Se inicia en Canad¨¢ el debate parlamentario sobre la Constituci¨®n
La C¨¢mara de los Comunes de Canad¨¢ inici¨® en Ottawa el debate de la que podr¨¢ ser la primera Constituci¨®n del pa¨ªs sin condicionamientos poscoloniales.La oposici¨®n conservadora en el Parlamento, por entorpecedora que pretenda ser, no podr¨¢ sino retrasar el plan del Gobierno liberal en esta nueva etapa constituyente, pues liberales y ?neodem¨®cratas? (socialdem¨®cratas) forman una c¨®moda mayor¨ªa afin al texto ya le¨ªdo y enmendado hasta el viernes pasado por un comit¨¦ mixto de diputados y senadores en funciones de tribunal constitucional.
El Gobierno, en cualquier caso, pretende no s¨®lo que su texto salga airoso de esta etapa, sino tambi¨¦n conseguirlo en el menor tiempo posible, antes que las audiencias de seis de las diez provincias -cuyos Gobiernos regionales se oponen al proyecto- puedan fallar en contra de la constitucionalidad de la reforma, lo que s¨ª retardar¨ªa, hasta ponerlo en peligro, el plan de Ottawa.
Los conservadores y los secesionistas de la provincia franc¨®fona de Quebec consideran que el del primer ministro, Pierre Trudeau, reduce la tradicional autonom¨ªa regional, por m¨¢s que no discutan la necesidad de una reelaboraci¨®n aut¨®ctona de la carta otorgada por el Reino Unido a la ?Am¨¦rica del Norte brit¨¢nica? en 1867.
En sucesivas adaptaciones de aquel documento, Canad¨¢ siempre mantuvo una subsidiariedad formal respecto al legislativo brit¨¢nico en lo que respecta a la reforma de sus leyes fundamentales.
Todav¨ªa en 1931, fecha de la m¨¢s reciente readaptaci¨®n constitucional del texto vigente hasta hoy, se reforz¨® la interpretaci¨®n tradicional de que la federaci¨®n canadiense resulta de la ?voluntad libre de sus provincias?.
Carta otorgada
El texto constituyente del Gobierno es b¨¢sicamente la carta otorgada brit¨¢nica, pero la inclusi¨®n de un pre¨¢mbulo en forma de ?carta de derechos ciudadanos?, de la m¨¢s pura tradici¨®n americana, rompe con los moldes jur¨ªdicos brit¨¢nicos (Common Law), otorga la soberan¨ªa plena a los poderes federales y elimina de hecho la condici¨®n de ?depositarios de la Constituci¨®n? en los Gobiernos provinciales,El proyecto de Trudeau se completa con una f¨®rmula de nuevas enmiendas constitucionales para el futuro, que ya no necesitar¨¢n -como ocurre ahora- la aprobaci¨®n formal del Parlamento brit¨¢nico.
El Gobierno conservador brit¨¢nico comenz¨® en las ¨²ltimas semanas a considerar la oposici¨®n de esa mayor¨ªa de provincias canadienses al proyecto, especialmente ante signos de agitaci¨®n en el Partido Laborista.
La reacci¨®n de Ottawa fue inmediata y de singular violencia, tanto cuando se expres¨® en forma de declaraciones oficiales a la Prensa local e internacional como cuando emiti¨® ¨¦stas ?por v¨ªa diplom¨¢tica?.
Las acusaciones de injerencia brit¨¢nica en los asuntos internos de Canad¨¢ del Gobierno de Trudeau llevaron a Londres incluso a cesar en su puesto a uno de los principales se?alados, el embajador brit¨¢nico en Ottawa, sir John Archibald Ford.
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