"Cumbre" de los "no alineados": algunas razones para acudir a Nueva Delhi
Los acontecimientos pol¨ªticos internos, que alteran las actuales estructuras partidistas y que asombran a la opini¨®n p¨²blica, no debieran ser obst¨¢culo para eludir -al menos en comentarios marginales a toda decisi¨®n pol¨ªtica- aspectos de la din¨¢mica internacional. Espa?a, potencia media, pero de valor estrat¨¦gico y de imagen grandes, puede y debe seguir manteniendo -con dignidad e independencia- su puesto en los asuntos mundiales que, directa o indirectamente, afectan a los intereses nacionales.En el verano de 1979, el Gobierno Su¨¢rez tom¨® la decisi¨®n de que se acudiese, como pa¨ªs invitado, a la VI Conferencia de Jefes de Estado y de Gobierno de los pa¨ªses no alineados, que se celebr¨® en La Habana, y que participamos a nivel de secretario de Estado. Fue una decisi¨®n contestada, parcialmente, por sectores de la propia UCD y, naturalmente, de la oposici¨®n a la derecha de UCD. Mantuve entonces y reitero ahora que fue una decisi¨®n pol¨ªtica correcta y positiva para nuestra imagen de independencia, como dato objetivo para eventuales negociaciones en ¨¢mbitos de seguridad y, en definitiva, como valor informativo t¨¦cnico.
Varias razones -v¨¢lidas antes y ahora, obviamente, a mi juicio personal- apuntaban a la conveniencia pol¨ªtica de nuestra presencia en este foro internacional del Tercer Mundo; es decir, de un conjunto de pa¨ªses que se acercan a las dos terceras partes del censo mundial de pa¨ªses y que se debaten por la independencia y, sobre todo, por su desarrollo social.
En primer lugar, nuestro estatuto era entonces -y puede seguir siendo- de ?invitado?, no de ?miembro? o de ?observador?. Esta distinci¨®n diplom¨¢tica aclara mucho. Invitados fueron, tambi¨¦n, Austria, Finlandia, Portugal, Suecia, Suiza, entre otros, junto con organizaciones de Naciones Unidas y de agencias especializadas. En el nivel m¨¢s comprometido de ?observador? asistieron pa¨ªses con reg¨ªmenes diferentes; as¨ª, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Filipinas, M¨¦xico, Uruguay, Venezuela... La identificaci¨®n de esta conferencia con una ideolog¨ªa cerrada o dogm¨¢tica anti europea es absolutamente inexacta. El estatuto de invitado no tiene compromiso pol¨ªtico alguno. Por el contrario, tiene una alta rentabilidad de imagen -independencia y preocupaci¨®n por los problemas del Tercer Mundo- y de recepci¨®n informativa muy considerable. Acudir de mero espectador a tomar nota de los puntos de vista de cerca de cien pa¨ªses miembros, de varios continentes, de diferentes sistemas sociales, es obtener una fuente de informaci¨®n de primera mano.
En segundo lugar, nuestra presencia, con este estatuto modesto de invitado, no debe interpretarse como una pretensi¨®n ingenua de querer pertenecer al Tercer Mundo. Muchos buenos amigos insisten en no distinguir entre pol¨ªtica tercermundista y pol¨ªtica en el Tercer Mundo. Nosotros formamos parte, de forma inequ¨ªvoca, del mundo europeo, con sus valores de democracia pluralista y libertad, pero en el mundo europeo occidental se puede o podr¨ªa estar de muchas maneras: como sociedad sat¨¦lite, como sociedad independiente o como sociedad de dependencia cr¨ªtica. Si no consigui¨¦ramos tener una independencia total, seamos al menos cr¨ªticos de la dependencia. Espa?a se reitera, desde casi todos los ¨¢ngulos ideol¨®gicos, que forma parte del espacio geogr¨¢fico y pol¨ªtico que ha elevado las ideas de libertad, democracia y desarrollo a categor¨ªas constitucionales. Nada de esto se pone en duda. Por el contrario, es desde esta perspectiva con la cual debemos aproximarnos a los pa¨ªses latinoamericanos, africanos y asi¨¢ticos. Esta aproximaci¨®n/comunicaci¨®n no es alejamiento de Europa, sino complementariedad dentro de ina dependencia relativa. Nuestras relaciones cualificadas con Latinoam¨¦rica, nuestra proximidad con Africa, no tienen por qu¨¦ incidir negativamente con nuestro proceso de integraci¨®n en Europa. En otras palabras, nuestro papel de Estado-puente se acrecienta y se puede acrecentar m¨¢s. Espa?a es uno de los pocos pa¨ªses europeos que no tiene un ministerio, una secretar¨ªa de Estado o una agencia para la cooperaci¨®n, de modo global.
En tercer lugar, creo sinceramente que, en esta coyuntura internacional, de replanteamiento de la pol¨ªtica de bloques y de su eventual incidencia en amplias zonas del Tercer Mundo -Am¨¦rica y Africa, especialmente-, nuestra ausencia, a este nivel de espectador o invitado, podr¨ªa interpretarse, con mayor o menor rigor anal¨ªtico, como una primera respuesta adelantada a la nueva administraci¨®n americana. Podernos correr, innecesariamente, el riesgo de ser m¨¢s papistas que el Papa.
Nuestra presencia en,Nueva Delhi, enesta reuni¨®n preparatoria de la de Bagdad en 1982, en calidad de invitado, sin compromisos pol¨ªticos, con el objetivo de ver e informarse, coadyuvar¨ªa, sin duda, a mantener e incrementar nuestra posici¨®n de independencia nacional y de constataci¨®n del hecho de la preocupaci¨®n por la causa del proceso social, desde nuestra inequ¨ªvoca perspectiva de pa¨ªs democr¨¢tico y occidental.
Ra¨²l Morodo es embajador extraordinario, rector de La Universidad Internacional Meri¨¦ndez Pelayo y profesor en la Universidad de Madrid.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.