El eje Par¨ªs-Bonn

El presidente franc¨¦s se felicita m¨¢s sinceramente que el canciller alem¨¢n de la victoria de Reagan; sin embargo, han llegado, sin demasiadas dificultades, a firmar un texto conforme a las convicciones del uno y del otro, pues los principios y la abstracci¨®n facilitan la aproximaci¨®n de los esp¨ªritus de buena voluntad. Queda por saber si, frente a una coyuntura de crisis, los dos hombres reaccionar¨ªan de la, misma manera. (...)Helmut Schmidt no se ha convertido a un gaullismo alem¨¢n, no pone la alianza francesa por encima de la alianza americana. Hoy como ayer, la alianza americana sigue siendo el imperativo n¨²mero uno, la condici¨®n de la seguridad, la garant¨ªa que permite a la Rep¨²blica Federal negociar con Mosc¨².

La cooperaci¨®n interna con Francia no constituye un sustituto de la alianza americana, favorece el juego de Bonn entre Mosc¨² y Washington. En acuerdo con Par¨ªs, Bonn tiene mejores posibilidades de resistir a la presi¨®n de Reagan el d¨ªa en que pida a los europeos un esfuerzo suplementario de armamentos o una manifestaci¨®n de solidaridad con ocasi¨®n de una crisis internacional. (...)

Puede que Helmut Schmidt comparta las ideas de Giscard d'Estaing sobre el papel Mundial de Europa, pero piensa sobre todo en la ostpolitik, amenazada por la ruptura del di¨¢logo entre Mosc¨² y Washington. Asediado por la izquierda de su partido, atento a no chocar con el Kremlin, se siente m¨¢s fuerte lig¨¢ndose con Francia para mantener una l¨ªnea entre las amenazas del Kremlin y las presiones de la Casa Blanca. (...)

La diplomacia francesa estimul¨® la ostpolitik, pero no aconseja el deslizamiento de Bonn a una semi-neutralidad. En la pareja Francia-Alemania, Francia es, de los dos pa¨ªses, el m¨¢s atl¨¢ntico en profundidad.

18 de febrero