El Gabinete fantasma del laborismo brit¨¢nico no se resigna a la izquierdizaci¨®n del partido

Finalmente reaccion¨® Michael Foot. En la noche del jueves, en un discurso a los diputados laboristas brit¨¢nicos, el l¨ªder del partido se?al¨® que el Gabinete fantasma hab¨ªa decidido intentar en el pr¨®ximo congreso del partido la modificaci¨®n del resultado del congreso extraordinario de Wembley, que dio a los sindicatos afiliados al laborismo, y por tanto a la izquierda del partido, un 40% de los votos en la elecci¨®n del l¨ªder laborista.Esta reacci¨®n se produjo poco despu¨¦s de que 150 diputados laboristas de todas las tendencias declararan estar en desacuerdo con la f¨®rmula adoptada en Wembley y apelaran a la unidad. Foot indic¨® que en los pr¨®ximos d¨ªas se reunir¨¢ el Gabinete fantasma para precisar qu¨¦ f¨®rmula presentar¨¢ al grupo parlamentario laborista, a?adiendo que la decisi¨®n de Wembley era perjudicial ?para la futura salud del partido? y que muchos sindicatos se encontraban molestos con este 40% del colegio electoral, que va en contra de los deseos de las agrupaciones locales del Partido Laborista.

Este acto de decisi¨®n de Michael Foot parece haber sido forzado por el general descontento en su partido, descontento al que ha colaborado la creaci¨®n por la banda de los cuatro del Consejo para la Social Democracia, el cual lanzar¨¢ la pr¨®xima semana una campa?a para agrupar a un mayor n¨²mero de miembros y conseguir fondos. Tras la dimisi¨®n de William Rodgers del Gabinete fantasma, ahora hay grandes posibilidades de que Shirley Williams renuncie a su cargo en el comit¨¦ nacional ejecutivo.

Foot, que hab¨ªa sido elegido como l¨ªder del laborismo para mantener unido al partido, parece ahora dispuesto a enfrentarse con su ala izquierda, especialmente con las actitudes pol¨ªticas adoptadas por Anthony Wedgwood Benn. El portavoz de la oposici¨®n para asuntos econ¨®micos, Peter Shore, tras un ?basta? tajante, se?al¨® que bajo Margaret Thatcher, el Reino Unido est¨¢ corriendo hacia una cat¨¢strofe, mientras la atenci¨®n p¨²blica est¨¢ concentrada en ?el espect¨¢culo romano de un gran partido que se est¨¢ desgarrando a s¨ª mismo, ante la sorpresa y el horror de sus propios seguidores y el claro deleite de sus enemigos conservadores?.

El pr¨®ximo congreso laborista, en octubre, promete, pues, ser movido e interesante, y el nuevo ardor demostrado por Michael Foot podr¨ªa evitar una escisi¨®n en el partido.