La democracia, de cuerpo presente en el Club Siglo XXI
Los salones del Club Siglo XXI se llenaron la noche del jueves de un p¨²blico deseoso de asistir al acta de defunci¨®n de la democracia espa?ola, certificada desde esa tribuna por Emilio Romero. ?La cuarta democracia espa?ola ha muerto?, afirm¨® el conferenciante. El luto de las se?oras -se lleva rnucho el negro- induc¨ªa a un error inicial, pero no, aquello no era un duelo. Hab¨ªa un solo cad¨¢ver, el de la democracia, y varios cientos de resucitados.Del pasillo al sal¨®n de conferencias desfilaba, a eso de las ocho de la tarde, un gent¨ªo de viejas caras conocidas. ?Cu¨¢ndo las hab¨ªa visto juntas por ¨²ltima vez?, se preguntaba uno. ?Fue en un telediario de principios de los setentao m¨¢s bien desfilando ant¨¦ el cad¨¢ver de Franco en un fr¨ªo d¨ªa de noviembre, algunos a?os despu¨¦s? Al verlos venir, y de saber que sobre la tribuna del Club Siglo XXI iba a velarse un cad¨¢ver dentro de unos momentos, lo l¨®gico hubiera sido pensar que el que estaba de cuerpo presente era nuevamente Franco.
Fern¨¢ndez Sordo, Garc¨ªa Ramal, Mombiedro de la Torre, L¨®pez de Letona, el sindicalista Carlos Iglesias Selgas, Pedro Zaragoza -eterno ?alcalde de Benidorm?-, Fernando Bau Carpi -?Me acuerdo mucho de tu padre?, le dir¨ªa Romero a los Dostres-, Tom¨¢s Allende, Cruz Mart¨ªnez Esteruelas, Alfonso Osorio, Vizca¨ªno Casas, Ismael Medina y varias decenas m¨¢s de significados franquistas contribuyeron al revival de esa noche.
Hasta el t¨¦rmino de la conferencia, Manuel Fraga y Carmen Prieto, la mujer de Ram¨®n Tamames, representaban lo m¨¢s izquierdoso de la audiencia, dado que Enrique de la Mata se fue a media exposici¨®n. Ausentes de la cena Fraga y Carmen Prieto, los comensales se constituyeron en bloque homog¨¦neo. El cuadro de Franco, siendo condecorado por Alfonso XIII, presid¨ªa con esplendor renovado la cena y la conversaci¨®n entre una bruma de puros.
Estimulado por las preguntas de los incondicionales -el jab¨®n iba de un lado a otro de la mesa, acompa?ando al micr¨®fono con presta diligencia-, el conferenciante reparti¨® sentencias adereza das, en ocasiones, de gracia y amargura. Se aplaudi¨® cuando, en respuesta a una pregunta de Igle sias Selgas, dijo: ?Carlos, tienes un encanto irresistible para m¨ª, llegas met¨®dicamente tarde a las conferencias para estar brillante en los coloquios?. Amargura hab¨ªa en sus palabras cuando se refiri¨® a la ausencia de la izquierda en el coloquio. Tambi¨¦n estaba ausente la derecha constitucional.
El Club Siglo XXI volvi¨® esa noche a sus or¨ªgenes, abandonado por toda la clase pol¨ªtica del arco democr¨¢tico. En torno al presunto cad¨¢ver de la cuarta democracia se dieron cita las mismas caras de hace se¨ªs o siete a?os. Sentados en torno a la ancha mesa y al mirarse es probable que.pensaran que con Franco se viv¨ªa mejor, pero tambi¨¦n debieron darse cuenta de que con ¨¦l eran m¨¢s j¨®venes. ?Acabemos con el parlamentarismo para que haya Parlamento y hagaipos la quinta democracia al modo gaullista, para que no se repita el golpe?, fue el mensaje de Romero.
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