Jornadas sobre "Psiquiatr¨ªa y psicoan¨¢lisis en Espa?a durante el primer tercio de siglo"
La ausencia por motivos de salud de Angel Garma, el primer psicoanalista espa?ol, fundador de la Asociaci¨®n Psicoanal¨ªtica Argentina y residente desde principios de los a?os treinta en dicho pa¨ªs, cuya intervenci¨®n estaba anunciada, ha sido el ¨²nico aspecto fallido de las jornadas que sobre la historia de la psicolog¨ªa, la psiquiatr¨ªa y el psicoan¨¢lisis en Espa?a en el primer tercio del siglo XX, ha organizado en Madrid la Asociaci¨®n Espa?ola de Neuropsiquiatr¨ªa. Jornadas que, iniciadas el pasado d¨ªa 3 de abril, finalizaron ayer con la intervenci¨®n en el Ateneo de Madrid del doctor Germain y el profesor Diego Gracia.
El doctor Germain, aut¨¦ntico art¨ªfice de la reforma en la asistencia psiqui¨¢trica en aquellos primeros a?os de la Rep¨²blica de 1931, habl¨® sobre la Psicolog¨ªa de los a?os treinta, mientras el profesor Gracia se extendi¨® sobre la importancia y el desarrollo de las ciencias antropol¨®gicas en ese primer tercio del siglo XX en nuestro pa¨ªs.El psiquiatra Luis Valenciano, disc¨ªpulo del doctor Lafora y testigo de aquellos a?os cargados de ilusiones y proyectos, como ¨¦l mismo se?alar¨ªa en su intervenci¨®n, al referirse a la reforma de la asistencia psiqui¨¢trica que propici¨® la Rep¨²blica, hizo una exposici¨®n muy detallada de las primeras medidas que se tomaron para acabar con la situaci¨®n de abandono que viv¨ªan en Espa?a los enfermos mentales. Tras la campa?a llevada a cabo principalmente por la hoja m¨¦dica del diario El Sol que dirig¨ªa el prestigioso doctor Lafora, y con el advenimiento de la Rep¨²blica, en julio de 1931 quedar¨ªa definitivamente superada la vieja ley que reglamentaba la asistencia psiqui¨¢trica desde 1885, fij¨¢ndose un marco m¨¢s eficaz y progresista para el desarrollo de la misma. ?En aquellos a?os no ten¨ªamos c¨¢tedras de Psiquiatr¨ªa en Espa?a?, dijo el doctor Valenciano, ?ni libros de texto; apenas la Psicopatolog¨ªa, de Jaspers y dos o tres libros m¨¢s; adem¨¢s, ni siquiera hab¨ªa hospitales psiqui¨¢tricos, que no fueran privados, en Espa?a. En Madrid, dentro del Hospital Provincial estaba la secci¨®n psiqui¨¢trica, que fue dirigida por Simarro, Fern¨¢ndez Sanz, Ach¨²carro, Jaime Vera, Sanch¨ªs Ban¨²s y, finalmente, desde 1932, por el doctor Lafora, que fue mi maestro predilecto?. El doctor Valenciano se?al¨®, refiri¨¦ndose a aquella etapa, la importancia de la creaci¨®n del Consejo Superior Psiqui¨¢trico y de las primeras medidas tomadas, muchas de ellas por el doctor Germain, tales como el primer intento de realizar una estad¨ªstica sobre los enfermos mentales en Espa?a, o la inspecci¨®n de manicomios llevada a cabo precisamente en aquellos primeros a?os de reforma. Tambi¨¦n, y con fines divulgativos, se organizaron semanas de higiene mental entre los a?os 1931-1935, e incluso misiones de higiene mental que recorr¨ªan los pueblos con un objeto de formaci¨®n y concienciaci¨®n de la opini¨®n p¨²blica.
El psicoan¨¢lisis contra los prejuicios de m¨¦dicos e intelectuales
Anteriormente al doctor Valenciano hab¨ªan intervenido en las jornadas el historiador norteamericano especialista en temas espa?oles, Thomas Glick, y el psiquiatra Francisco Carles Egea. Ambos se extendieron sobre la verdadera penetraci¨®n de las teor¨ªas freudianas en la Espa?a inmediatamente anterior a la Rep¨²blica, sosteniendo tesis en cierta medida coincidentes sobre el tema. Para el doctor Egea, el psicoan¨¢lisis en Espa?a fue un pensamiento interrumpido -por lo menos seis ocasiones- por la oposici¨®n intelectual de figuras prestigiosas del momento. Por su parte, Thomas Glick, partiendo del an¨¢lisis del texto que en defensa de la ley de Divorcio fue le¨ªdo en las Cortes espa?olas de 1931 por los psiquiatras Juarros y Sanch¨ªs Ban¨²s, ?texto que representa un an¨¢lisis freudiano impecable?, dijo Glick, ?por completo impensable en el Parlamento de ning¨²n otro pa¨ªs del mundo?, extrajo la conclusi¨®n de que el psicoan¨¢lisis en Espa?a fue ampliamente conocido por los psiquiatras e intelectuales del momento, si bien prejuicios de tipo moral impidieron la asimilaci¨®n de la teor¨ªa psicoanal¨ªtica y su utilizaci¨®n por la mayor¨ªa de los psiquiatras. En apoyo de esta opini¨®n cit¨® algunos p¨¢rrafos del profesor Gregorio Mara?¨®n, quien, aun admitiendo la verosimilitud de esa sexualidad infantil puesta de relieve por las investigaciones de Freud, considera finalmente que el an¨¢lisis de ¨¦ste se circunscribe a la experiencia de los ni?os vieneses. "Nuestros ni?os no son as¨ª", concluye diciendo Mara?¨®n.
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