Una obra imposible de olvidar
El admirable monumento dedicado a la gloria de Antonio Machado por el gran escultor Pablo Serrano est¨¢, al parecer, abandonado por la indiferencia -tal vez la hostilidad- de la actual Administraci¨®n espa?ola. Ello s¨®lo puede entristecer a quienes -como yo- saben todo lo que representa, pese a las peores coacciones, el recuerdo de Machado desde el momento de su muerte. Henos aqu¨ª, pues, a cerca de medio siglo desde que los restos mortales de uno de los m¨¢s hermosos genios de la Espa?a popular, es decir, eterna, reposan entre nosotros, en Collioure, tierra amiga, en verdad, pero tierra de exilio para ¨¦l. As¨ª pues, esta tumba se ha convertido tambi¨¦n en un lugar sagrado para los espa?oles de esa Espa?a. Y los franceses que aman a esa Espa?a se sienten orgullosos y emocionados al pensar que ese trozo de tierra francesa guarda una parte infinitamente preciosa de presencia espa?ola.Yo no s¨¦ si, en las actuales nuevas condiciones en Espa?a, las cenizas de Machado vayan a ser, como algunos lo desean, restituidas a su patria. Ese es un punto que se discute, y que puede ser examinado bajo diversos aspectos y seg¨²n argumentos tambi¨¦n muy diversos. Pero, esperando una soluci¨®n reconocida y enteramente satisfactoria para todos, parece que ya es hora de examinar la situaci¨®n del monumento de Pablo Serrano y el arquitecto Fernando Ram¨®n, erigido en Baeza a la memoria de Machado, durante la dictadura misma, y que, por consiguiente, aunque s¨®lo fuera por este mismo hecho, est¨¢ animado de un significado expreso y combatiente. No se debe permitir que se deteriore, y ello por dos razones: en primer lugar, por ese significado que ha revestido y que le confiere un car¨¢cter dram¨¢tico imposible de olvidar. Despu¨¦s, sencillamente, porque se trata de una obra de arte muy hermosa, debida a un artista de gran talento y de elevada conciencia.
Me permito, por tanto, desde aqu¨ª, dirigir a mis amigos espa?oles mi opini¨®n sobre este problema, y proponerles una soluci¨®n para ¨¦l. No quiero intervenir en sus asuntos, sino simplemente expresar la reflexi¨®n de un viejo amigo. Amigo de Machado, de Serrano, amigo del genio espa?ol en todos los temas, en arte, en poes¨ªa o en pol¨ªtica. Teniendo en cuenta todas estas reservas, expreso entonces el deseo de que ese monumento sea, por el momento, transferido a Collioure. All¨ª estar¨ªa en su terreno tambi¨¦n. Esto puede ser dicho sin ambig¨¹edad y sin levantar reticencia alguna. Este rinc¨®n de Francia, donde expiraron Machado y el Ej¨¦rcito republicano espa?ol, es el rinc¨®n de Machado, su ¨²ltimo refugio y su actual morada. Nosotros decimos que ah¨ª est¨¢ en su casa porque est¨¢ en nuestra casa y nosotros somos sus amigos y somos conscientes de los fieles y constantes deberes que esta amistad nos impone.
La imagen que Serrano nos ha ofrecido de Machado ilustra uno de los puntos del itinerario del poeta a trav¨¦s de su Espa?a, una etapa m¨¢s de su lento peregrinar. A partir de ahora puede ser colocada en la etapa suprema, en el punto final de esa peregrinaci¨®n. Estar¨ªa completamente en su sitio. Mi amigo Pablo Serrano -de quien otra figura de Machado pertenece al que fue mi museo, el Mus¨¦e National d'Art Moderne- ha sido tambi¨¦n homenajeado a menudo con sus admirables exposiciones en el museo vecino, el de la Villa de Par¨ªs, que con tan perspicaz autoridad dirigi¨® mi amigo Jacques Lassaigne, y se sentir¨ªa feliz al verse as¨ª acogido entre nosotros con este nuevo gesto de hospitalidad. Yo pienso que nunca haremos lo suficiente en Francia para testimoniar a los espa?oles el inter¨¦s apasiona do que dedicamos a todo aquello que configura su gloria.
Babelia
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