Los exiliados nicarag¨¹enses pretenden invadir su pa¨ªs desde Honduras con el apoyo de EE UU

Exiliados nicarag¨¹enses, confiados en el apoyo que les puede prestar un sector del Ej¨¦rcito de Honduras y a la espera de que Washington les d¨¦ luz verde, est¨¢n prepar¨¢ndose para invadir su patria y derrocar al Gobierno sandinista, instalado en el poder hace veinte meses.

Alrededor de seiscientos soldados, integrantes de lo que se autodenomina ?fuerza liberadora?, est¨¢n estacionados en Honduras, seg¨²n fuentes del exilio nicarag¨¹ense, a escasos kil¨®metros de la frontera, y a la espera de que lleguen ?miles de simpatizantes? procedentes de Guatemala y Miami. ?Creo que estaremos preparados en dos meses?, afirma un portavoz.Los grupos rebeldes juegan con el supuesto de que su invasi¨®n no s¨®lo provocar¨¢ una insurrecci¨®n popular similar a la que derroc¨® el r¨¦gimen de Anastasio Somoza en julio de 1979, sino que contar¨¢ con el apoyo directo o encubierto de los Gobiernos de Honduras, El Salvador y Guatemala.

?Nicaragua no puede ser liberada ¨²nicamente por nicarag¨¹enses, al igual que Somoza no fue derrocado tan s¨®lo por nicarag¨¹enses?, afirma Jos¨¦ Francisco Cardenal, hombre de negocios y dirigente de la Uni¨®n Democr¨¢tica (UD) de Nicaragua. ?Pero no podemos esperar seis meses m¨¢s. Para entonces, los sandinistas ser¨¢n ya demasiado fuertes. Estados Unidos deber¨ªa darnos la se?al cuanto antes?, a?adi¨® Cardenal, quien en un principio apoy¨® a los sandinistas para luego optar por el exilio.

Aun cuando los grupos ?contrarrevolucionarios? han atacado frecuentemente los puestos fronterizos sandinistas, el reforzamiento militar de Nicaragua se basa ante todo en el temor de que los exiliados cuenten con el respaldo tanto de la Administraci¨®n Reagan como de los Gobiernos militares de la zona. De hecho, est¨¢ en proceso de creaci¨®n una milicia de 200.000 hombres para unir sus fuerzas a los actuales 40.000 miembros del Ej¨¦rcito y de la polic¨ªa nicarag¨¹enses.

En una carta a¨²n sin respuesta a enviada en diciembre al entonces presidente electo Ronald Reagan, Uni¨®n Democr¨¢tica hac¨ªa un llamamiento para que Estados Unidos colaborara en una eventual invasi¨®n de Nicaragua. El brazo armado de UD, las denominadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Nicaragua (FARN), ?tendr¨ªa que entrenarse entre un mes y mes y medio en alg¨²n pa¨ªs vecino, Honduras o Costa Rica, antes de iniciar las operaciones militares?, se afirmaba en la misiva.

Aunque hasta el momento tan s¨®lo algunos sectores del Ej¨¦rcito de Honduras apoyan a los exiliados nicarag¨¹enses, los altos mandos militares han comenzado a especular sobre la posibilidad de un enfrentamiento directo con Nicaragua. ?De hecho, algunos oficiales afirman que la guerra con Nicaragua es inevitable?, explica un pol¨ªtico hondure?o.

Algunos diplom¨¢ticos extranjeros est¨¢n convencidos de que el Ej¨¦rcito hondure?o est¨¢ creando una ?psicosis b¨¦lica? en la esperanza de obtener una mayor ayuda militar por parte de Estados Unidos. De hecho, el Gobierno de Honduras est¨¢ seriamente preocupado por el apoyo que Washington otorga a la junta de El Salvador en su af¨¢n de ayudarla a combatir a la guerrilla.

Seg¨²n los diplom¨¢ticos, Honduras cree que la mejor forma de restaurar su equilibrio militar con El Salvador consiste en convencer a la Administraci¨®n Reagan de los peligros que encierra el creciente reforzamiento del Ej¨¦rcito nicarag¨¹ense.