El gaullismo, en busca de un nuevo renacimiento
S¨®lo el tiempo confirmar¨¢ si la elecci¨®n presidencial de 1981 representar¨¢ para el gaullismo un nuevo renacimiento. Las decenas de millares de franceses que ayer vibraron en el Parque de los Pr¨ªncipes, de Par¨ªs, en torno a su jefe y candidato a la magistratura suprema, Jacques Chirac, no lo dudan. El gaullismo, desde que se configur¨® en tiempos de la liberaci¨®n como una agrupaci¨®n en torno al general Charles de Gaulle, ha necesitado siempre de un hombre. Chirac, a medida que se desarrolla la campa?a electoral, emerge progresivamente como el nuevo l¨ªder providencial para este movimiento que, tras la muerte del general, es portador de un futuro lleno de interrogantes.El hombre del llamamiento del ?18 de junio? le confiri¨® al gaullismo, conservador y reformador, un aspecto que se ha calificado de populista. Destinado a gobernar y a agrupar a los franceses de siempre en los momentos cr¨ªticos de la historia, el hito m¨¢s apabullante de su trayectoria se sit¨²a para el gaullismo en 1968. El general y presidente, tras el susto de las barricadas del legendario mes de mayo, consigui¨® la mayor¨ªa m¨¢s amplia de los anales parlamentarios franceses: el 43,65 % de los sufragios.
Georges Pompidou, diez a?os despu¨¦s de su muerte, aparece en la historia del gaullismo como un presidente de transici¨®n. Y con la presidencial del liberal Valery Giscard d'Estaing se abri¨® en Francia ?una nueva p¨¢gina del libro del tiempo?. Las referencias a los grandes temas gaullistas han sido aprovechadas electoralmente, pero no ?vividas?. La Francia de la grandeur, portadora de ?un destino?, se convierte, con Giscard d'Estaing, en la Francia con ?un futuro?: cifras, curvas de producto nacional y de renta por habitante. ?Francia no ser¨¢ una naci¨®n moderna mientras no estirpe sus dos venenos: el gaullismo y el comunismo?, dijo un d¨ªa un giscardiano.
La lucha a muerte entre el giscardismo de los n¨²meros y el gaullismo del ?destino de Francia? se desencaden¨® en 1976, cuando Chirac dimiti¨® de su puesto de primer ministro de Giscard. En diciembre de ese mismo a?o fund¨® la Agrupaci¨®n por la Rep¨²blica (RPR), que representa una nueva etapa del movimiento y de las ideas que encarn¨®, en el origen, el general De Gaulle: independencia, Europa de las naciones, defensa, libre iniciativa, equilibrio de poderes y lucha contra los privilegios y la desigualdades. Y un cap¨ªtulo progresista: ?Hay que inventar la democracia de lo cotidiano?, ecolog¨ªa, derecho a la diferencia y aspiraciones de la juventud.
El RPR, con el Partido Comunista franc¨¦s (PCF), es el partido franc¨¦s m¨¢s estructurado, con un poder totalmente central que, a la postre, est¨¢ en manos del jefe. Actualmente tiene 760.000 militantes seg¨²n cifras oficiales que se consideran exageradas. Cuenta con 155 diputados, lo que representa el grupo m¨¢s numeroso de la mayor¨ªa en la Asamblea Nacional. Su implantaci¨®n es nacional, aun que m¨¢s acentuada en el norte cat¨®lico y conservador del pa¨ªs.
La elecci¨®n presidencial de 1981 es una cita hist¨®rica para el futuro del gaullismo, encarnada por el combate Giscard-Chirac.
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