Esperanza
?Ser¨¢ posible, en estos momentos, romper el poder del miedo y recobrar la esperanza? Se hace dif¨ªcil tomar de nuevo la palabra para seguir creyendo contra una historia que nos presentan como inevitable para esta vieja piel de toro, que, dura, dif¨ªcilmente, queremos seguir sintiendo como cobijo. Y, sin embargo, es otra vez hora de seguir haciendo posible la convivencia. Es tiempo de lucha esperanzada por una democracia que dista a¨²n de empapar cada rinc¨®n y cada palmo de nuestras instituciones, tierras y pueblos. Y desde el oficio de intelectual, nada quiz¨¢ m¨¢s urgente que profundizar en ese concepto y exprimir hasta el compromiso personal y colectivo su significado total.Significaci¨®n total que aleje de nuestro quehacer posiciones exce-
Pasa a p¨¢gina 10
Viene de p¨¢gina 9
sivamente esteticistas o narcisistas, pol¨¦micas est¨¦riles hic et nunc sobre determinados temas, en rigor, no fundamentales; profetismos o sacerdocios que m¨¢s se acercan a la autocontemplaci¨®n que al an¨¢lisis riguroso de lo real. Estilo de ser y actuar que no puede dejar a un lado nuestra solidaridad, cr¨ªtica s¨ª, pero no ambigua con los leg¨ªtimos representantes del pueblo, que no puede soslayar el compromiso ¨¦tico con la fuerza de la raz¨®n, frente a la sinraz¨®n de la violencia, que no debe olvidar una suficiente autocr¨ªtica de tanto in¨²til esfuerzo en lo accesorio y demasiado abandono en la profundizaci¨®n y extensi¨®n de la democracia a todos los niveles del pa¨ªs.
No es momento de calcular oportunamente tiempos y se?ales de una involuci¨®n que todos justamente debemos alejar del horizonte real. Es hora de asumir que los valores democr¨¢ticos se realizan colaborando en acercar a cada sujeto, personal o colectivo, ese gobiemo lejano a¨²n del tejido social. Tal vez no est¨¦ pronto el ¨¢nimo, o quiz¨¢ el pensar se haya vuelto ya esc¨¦ptico y d¨ªstante, pero no debemos, no podemos a¨²n perder la esperanza. /
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.