Ladi Diana Spencer no sab¨ªa que el pr¨ªncipe Carlos de Inglaterra fuera tan calvo
A pesar de los esfuerzos de la corte brit¨¢nica y de la Embajada del Reino Unido en Bonn, de la amenaza de un tribunal civil alem¨¢n de una multa de veinte millones de pesetas o seis meses de c¨¢rcel, la revista de Munich Die Aktuelle public¨® ayer el texto de las conversaciones entre el pr¨ªncipe Carlos de Inglaterra y su prometida, ladi Diana Spencer.
El ministro brit¨¢nico de Comercio, John Biffen, prohibi¨® ayer la importaci¨®n al Reino Unido de la revista germano occidental donde aparecen las conversaciones telef¨®nicas.En la conversaci¨®n, el pr¨ªncipe y ladi Diana repiten con frecuencia lo enamorados que est¨¢n, hablan de los preparativos de la boda, comentan las molestias del protocolo y tambi¨¦n sale a relucir la calva del heredero del trono brit¨¢nico. Ladi Diana se sorprendi¨® mucho de que el pr¨ªncipe Carlos tiene una calva escondida. Carlos se queja de los fot¨®grafos, que le persiguen para fotografiar la calva, o de las fotomodelos, que intentan ech¨¢rsele encima para conseguir una foto a su lado.
Ladi Diana no se cree que al pr¨ªncipe no le guste lo de las fotomodelos, ?ah, deja, querido. Eso siempre te gust¨®?, y dice que ?no sab¨ªa que tuvieses una parte calva?. Carlos explica que de ni?os se re¨ªan cuando su padre intentaba esconder la calva. Ladi Diana conf¨ªa en que ?tu calva no sea tan grande como la de tu padre. El sol all¨ª arriba debe quemar bastante bien?.
La Prensa lucha contra los secuestros judiciales
La ch¨¢chara de los prometidos le puede costar cara a la revista de Munich Die Aktuelle, que distribuy¨® cerca de un mill¨®n de ejemplares, con seis p¨¢ginas de texto sobre las conversaciones telef¨®nicas de Carlos y Diana. La revista argumenta que la orden judicial de un tribunal de Nuremberg le lleg¨® a las cuatro de la madrugada del viernes, cu¨¢ndo la edici¨®n ya estaba distribuida.
El precio del texto de las conversaciones se calcula que rebas¨® los veintiocho millones de pesetas. Esa fue la cantidad acordada con otro editor alem¨¢n, que al final no compr¨® el texto por ?escr¨²pulos morales y razones de ¨ªndole jur¨ªdica?.
Seg¨²n la versi¨®n de la revista que publica las conversaciones, republicanos australianos grabaron la comunicaci¨®n del pr¨ªncipe con su prometida durante la visita del heredero de la corona brit¨¢nica a Australia. Un periodista brit¨¢nico se hizo con el texto de las cintas, que est¨¢n depositadas en un banco en Australia, y las vendi¨® a trav¨¦s de una agencia a Die Aktuelle, una publicaci¨®n alemana de la llamada prensa del coraz¨®n, por dedicarse fundamentalmente a informar sobre la vida de los famosos en forma de chismorreo.
Derecho de los lectores a la informaci¨®n plena
En su carta a los lectores, Die Aktuelle justifica la publicaci¨®n de la conversaci¨®n del pr¨ªncipe Carlos y ladi Diana, con el argumento de que ?nuestros lectores tienen derecho a informarse de lo ocurrido entre bastidores?.
Carlos quiere saber en una de las conversaciones lo que Diana ?se trae entre manos?. Diana responde que no se preocupe: ?Tu abuela me tiene completamente controlada. Ella es tan encantadora, parece comprender lo que siento?, y ?ayer, durante la comida, le dije que de pura felicidad podr¨ªa sollozar. Ella me dijo: "Ven y llora hasta vaciarte los ojos, mi querida. S¨®lo tienes que tener cuidado que no se d¨¦ cuenta el personal"?.
El pr¨ªncipe Carlos est¨¢ preocupado y no est¨¢ seguro de si cae bien a Malcolm Fraser, el jefe de Gobierno de Australia, ?ese chico?. Carlos dice de Fraser que ?no tiene el m¨¢s m¨ªnimo sentido del humor, es terriblemente serio. Yo me esforc¨¦ enormemente para estar gracioso, pero ¨¦l s¨®lo me miraba fijamente?.
Carlos y Diana proyectan vivir en Australia alg¨²n tiempo, y el pr¨ªncipe ocupar¨¢ el puesto de gobernador general. El problema podr¨ªa ser el rechazo de la poblaci¨®n australiana. La preocupaci¨®n de Diana es el lugar donde residir¨¢n. El pr¨ªncipe reprocha a su prometida que se comporta como una costurera de Brefford, que se preocupa por conseguir una vivienda protegida. ??Est¨¢s segura de que no te quieres casar conmigo por mi palacio??
Los preparativos de la boda y un taco
En otra conversaci¨®n, Diana se muestra inquieta por los preparativos de la boda, y se le escapa hasta una ?palabra de cuatro letras?, un taco, que Die Aktuelle publica con discretos puntos suspensivos. Ladi Diana dice que tuvo ?un d¨ªa de m ... ?, y se queja de su madrastra, ?que me crispa los nervios. No basta con que papi y la madre de ella se dediquen a sacar dinero de todo el asunto, sino que ahora se ponen a exigir un mont¨®n de cosas relacionadas con la boda?.
Diana est¨¢ inquieta, porque ?papi parece no darse cuenta de nada, y los preparativos de boda pueden resultar una aut¨¦ntica cat¨¢strofe?.
Carlos no est¨¢ preocupado en absoluto, y cree que ?la reina estar¨¢ en condiciones de arreglarlo todo?. Diana desea ?poder intervenir algo en su propia boda?. Carlos dice: ?Naturalmente, pero d¨¦jate aconsejar por mi madre?.
En otra de las conversaciones, Carlos llama desde una fiesta con amigos, en la que coment¨® que ?quiero divertirme todo lo que pueda. Probablemente esta es una de mis ¨²ltimas oportunidades?. Al tel¨¦fono, el pr¨ªncipe procura tranquilizar a su novia sobre la fiesta: ?Querida, t¨² sabes muy bien que, si no me comportase bien, en dos minutos lo sabr¨ªa todo el mundo?. Ladi Diana dice a Carlos: ?Te echo terriblemente de menos?.
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