemente en este inter¨¦s al de los pa¨ªses llamados ?del Este?-, incluso m¨¢s all¨¢ de lo que sus Gobiernos puedan representar en un momento dado -por presiones, sumisiones o parcialidades pol¨ªticas-, est¨¢ en que esta ocasi¨®n, iniciada en Helsinki, no se deshaga. Se trata, sobre todo, de evitar en lo posible que, una vez m¨¢s, lo que les concierne directamente no tenga los centros de decisi¨®n fuera de ellos. Y alta y Potsdam supusieron el reparto de Europa por los dos principales vencedores de una guerra, Estados Unidos y la Uni¨®n Sovi¨¦tica -Gran Breta?a y Francia no s¨®lo no sacaron nada, sino que vieron inmediatamente sus imperios desmembrados-, y sobre ese reparto se vive todav¨ªa. La Conferencia sobre Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa que se inici¨® en Helsinki, y que es la que hoy contin¨²a en Madrid, tuvo para muchos pa¨ªses de este continente el car¨¢cter de una revisi¨®n del reparto de guerra, de un primer intente, de recuperar su personalidad. En algunos de estos pa¨ªses, la lucha nacionalista ha tenido caracteres de tragedia - los tiene en estos momentos en Turqu¨ªa y los puede tener en Polonia, donde un nuevo reparto terminar¨ªa por significar manos libres para, la URSS para acabar con los intentos de cambio de r¨¦gimen que pueden contagiar todo su imperio europeo. Contra, las numerosas y tendenciosas acusaciones de inutilidad o de farsa que se hacen contra esta conferencia cabe aducir por lo menos este caso: probablemente sin las actas de' Helsinki los polacos no habr¨ªan podido llegar al extremo en que est¨¢n hoy o habr¨ªan sido aplastados impunemente" con las mismas alharacas verbales y supuestos de condena, pero con la misma inmovilidad con que se acogi¨® el aplastamiento de las subversiones de Budapest y de Praga.
Sobre un mundo basado en ideales de democracia, de igualdad y de soberan¨ªas nacionales, la Conferencia sobre Seguridad y Cooperaci¨®n supone un principio de reparto de responsabilidades y soberan¨ªas, una devoluci¨®n del derecho de opini¨®n y voto a naciones que no suelen tenerlo o que no consiguen hacer prosperar el suyo en el gran conglomerado de la ONU. Es esta tendencia sobre todo la que no hay que perder. En la fase preparatoria asistimos a un intento de bloqueo por parte de las dos grandes naciones hegem¨®nicas; los pa¨ªses europeos tienen un principal¨ªsimo inter¨¦s en que los t¨¦rminos Reagan-anti-Reagan o los sobreentendidos para futuros repartos ni disuelvan ni bloqueen esta nueva fase, sino que, al contrario, permitan ahondar en las bases de derechos humanos, libertades individuales y colectivas, crecimiento de la detente y recuperaci¨®n de la personalidad jur¨ªdica y soberana de cada pa¨ªs que formaron los principios iniciales. No va a ser f¨¢cil, pero merece la pena, y en ello tendr¨¢ mucho que hacer -y, por tanto, una gran parte de responsabilidad- la delegaci¨®n espa?ola que goza de algunos privilegios en raz¨®n de su papel de organizadora.
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