Botha conserva la mayor¨ªa en Sur¨¢frica, aunque pierde votos
La desafecci¨®n creciente del electorado blanco hacia el Gobierno del Partido Nacional del primer ministro, Peter W. Botha, y un importante avance del Partido Progresista Federal, considerado aqu¨ª como la izquierda del r¨¦gimen, es el resultado de estas elecciones anticipadas surafricanas y de la votaci¨®n que tuvo lugar ayer.
Aunque todos los escrutinios de las diferentes circunscripciones no hab¨ªan finalizado a¨²n al pasar esta cr¨®nica, el Partido Nacional conservar¨¢ el 55% del electorado; el 24% le ha dado su adhesi¨®n a los progresistas, y 7% m¨¢s que en las elecciones anteriores, y la extrema derecha, que representa el Herstigte Nasionale Partel, ha obtenido un 9% de los votos, tambi¨¦n un 6% m¨¢s que en las elecciones anteriores de 1977.Debido al sistema electoral surafricano, sin embargo, s¨®lo el Partido Progresista Federal ha logrado colocar ocho diputados m¨¢s en el Parlamento, y cuenta ahora con veinticuatro, en vez de los diecis¨¦is que ten¨ªa antes. La extrema derecha, aunque ha mejorado considerablemente su aceptaci¨®n por el electorado, no pudo enviar a ning¨²n representante al pr¨®ximo Parlamento, al no haber salido ninguno de sus candidatos en las circunscripciones.
De acuerdos con los pron¨®sticos iniciales, esta mayor presencia de progresistas en el Parlamento puede constituir una presi¨®n adicional hacia el Partido Nacional para que lleve a cabo las reformas que todo el mundo parece estar convencido de que son necesarias.
La decisi¨®n de reformar depender¨¢, no obstante, tambi¨¦n en los pr¨®ximos cinco a?os, enteramente del partido del primer ministro Botha, que, aunque en franco descenso ante el electorado, a¨²n conserva una confortable mayor¨ªa.
Los negros, sin derechos
?Qu¨¦ pueden significar estas elecciones para los negros, que son los ciudadanos silenciosos y sin derechos de este pa¨ªs? Seg¨²n dicen algunos, efectivamente nadie, ni progresistas siquiera, de entre los blancos, propone reformar hasta el punto de llegar a un sistema de un hombre un voto, y mucho menos, a una redistribuci¨®n de las riquezas del pa¨ªs.Lo que puede ser reformado, y es lo que parece estar en el ¨¢nimo de los blancos, son las injusticias innecesarias del apartheid.
Dar mayor oportunidad a los negros para obtener trabajo y permitir que en determinadas zonas ¨¦stos tengan un mayor control de sus propios asuntos. Todo, menos un reordenamiento profundo de la sociedad.
Para muchos surafricanos blancos ilustrados, sin embargo, las opciones que tiene el Gobierno surafricano por delante hoy son: o reformar realmente y a fondo el sistema de discriminaci¨®n racial o exponer la naci¨®n a una revoluci¨®n sangrienta. Todas las reformas imaginables, dicen, si son impuestas de nuevo por los blancos, no ser¨¢n v¨¢lidas. Para que lo sean, para que el futuro de Sur¨¢frica sea de convivencia racial, estas reformas tendr¨¢n que ser negociadas y aceptadas por los negros.
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