El Barcelona acus¨® el trauma Quini
El Atl¨¦tico-Barcelona era un encuentro adulterado por la ausencia de Quin? y por el desarrollo del juego. Hay que convenir que la ausencia forzada del centro delantero barcelonista modific¨® sustancialmente la actuaci¨®n de su equipo. El Barcelona, que no mereci¨® la derrota, acab¨® por acusar el trauma del secuestro. Hacia el final, los azulgranas tuvieron en sus piernas la torpeza de quien psicol¨®gicamente se siente casi incapaz de coordinar sus movimientos. El Barcelona, que hizo m¨¦ritos para alcanzar, al menos, el empate, perdi¨® porque en ning¨²n momento tuvo la serenidad suficiente para imponerse en el ¨¢rea de Navarro.Durante el partido, probablemente, los contendientes se olvidaron de Quin?, pero fueron suficientes los nervios de d¨ªas anteriores para que eljuego resultara extra?o. El Barcelona no se movi¨® con la soltura de los ¨²ltimos domingos. Sali¨® a todo gas, dispuesto a soltar en sus carreras la presi¨®n a la que hab¨ªa estado sometido. Y, pese a los marcajes f¨¦rreos, fueron los visitantes quienes se marcharon hacia adelante con m¨¢s facilidad. Estella se le perdi¨® a Quique por la banda de la tribuna en numerosas ocasiones, Mart¨ªnez super¨® a Robi, y aunque Schuster estuvo muy vigilado por Ruiz y mantuvo con ¨¦l una pelea no muy ortodoxa, el Barcelona se adue?¨® del centro del campo y empuj¨® con m¨¢s fuerza.
El Atl¨¦tico se mantuvo firme, porque Balbino y Arteche, como pudieron, cortaron en seco las penetraciones de Ram¨ªrez; Julio Alberto s¨®lo dej¨® jugar a Simonsen a r¨¢fagas; Esteban cambi¨® a Sierra de demarcaci¨®n, y en el constante toma y daca, Marcos le gan¨® la partida a Zuvir¨ªa en los avances, pero ¨¦ste se tom¨® cumplida revancha de cara al ¨¢rea de Navarro y se convirti¨® en varias ocasiones en un delantero m¨¢s.
El Barcelona se entreg¨® desde el comienzo en cuerpo y alma. Ni un solo hombre flaque¨®, pero no tuvo la lucidez necesaria para dominar al contrario en los metros decisivos. Atl¨¦ticos y barcelonistas, por diferentes motivos, salieron al terreno de juego m¨¢s rabiosos de lo que es habitual, y ello se tradujo en un juego viril siempre y exbesivamente duro en ciertos momentos. El ¨¢rbitro de? encuentro, S¨¢nchez Arminio, estuvo a punto de perder los papeles por dejar hacer m¨¢s de la cuenta. El encuentro amenaz¨® con caer en una continua serie de brusquedades.
En un partido de tantas y peculiares circunstancias an¨®malas se produjo menos f¨²tbol del esperado, pero se vivi¨® emocionalmente por encima de lo que en realidad sucedi¨®. El encuentro tuvo, hasta el ¨²ltimo minuto, una gran vibraci¨®n; pero curiosamente las porter¨ªas pasaron por muy escasas situaciones de peligro de gol. Adem¨¢s del gol de Marcos, el Atl¨¦tico dispuso de dos ocasiones; en la primera no alcanz¨® a rematar Ruiz y en la segunda este mismo jugador no supo dirigir la pelota hacia la meta. Hubo unajugada conflictiva en el ¨¢rea barcelonista, con derribo de Rubio, y a dos minutos de? final Artola tuvo que salir a despejar con el pie hasta su l¨ªnea media, porque el atl¨¦tico, acorralado, envi¨® un pase largo hacia Rub¨¦n Cano. El Barcelona estuvo a punto de marcar antes de la media hora, pero el remate de cabeza de Ramirez lo sac¨® casi desde la raya, ta:mbi¨¦n con la cabeza, Balbino. En el haber azulgrana solamente se pudo anotar un diab¨®lico disparo de Schuster desde fuera del ¨¢rea y el derribo de Simonsen, que para m¨ª fue penalti.
Un encuentro que se vivi¨® con el coraz¨®n encogido, ¨²nicamente proporcion¨® dos momentos de lucimiento para los guardametas. Navarro y Artola fueron casi figuras decorativas. Futbol¨ªsticamente, el partido pasar¨¢ por ser el gran acontecimiento del a?o, pero m¨¢s por lo que se jugaban ambos conteridientes que por lo que en realidad realizaron sobre el c¨¦sped. Futbol¨ªsticamente, el encuentro tir¨® m¨¢s a decepcionante, pero mereci¨® la pena verlo.
El Atl¨¦tico hizo un magn¨ªfico derroche de energ¨ªas, de sacrificio por mantener la victoria y de fe en el triunfo. Eso le salv¨®. El Barcelona no puso menos inter¨¦s, pero le fallaron hombres b¨¢sicos, como Schuster. Mart¨ªnez, Estella, Olmo, mientras jug¨®, y Alexanco mantuvieron el tipo con m¨¢s regularidad. En el Atl¨¦tico hubo festival Marcos, y Robi tambi¨¦n alcanz¨® notable.
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