Chirac anuncia su candidatura a la Presidencia francesa
Jacques Chirac, 48 a?os, alcalde de Par¨ªs, ex primer ministro con Giscard d'Estaing, presidente de la Agrupaci¨®n por la Rep¨²blica (RPR), neogaullista, anunci¨® oficialmente ayer su candidatura a las pr¨®ximas elecciones presidenciales, cuya primera vuelta se celebrara el d¨ªa 26 de abril pr¨®ximo y la eventual segunda ronda el d¨ªa 10 de mayo. El presidente actual, Val¨¦ry Giscard d'Estaing, anunciar¨¢ su entrada en la batalla en los primeros d¨ªas del mes de marzo. Por su parte, los socialistas han afirmado que no negociar¨¢n con los comunistas antes del escrutinio definitivo.
El alcalde de Par¨ªs, sin que sorprendiera a nadie, se declar¨® candidato a la Presidencia como representante de la fracci¨®n mayoritaria del gaullismo que le es fiel. El gaullista ?hist¨®rico? Michel Debr¨¦ concurre igualmente y aglutina una tendencia no despreciable. M¨¢s minoritaria es la que puede seguir al ?tercer hombre? del gaullismo, que es una mujer: Marie France Garaud. Chirac pretende ser el leg¨ªtimo representante de esta componente de la actual mayor¨ªa gubernamental.
Cuando el presidente Giscard anuncie su candidatura, la misma ?banda de los cuatro? que protagoniz¨® la ¨²ltima consulta nacional de 1978 acentuar¨¢ la precampa?a electoral que ya desarrollan ampliamente todas las formaciones pol¨ªticas. Pero, en esta ocasi¨®n, adem¨¢s del objetivo diferente (elegir un presidente de la Rep¨²blica, y no una asamblea), el clima pol¨ªtico interior, como el entorno internacional, modifican la naturaleza y la forma de la confrontaci¨®n.
Favorecer a Miterrand
En la mayor¨ªa gobernante, el gaullismo y el giscardismo han roto definitivamente. La fracci¨®n chiraquista har¨¢ su enemigo n¨²mero uno durante la campa?a, no a la coalici¨®n comunistas-socialistas, como en 1978, sino al presidente Giscard. Su determinaci¨®n, seg¨²n estiman todos los especialistas, llegar¨ªa hasta favorecer, en la probable segunda vuelta, al candidato socialista Fran?ois Mitterrand.En la oposici¨®n de izquierdas, la divisi¨®n entre socialistas y comunistas es igualmente irreversible. El domingo pasado, el nuevo primer secretario del Partido Socialista (PS), Lionel Jospin, le respondi¨® sin ambages al l¨ªder y candidato oficial comunista Georges Marchais, que, sin respiro, interpela a los socialistas sobre sus intenciones de contar, o no, con ministros comunistas en caso de victoria de Mitterrand. Jospin afirm¨® que la cuesti¨®n no es de actualidad antes del escrutinio presidencial, ni incluso lo ser¨ªa inmediatamente despu¨¦s. El problema para el PS s¨®lo se plantear¨ªa tras la disoluci¨®n de la Asamblea Nacional (actualmente con una mayor¨ªa de derechas), que implicar¨ªa el triunfo del candidato socialista. Y aun en tal caso, el PCF tendr¨ªa que cambiar de pol¨ªtica.
Con esta actitud, el PS responde a la ?trampa grosera? que, seg¨²n Jospin, ha empleado siempre el PCF para impedir a los socialistas llegar al poder: ?espantar a los franceses moderados con los ministros comunistas?.
El contexto internacional de crisis econ¨®mica y tendente a la ?firmeza? en el plano pol¨ªtico, si no de manera determinante, jugar¨¢ tambi¨¦n en la mente del electorado franc¨¦s. En el momento presente, se da como probable la victoria de Giscard, pero una fracci¨®n del electorado gaullista y el electorado comunista, a pesar de las consignas expl¨ªcitas o t¨¢citas de la direcci¨®n del partido en contra de Mitterrand, pueden ponerle a este ¨²ltimo la presidencia en las manos.
El voto comunista
Mitterrand espera que el electorado comunista le vote, a pesar del ?giro a la derecha? del que le acusa la direcci¨®n del PCF, y espera igualmente que una parte de los sufragios gaullistas le hagan presidente ?contra? Giscard. Este ¨²ltimo, a su vez, espera que todos esos c¨¢lculos, y las batallas s¨®rdidas que se van a desencadenar en las semanas pr¨®ximas, inciten a los franceses a ofrecerle un segundo septenato.
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