El Madrid, a la altura de las grandes ocasiones
El Madrid puede hacerse ilusiones de jugar, una vez m¨¢s, la final de la Copa de Europa. El Inter pese a su conservadurismo casi insultante, recibi¨® dos tantos que pueden ser decisivos dentro de dos semanas en San Siro. El Inter un grande del f¨²tbol europeo, se present¨® en Madrid formalmente devaluado. El Madrid, un equipo que en el concierto europeo baj¨® muchos enteros hace a?os, hizo anoche cuanto estuvo a su mano para situarse a la altura de las grandes ocasiones.Iba a cumplirse media hora de una perfecta lecci¨®n magistral el antif¨²tbol cuando Santillana, en un remate de cabeza casi inveros¨ªmil, hizo a?icos el esquema ultraconservador del Inter. Hasta ese momento viv¨ªamos bajo la amenaza de un encuentro sopor¨ªfero. El Inter era m¨¢s que un front¨®n. Su disposici¨®n t¨¢ctica iba m¨¢s all¨¢ del famoso catenaccio. Su ¨²nica preocupaci¨®n era no encajar goles. Marcarlos, por lo visto, era lo de menos.
Once jugadores milaneses dentro del ¨¢rea
Desde el inicio, el Inter situ¨® a todos sus hombres en disposici¨®n defensiva y la avanzadilla que en algunos momentos supusieron Altobelli y Muraro se convirti¨® en nada, porque tambi¨¦n se sumaron al apoyo de las l¨ªneas de cobertura. Hubo unos instantes en los que el Inter jug¨® al 4-4-2, pero pronto cambi¨® al 5-4-1, y finalmente prescindi¨® casi en absoluto de sus delanteros. Tanto es as¨ª, que en el momento en que Santillana remat¨® certeramente el lanzamiento de Juanito, los once jugadores milaneses estaban defendiendo dentro de su ¨¢rea.
El Madrid, hasta que consigui¨® el gol, intent¨® como siempre el remate a¨¦reo de Santillana. Ante cuatro defensas, cuya talla es superior a 1,80 metros, todos los esfuerzos del santanderino resultaron bald¨ªos. Tuvo que emerger como apoyado en una p¨¦rtiga para lograr romper esa barrera, que se antojaba absolutamente infranqueable. Hasta el gol yo dir¨ªa que el encuentro fue de dos ricos venidos a menos. El Inter, aunque ten¨ªa alg¨²n detalle t¨¦cnico sobresaliente, dejaba bien sentado que distaba mucho de ser aquel equipo que dirigi¨® Helenio
Herrera y en el que Dominghini, Mazzola, Peir¨®, Su¨¢rez y Corso se convirtieron, durante alg¨²n tiempo, en las grandes estrellas del f¨²tbol europeo.
La primera mitad s¨®lo tuvo un f¨²tbol discreto en el cuarto de hora final, porque el Inter se dio cuenta de que por el camino que segu¨ªa pod¨ªa encontrarse con una derrota superior a la imaginada. De cualquier manera, la ¨²nica ocasi¨®n clara de gol la tuvo Bergomi, al colgar un bal¨®n ante la salida desesperada de Agust¨ªn hasta el borde del ¨¢rea. Hasta ese instante, la ¨²nica sensaci¨®n de peligrosidad del Inter la dio, en cierto modo, el nerviosismo de Agust¨ªn, que acus¨® en un par de jugadas inseguridad.
Al ordenador del juego interista, Prohaska, le dedic¨® Camacho toda su atenci¨®n. El centrocampista austr¨ªaco no pudo moverse a gusto m¨¢s que en los cinco primeros minutos, en los cuales tuvo cerca a Angel. El cambio de marcaje permiti¨® al Madrid colocar un hombre m¨¢s en el centro del terreno. Esta adici¨®n facult¨® a Del Bosque para el env¨ªo sereno a sus compa?eros mejor situados. Del Bosque, que ha recuperado la confianza en s¨ª mismo, tuvo esta vez tambi¨¦n cierta complacencia por parte del p¨²blico. Del Bosque rob¨® quiz¨¢ m¨¢s balones que nunca y su te¨®rica pasividad la compens¨® con la inteligencia de sus largos pases, que son uno de los pocos lujos que le quedan al f¨²tbol espa?ol, junto a las genialidades de Juanito, que tambi¨¦n de nuevo supo provocar entre los defensores visitantes el suficiente desconcierto para posibilitar las acciones de otros compa?eros.
El repliegue voluntario del Inter result¨® m¨¢s que ventajoso para el Madrid. Su dubitativa defensa, al no verse excesivamente comprometida, pudo desenvolverse sin mostrar las fallas de otras ocasiones. El Madrid 1-10 fue un equipo compacto porque tiene desde hace tiempo fisuras importantes, pero volvi¨® a poner en busca del triunfo el ardor que siempre le distingue. En esa labor de genio incontenible volvi¨® a distinguirse Stielike, jugador al que habr¨¢ que catalogar, por desgracia para el f¨²tbol espa?ol, como uno de los pocos residuos de la furia.
Espor¨¢dica tentativa italiana en busca del gol
El Inter quiso recuperar terreno cuando se encontr¨® con dos goles en contra. El cambio de Mozzini por Pasinato dio a Prohaska m¨¢s libertad y durante alg¨²n tiempo el equipo italiano tent¨® la suerte con tres hombres en el ataque. Pero no pas¨® de tentativa espor¨¢dica la intenci¨®n de arropar a Muraro y Altobelli, jugadores cuya gran oportunidad estuvo en un mal pase de Angel, que anoche no tuvo mucha fortuna en su labor.
Boskov dispuso en los ¨²ltimos diez minutos la baza de Garc¨ªa Hern¨¢ndez, jugador que pod¨ªa haber sido mucho m¨¢s eficaz desde el inicio, dado que ante un front¨®n hacen falta tiradores potentes. Probablemente el encuentro de ayer registr¨® el mayor n¨²mero de disparos; a gol desde lejos de la presente temporada.
La mejor situaci¨®n de gol del Inter se produjo a siete minutos del final. Agust¨ªn, por alto, perdi¨® un bal¨®n que no ten¨ªa complicaciones y ello pudo haberle costado un gol. Que no hubiera sido justo, porque el Inter hizo excesiva renuncia a marcar desde el comienzo del partido.
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