La veda pondr¨¢ fin a la matanza de acu¨¢ticas

La temporada de caza de acu¨¢ticas y palomas en pasos termina el primer domingo de marzo, lo que tradicionalmente significa una pr¨®rroga a la campa?a cineg¨¦tica. Sin embargo, de persistir la sequ¨ªa, el Icona adelantar¨¢ la veda, debido a que estas especies se encuentran sin defensas, al carecer de agua.

Esta medida de protecci¨®n, sin embargo, quiz¨¢ llegue tarde. En zonas manchegas ya se est¨¢n efectuando aut¨¦nticas matanzas de acu¨¢ticas, al igual que en embalses de la zona centro, donde se caza con m¨¦todos ilegales ante la ausencia de una guarder¨ªa.La avifauna del sur peninsular sufre los efectos de la sequ¨ªa y el intenso fr¨ªo, que causan estragos en los pastizales, indispensables para alimentar a todas las especies cineg¨¦ticas. Todos los animales aparecen desnutridos y paralizados, hasta el extremo de no huir ante la presencia del hombre. En el coto de Do?ana se han adoptado ya medidas de urgencia y abierto pozos, que abastecen a la poblaci¨®n de 200.000 an¨¢tidas y 40.000 gansos.

Sin embargo, en otras zonas que sufren los mismos efectos de la sequ¨ªa no se ha prohibido ni siquiera la caza, ¨²nica medida que garantizar¨ªa la supervivencia de unas especies que tienen que regresar a sus pa¨ªses de procedencia para criar. Y en los n¨²cleos donde el agua no escasea -grandes embalses del centro- se est¨¢n aniquilando las acu¨¢ticas, al cazarlas con embarcaciones a motor, lo que est¨¢ prohibido en la ley de Caza. Todo se reduce a entrar a gran velocidad en me dio del bando y con las escopetas repetidoras ir abatiendo las piezas que, por su lentitud en el inicio del vuelo, siempre est¨¢n al alcance de los perdigones.

Estas situaciones se est¨¢n repitiendo todos los fines de semana con la mayor impunidad, porque la Guardia Civil ya no se inmiscuye en asuntos cineg¨¦ticos y la guarder¨ªa m¨®vil del Icona es como si no existiera. La ¨²nica oposici¨®n a los cazadores se la plantean los pescadores, que, sin embargo, por la precauci¨®n de evitar enfrentarse a alguien que dispone de un arma, tienen que buscar la pesca en zonas menos propias, donde su vida no est¨¢ en peligro.

Este tipo de caza incontrolada supone adem¨¢s un peligro para las especies protegidas. Han tenido que quedar menos de cincuenta ejemplares de malvasia en Espa?a, lo que significa la mayor poblaci¨®n de Europa, para que se veden las lagunas cordobesas del Rinc¨®n y Zo?ar, h¨¢bitat de esta an¨¢tida. Hace diez a?os quedaban cien parejas, poco despu¨¦s se declar¨® protegida la especie y, pese a ello, desapareci¨® de sus reductos de C¨¢diz y Sevilla. Ahora se ha tenido que prohibir la caza de cualquier especie en las zonas donde habita la malvasia, porque se reconoce que los cazadores o no respetan las especies protegidas o no las conocen.