La participaci¨®n de Orwell en la guerra civil espa?ola fue crucial en su evoluci¨®n literaria

En Espa?a, George Orwell temi¨® m¨¢s a las ratas que a las balas. Una de estas ¨²ltimas le alcanz¨® en el cuello y no le mat¨® de milagro en una de las batallas de la guerra civil, en la que particip¨® el gran escritor ingl¨¦s como brigadista internacional. Las ratas fueron, sin embargo, su obsesi¨®n y su martirio, aunque, claro, no su experiencia principal. Sobre ¨¦sta acaba de publicarse un importante estudio biogr¨¢fico en Londres. En esta obra, George Orwell: una vida., f¨ªrmada por Bernard Crick, se analiza aquella peripecia personal del autor de 1984, una premonici¨®n de lo que nos puede ocurrir en esta d¨¦cada, y Homenaje a Catalu?a. En esta biograf¨ªa se deduce que esta estancia en Espa?a fue crucial para la posterior evoluci¨®n literaria de George Orwell.
?La guerra de Espa?a y otros acontecimientos ocurridos en 1936-1937 cambiaron las cosas, y desde entonces supe d¨®nde me encontraba. Cada l¨ªnea en serio que he escrito desde 1936 ha sido escrita, directa o indirectamente, contra el totalitarismo y a favor del socialismo democr¨¢tico como yo lo entiendo?, escribi¨® George Orwell en 1946, una ¨¦poca en la que el escritor ingl¨¦s se?alaba que hab¨ªa querido ?cambiar la literatura pol¨ªtica en arte?.Orwell, quien en el frente de Huesca por fin descubriera ?realmente el socialismo? (y lo que aqu¨ª cuenta es lo de realmente), formul¨® por vez primera su concepto de totalitarismo poco despu¨¦s de su huida de Espa?a, empezando a apreciar tales factores en el estalinismo y en el movimiento nazi. Poco antes de ir a Espa?a, Orwell se hab¨ªa acercado al Partido Laborista Independiente (ILP), un grupo ?izquierdista, igualitario y una extra?a mezcla inglesa de evangelismo secularizado y comunismo no marxista?, en palabras del ¨²ltimo bi¨®grafo del parad¨®jico escritor ingl¨¦s, el profesor Bernard Crick, quien con su bien documentada obra George Orwell: una vida ha hecho una contribuci¨®n important¨ªsima al panorama literario internacional.
George Orwell/Eric Blair, ese ?tory anarquista? que se educara en el elitista colegio de Eton, sigui¨® de cerca los acontecimientos espa?oles y desde un principio pens¨® que la intervenci¨®n alemana e italiana era el preludio de una segunda guerra mundial, aunque hasta septiembre de 1939 se opusiera al rearme brit¨¢nico contra Alemania. .En alg¨²n momento del oto?o de 1936, Orwell se decidi¨® a ir a Espa?a, y todo indica que esta dec¨ªsi¨®n result¨® principalmente de su deseo de ir a luchar por unos ideales y no para escribir un libro.
Tras una visita de cortes¨ªa a Harry Pollitt, secretario general del PC brit¨¢nico, Orwell sali¨® de Londres el 22 de diciembre de 1936, llegando a Barcelona cuatro d¨ªas despu¨¦s. En el camino tuvo tiempo de detenerse en Par¨ªs y de visitar a Henry Miller. Eran hombres muy diferentes, Miller no estaba para nada interesado en la guerra espa?ola, e incluso declar¨® a Orwell que era ?una idiotez? ir a Espa?a, y que cualquiera que fuera por sentido de la obligaci¨®n era est¨²pido.
Luchador antifascista
Al llegar a Barcelona, Orwell se dirigi¨® r¨¢pidamente a la oficina del ILP, se enrol¨® en la milicia del POUM y sali¨® para el frente. Lo que a Orwell le ocurri¨® en Espa?a es sobradamente conocido. Todos los testigos est¨¢n de acuerdo en que Orwell no ten¨ªa miedo y llegaba a arriesgar su vida por coger un saco de patatas ante los tiros del enemigo. Era un valiente, pero ten¨ªa fobia a las ratas. Una noche en que su campamento estaba durmiendo, una rata hab¨ªa estado molestando reiteradamente al escritor ingl¨¦s, quien sac¨® su fusil y dispar¨® contra el animal, armando un gran revuelo. Los dos frentes se pusieron a disparar, la artiller¨ªa rugi¨® y algunos destacamentos salieron a patrullar.Tras 115 d¨ªas en el frente, Orwell logr¨® un permiso para ir a Barcelona, donde presenci¨® y particip¨® en los acontecimientos de mayo, que marcaron el control creciente que el PC estaba logrando en la zona republicana, conteniendo el fervor revolucionario. La mayor¨ªa del contingente del ILP era fervientemente anticomunista, incluso antes de llegar a Espa?a, y Orwell no fue una excepci¨®n. Pudo observar directamente las distorsiones que de la situaci¨®n hac¨ªa la Prensa extranjera cuando hablaba de agents provocateurs trotskistas.
Como observa Crick, ?Orwell vio con sus propios ojos no solamente la distorsi¨®n de la verdad a trav¨¦s de perspectivas discrepantes, sino la mera invenci¨®n de la historia. Un aspecto de 1984 estaba ya ocurriendo. ?Poco despu¨¦s, Orwell volv¨ªa al frente, y el 20 de mayo, mientras hablaba a sus hombres de los burdeles de Par¨ªs, su alta silueta se perfil¨® en la aurora y una bala certera le atraves¨® el cuello. Se salv¨® de milagro. Esta herida le decidi¨® a marcharse, aunque le cost¨® tomar esta resoluci¨®n. Sus diligencias para salir de Espa?a comenzaron el 14 de junio de 1937 y no desembocaron hasta seis d¨ªas despu¨¦s.
La experiencia espa?ola de Orwell es crucial para comprender la posterior literatura de este escritor ingl¨¦s que en la milicia del POUM hab¨ªa cre¨ªdo descubrir, ?en teor¨ªa al menos, una democracia y no una jerarqu¨ªa?. Como indica su bi¨®grafo, despu¨¦s de Espa?a, las experiencias formativas de Orwell hab¨ªan terminado. Homenaje a Catalu?a fue publicado en el Reino Unido el 25 de abril de 1938 y recibi¨® el esperado ataque por parte del Daily Worker.
?Podr¨ªa haber sido un vicario feliz / hace doscientos a?os / para predicar sobre el juicio final y mirar mis nogales crecer. / Pero nacido, por desgracia, en una ¨¦poca perversa / se me escap¨® ese cielo placentero...?. (George Orwell, 1935).
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