Empez¨® la temporada con el aut¨¦ntico espect¨¢culo de la fiesta
La afici¨®n ha respondido, y la empresa tambi¨¦n, en la inauguraci¨®n de temporada en Las Ventas. Aqu¨¦lla acudi¨® en masa a la plaza; ¨¦sta ofreci¨® el aut¨¦ntico espect¨¢culo de la lidia. Vamos por buen camino. Ya eran a?os y a?os de aton¨ªa los que llevaba la fiesta de toros en Madrid, rematados con la gesti¨®n del desbarajuste en las dos ¨²ltimas temporadas.Una empresa no puede garantizar de ning¨²n modo el ¨¦xito. En los toros es imposible. Pero s¨ª puede garantizar el buen espect¨¢culo, cuidando de que el ganado sea integro y de que los tercios -el primero sobre todo- se realicen con normalidad. As¨ª fue el domingo. La novillada era excelente de presentaci¨®n y fortaleza. En varas no nubo abusos escandalosos (o, por lo menos, no como otras veces). Los toreros, cada uno en la medida de su categor¨ªa y su experiencia, eran buenos profesionales.
Plaza de Las Ventas
Novillos de Manuel Moreno Pidal, con trap¨ªo, casta y poder; tambi¨¦n mansedumbre y problemas. Aguilar Granada: Estocada atravesada en una paletilla, que asoma; pinchazo sin soltar y media baja delantera (algunos pitos) Tres pinchazos bajos y estocada atravesada (silencio). V¨ªctor M¨¦ndez: Pinchazo delantero bajo y estocada ladeada (aplausos y salida a los medios), Bajonazo que asoma (aplausos y salida a los medios). Carlos Arag¨®n Cancela: Pinchazo pescuecero y media trasera y ca¨ªda (aplausos y salida a los medios). Pinchazo hondo bajo y dos descabellos (aplausos y saludos). Presidi¨® bien Manuel Garc¨ªa Conde. Muy buena entrada.
El taurinismo dice que todo el problema de la fiesta se resuelve en cuanto los matadores salen con ¨¦stas en las manos por la puerta grande. (Estas son las orejas del toro, por supuesto.) Bueno, pues es mentira. Los matadores llevan a?os saliendo con ¨¦stas en las manos y, parad¨®jicamente, dejando al p¨²blico aburrido en los tendidos. Porque cuando ¨¦stas pertenecen al toro del fraude no tiene valor el triunfo, ni inter¨¦s el espect¨¢culo, ni futuro la fiesta.
La lidia ha de ser con el toro encastado yfuerte, a la manera de los novillos que envi¨® a Madrid Moreno Pidal. Ya s¨®lo esto garantiza el espect¨¢culo y la emoci¨®n. Los novillos de Moreno Pidal recibieron todos t¨ªes varas en regla, varios derribaron, y aun as¨ª en el ¨²ltimo tercio se crec¨ªan. Ninguno fue bravo en sentido estricto, algunos acusaron inequ¨ªvoca mansedumbre; pero todos lucieron la casta que es propia del toro de lidia.
As¨ª planteado, el festejo interes¨® a de principio a fin, transcurri¨® en un ambiente de emoci¨®n sostenida y cuanto matadores y subalternos acertaron a realizar en el ruedo -con mayor o menor acierto, que ¨¦sta es otra cuesti¨®n- adquiri¨® especial relieve.
M¨¢s a¨²n porque casi todos los novillos, que -como dec¨ªamos- se fueron arriba en el ¨²ltimo tercio ofrecieron serias dificultades. Los hubo que parec¨ªan toros de edad por el sentido que adquir¨ªan, como el sobrero lidiado en tercer lugar. Eran novillos para maestros, por cuanto hab¨ªa que mandarles, y ¨¦sta es condici¨®n que, l¨®gicamente, no se les puede exigir a los novilleros. Bastante es pedirles el valor y la voluntad de triunfar, en lo cual ninguno se qued¨® corto.
De ellos Aguilar Granada, que tan exquisito toreo luci¨® en su presentaci¨®n hace dos a?os, fue el me nos brillante, quiz¨¢ porque a¨²n est¨¢ poco placeado. No se estaba quieto ni con el capote ni con muleta, y su problema era que erraba siempre en la elecci¨®n de los terrenos y las distancias. Su primer Moreno Pidal lo vimos muy dif¨ªcil pues se le revolv¨ªa, pero de la manejabilidad del cuarto pudo haber sacado mejor partido.
Bien en las ver¨®nicas, V¨ªctor M¨¦ndez bull¨®, sobre todo, en el tercio de banderillas, que no realiz¨® con depurado estilo, pero s¨ª con arrojo y brillantez. Pudo ser que al segundo novillo de la tarde le faltara castigo, y por esta raz¨®n no acert¨® a atemperar su genio creciente en la faena de muleta. Al reserv¨®n quinto, despu¨¦s de intentarle in¨²tilmente derechazos y naturales, le pas¨® de pit¨®n a pit¨®n con brevedad y eficacia.
El mejor novillo result¨® precisamente el ¨²ltimo. Era un precioso y boyante ejemplar que embest¨ªa con suavidad y largura a la muleta de Cancela, el cual lig¨® perfectamente tres series de derechazos, si bien incurr¨ªa en el defecto de forzar la figura y rernatar adelante en lugar de detr¨¢s de la cadera, como est¨¢ mandado. Afe¨® as¨ª las suertes, pero calent¨® al grader¨ªo, que ya ve¨ªa redondeada la tarde en triunfo y paseo final con ¨¦stas en la mano. Pero Cancela incurri¨® en el defecto com¨²n de casi todos los toreros de la ¨¦poca, que es pasarse de faena, y as¨ª agot¨® al novillo, que se hizo reserv¨®n, busc¨® el amparo de las tablas y le desluci¨® totalmente la faena. En el tercero, ejemplar poderoso y de gran trap¨ªo, sac¨® una buena serie con la izquierda y ya nubo m¨¢s, pues de aqu¨ª en adelante el animal se iba al bulto, como toraco viejo resabiado, seg¨²n dec¨ªamos antes. Y tambi¨¦n con esto hubo emoci¨®n. El toro es la base de la fiesta y, de momento, ya lo ha tra¨ªdo Chopera. El comienzo no ha podido ser m¨¢s esperanzador.
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