Marruecos cree haber reforzado su posici¨®n militar en el Sahara
La guerra del Sahara ha cumplido ya cinco a?os. En todo ese tiempo, ?qui¨¦n ha ganado? ?Va el Polisario camino de convertirse en una guerrilla testimonial? ?Est¨¢ Marruecos, aislado internacionalmente, a punto de derrumbarse? La realidad es muy diferente seg¨²n se vea en Rabat o en Argel. Las manifestaciones de los contendientes est¨¢n tan desequilibradas por el af¨¢n propagand¨ªstico que resulta dif¨ªcil valorar los hechos cotidianos. Otra cosa son las grandes l¨ªneas y las constantes del conflicto. He aqu¨ª c¨®mo ven estas ¨²ltimas los marroqu¨ªes.
La posici¨®n militar de Marruecos se ha reforzado considerablemente. Las FAR, que se arman a marchas forzadas, que modernizan constantemente su equipo, que han adquirido una pasable preparaci¨®n para la guerra de las arenas, han mejorado considerablemente su moral y est¨¢n en condiciones de defender el Sahara ¨²til, grandes ciudades, puertos y circuitos econ¨®micos.La l¨ªnea fortificada que cierra todo ese per¨ªmetro ¨²til est¨¢ completada desde los montes Uarkziz hasta Smara, y debe cerrarse con la construcci¨®n de los doscientos kil¨®metros de fortificaciones restantes, entre Bojador y Smara.
La reanudaci¨®n de la explotaci¨®n de los fosfatos de Bu Craa y la reactivaci¨®n de la correa transportadora que une el centro minero de Bu Craa con el puerto de El Aai¨²n ser¨¢ para los marroqu¨ªes la prueba definitiva de que Marruecos consolid¨® de una manera militarmente irreversible sus posiciones.
Ayuda saud¨ª
La ayuda financiera que aporta Arabia Saud¨ª, favorecida ahora necesariamente por la boda de la hija mayor del rey Hassan II con el hijo del pr¨ªncipe heredero saud¨ª, Fahd, aunque no inagotable, permite a Rabat continuar el esfuerzo de guerra sin poner en peligro el desarrollo econ¨®mico del pa¨ªs.
En lo interno, el apoyo de la clase pol¨ªtica a la marroquinidad del Sahara es hoy mayor y m¨¢s un¨¢nime que nunca. Hasta grupos radicales, como el 23 de Marzo o los marxistas que fueron encarcelados hace unos a?os por apoyar al Polisario, coinciden hoy con el poder en una unanimidad s¨®lo rota por grupos en el extranjero, minoritarios y sin influencia real en el interior.
Esta unanimidad hace el agosto de todos. Del rey y del poder, porque ha logrado hacer participar en el juego democr¨¢tico a todos, y por que esa participaci¨®n permite un respiro social. De los partidos de oposici¨®n, porque esa necesidad de consenso es una garant¨ªa de supervivencia y profundizaci¨®n del sesgo hacia la democracia, adoptado desde 1975.
Hoy existe a¨²n un evidente desfase entre el discurso pol¨ªtico del rey y la actuaci¨®n concreta de las instituciones que son la base de su poder. La oposici¨®n, que considera que la crisis actual -antes de entrar en transformaciones pol¨ªticas del r¨¦gimen- es eminentemente t¨¦cnica, conf¨ªa que, tarde o temprano, el rey tomar¨¢ las medidas necesarias para hacer de Marruecos un pa¨ªs capitalista moderno, que parece ser la aspiraci¨®n generalizada hasta el a?o 2000.
Aislamiento internacional
El rey y sus partidos de oposici¨®n discrepan solamente en cuanto al car¨¢cter del aislamiento internacional de Marruecos y sus causas. Para la oposici¨®n, este es el terreno donde Marruecos se muestra hoy m¨¢s d¨¦bil, enfrentado a 45 pa¨ªses -de ellos, veintis¨¦is africanos- que han reconocido a la Rep¨²blica Arabe Saharaui Democr¨¢tica (RASD), y de donde pueden proceder futuros sobresaltos.
En este terreno, la oposici¨®n es relativamente pesimista y estima que tanto la URSS como Estados Unidos, o la propia Europa occidental, se oponen a la pol¨ªtica sahariana del rey. Hassan II y el poder pol¨ªtico oficial no comparten esta apreciaci¨®n y consideran, primero, que el reconocimiento de la RASD por la OUA puede dar lugar a la escisi¨®n de la Organizaci¨®n para la Unidad Africana (OUA) o, en el peor de los casos, a la retirada de Marruecos de ella.
El mensaje de felicitaci¨®n enviado por el presidente Ronald Reagan al rey Hassan II en estos d¨ªas ha sido considerado como altamente ilustrativo del respaldo que la nueva Administraci¨®n norteamericana se dispone a prestar a Marruecos.
Nada de ello, sin embargo, permite pensar que el conflicto est¨¦ a punto de finalizar, y aqu¨ª es donde la opini¨®n marroqu¨ª est¨¢ compartida entre los que creen que una guerra con Argelia es inevitable a largo plazo y quienes piensan que a¨²n es posible encontrar un acomodo de tipo magreb¨ª con Argel.
A pesar de las decepciones sufridas por los marroqu¨ªes de sus m¨²ltiples intentos de acercamiento a Argelia, en Rabat se piensa a¨²n que un entendimiento con el presidente Chadli Benjedid es a¨²n posible.
Aunque el Istiqlal, e incluso la oposici¨®n, no dejan de estigmatizar el respaldo directo de Argel al Polisario y la ?agresi¨®n y expansionismo argelinos?, los embajadores de Marruecos tienen buen cuidado en singularizar. el ?intervencionismo libio? y, como hace unos d¨ªas Taieb Bumazza, embajador de Hassan II en Portugal, para Marruecos ?el problema del Sahara se incluye hoy en el marco m¨¢s amplio de las aspiraciones hegem¨®nicas libias?.
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