Reagan pretende que Europa deje de ayudar a la oposici¨®n salvadore?a

La Administraci¨®n Reagan presiona fuertemente sobre sus aliados europeos para que suspendan o eviten cualquier tipo de ayuda a la guerrilla salvadore?a. Con este objetivo, un alto funcionario del Departamento de Estado, Lawrence Eagleburger, celebr¨® ayer, en Bruselas, una reuni¨®n con los embajadores de todos los pa¨ªses miembros de la Organizaci¨®n para el Tratado del Atl¨¢ntico Norte (OTAN). Las presiones norteamericanas se dirigen tambi¨¦n a la Comunidad Econ¨®mica Europea (CEE) a fin de que los diez no faciliten la ayuda alimenticia prevista para el peque?o pa¨ªs de Am¨¦rica Central.La nueva pol¨ªtica norteamericana de apoyar sin reservas a la Junta salvadore?a, presidida por un democristiano, y de aislar completamente a los insurgentes, tropieza, sin embargo, con serios resquemores en algunos pa¨ªses europeos y, muy fundamentalmente, en la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA). El Gobierno de Bonn no presta su ayuda a los guerrilleros, pero s¨ª lo hace el Partido Socialdem¨®crata, en el poder, a trav¨¦s de la Internacional Socialista, a cuyo bur¨® dirigente pertenece precisamente el principal l¨ªder del Frente Democr¨¢tico Revolucionario, integrado en la guerrilla.

El Gobierno norteamericano pretende que el canciller Schmidt ?controle? a su partido y, a trav¨¦s de ¨¦l, a la Internacional Socialista. Para ello, Eagleburger ha tra¨ªdo a Bruselas un grueso informe en el que se presentan pruebas sobre la presencia de armas sovi¨¦ticas llegadas a poder de los guerrilleros salvadore?os v¨ªa Cuba. Entre las armas detectadas existen algunas, al parecer, que son de procedencia norteamericana y que fueron abandonadas en Vietnam.

Los europeos -la RFA, Holanda, B¨¦lgica y Francia- estiman que Estados Unidos deber¨ªa ofrecer en contrapartida seguridades de que la Junta de El Salvador est¨¢ dispuesta a respetar, al menos razonablemente, los derechos humanos. Los Gobiernos de Bonn, La Haya o Bruselas alegan que tienen que enfrentarse con una opini¨®n p¨²blica claramente simpatizante con los rebeldes centroamericanos y que ya encuentran suficientes dificultades en el seno de sus propios partidos, en relaci¨®n con temas como el armamento nuclear, para introducir un nuevo elemento de distorsi¨®n. La gira europea de Eagleburger incluye tambi¨¦n visitas a Francia, Holanda y Gran Breta?a.