Pablo Serrano ingres¨® en la Academia junto a un busto de Antonio Machado
Pablo Serrano llev¨® el pasado domingo a Antonio Machado a la Real Academia de la Lengua, donde el poeta de Los complementarios jam¨¢s pudo ingresar y en cuyo edificio tom¨® posesi¨®n el escultor como miembro de la Real de Bellas Artes. El artista pronunci¨® su discurso de ingreso sobre Relaci¨®n espiritual y formal del artista moderno con su entorno social junto a un busto del poeta de los campos de Castilla, del que ¨¦l es autor, y ante la condesa de Barcelona, madre del Rey de Espa?a, a la que dijo cuando comenz¨® su primera disertaci¨®n acad¨¦mica: ?En la cultura est¨¢ la salvaci¨®n de un pueblo que est¨¢ aprendiendo el catecismo de su Constituci¨®n, de la que el primer defensor es vuestro hijo?.
El busto de Machado que entr¨® con Serrano en la Academia es un quinto original, el primero es el que hace quince a?os quisieron colocar en Baeza (Ja¨¦n) unos ciudadanos espa?oles cuyo intento de homenaje civil al autor de Campos de Castilla fue impedido por la entonces autoridad competente. El busto llevado por Pablo Serrano a la Academia permanecer¨¢ en el museo de la instituci¨®n como donaci¨®n del escultor.El discurso de Pablo Serrano fue respondido por el acad¨¦mico Xavier de Salas, quien resumi¨® as¨ª lo que acababa de decir su nuevo compa?ero: ?Acab¨¢is de o¨ªr de boca del mismo Pablo Serrano la definici¨®n de sus intenciones, de su ambici¨®n de artista: su propia definici¨®n de su tiempo y de su circunstancia?.
Lo que Pablo Serrano hab¨ªa dicho fue que la evoluci¨®n art¨ªstica e hist¨®rica hab¨ªa convertido desde el siglo XVIII al artista en un intelectual ?cuya existencia no se justifica con un fin m¨¢s all¨¢ del mundo, sino que encuentra su significado en el mundo?.
Como su escultura, el discurso de Serrano tuvo una base expl¨ªcitamente humanista, que se revel¨®, sobre todo, en las consideraciones finales que hizo. Afirm¨® el escultor: ?...Como dijo Unamuno, os entrego este autorretrato o fisonom¨ªa de mi persona: una imagen siempre en duda?.
?Es verdad?, prosigui¨®, ?soy temperamental y cambiante; inquieto. Por un lado, me interesa razonar, plantearme problemas pl¨¢sticos; por otro lado, la vida, el hombre, su misterio, conocer qu¨¦ somos y por qu¨¦ existimos. Si me desv¨ªo y no contin¨²o mis planteamientos abstractos, si los tomo o los dejo, hay una raz¨®n: el hombre. Me inquieta no conocerlo y solamente adivinarlo; me complace verlo y observarlo; as¨ª me revelo tambi¨¦n a m¨ª mismo. El pesimismo alienta mi deseo de conocimiento y me empuja a darme contra la pared, contra el muro, una y otra vez. Mi optimismo es una estrella a millones de distancia. Y, vuelvo a preguntarme: ?Qu¨¦ soy? ?Ad¨®nde voy? Si pod¨¦is, dadme una respuesta esperanzadora. No admito vivir fuera de mi circunstancia, de mi tiempo, y a ¨¦l entrego mi quehacer, mi imaginaci¨®n, en preguntas constantes?.
Una de las preguntas que se hace Serrano versa sobre la belleza. ?Belleza es la conducta moral para el artista, y esta moral la constituyen una serie de reglas que la teor¨ªa de la informaci¨®n llama su c¨®digo, su mensaje... ( ... ) Nuestra cultura ( ... ) est¨¢ llamada a nuevas tareas, llamada a trabajar y a crear c¨®digos nuevos que permitan a la sociedad descifrar y criticar los diversos mensajes que le proponen los distintos medios de comunicaci¨®n?.
Critic¨® Serrano a los que contribuyeron a crear una sociedad a¨²n m¨¢s consumista, confundiendo las calidades con las firmas y a los dirigentes de la cultura ?que alimentan a quienes se significan como funcionarios, bur¨®cratas y planificadores de la cultura?, impidiendo con su actitud la libre proliferaci¨®n de culturas de distinto signo.
En el marco de una sociedad agresiva y violenta, el artista ha de conducir su obra para transformar en positiva la agresividad que hay en el ambiente. Para ello, en una din¨¢mica racional, el creador debe obligarse a investigar para hacer avanzar la sociedad desde los campos en los que ¨¦l es ?altamente responsable?.
En el caso de Serrano, ?la investigaci¨®n ha seguido derroteros filos¨®ficos en torno a esta materia -que se va deteriorando- traspasada de luz y contenido. Es la investigaci¨®n de la imagen, una imagen, el hombre, para una idea pl¨¢stica. La investigaci¨®n, para m¨ª, parte de dos presupuestos principales: es imposible -y no tendr¨ªa sentido- llevar al individuo a una condici¨®n originaria de inmunidad; tiene que ser libre en la situaci¨®n hist¨®rico-social en que vive, es decir, tiene que ser consciente de los condicionamientos de sus propias facultades perceptivas y considerar el acto de la percepci¨®n como acto de conciencia?. Por otra parte, a?adi¨® Serrano, hay otro presupuesto, el de la percepci¨®n, que ?es s¨®lo un momento de una actividad mucho m¨¢s amplia, la imaginaci¨®n, es decir, del conocer y el pensar mediante im¨¢genes; repetici¨®n de im¨¢genes diversas en la unidad de un pensamiento?.
Xavier de Salas hizo un an¨¢lisis de c¨®mo la teor¨ªa de Serrano se hab¨ªa reflejado en la realidad de su escultura. ?Pablo Serrano, en su intento de conseguir aprehender en su obra la esencia de lo humano, ha variado, ha tanteado y cambiado, consiguiendo as¨ª una parte de lo que quiere alcanzar, aunque, como ¨¦l mismo dice, se ha dado contra el muro una y otra vez, pues su ambici¨®n es grande.
Con Pablo Serrano ingresaba en la Academia anteayer el esp¨ªritu vanguardista de la escultura espa?ola. Xavier de Salas destac¨® el hecho al decir que la obra de Serrano se desliga de las conversaciones en que se form¨® y en ella aparecen dos corrientes dominantes: ?La que le hace presentar sus temas con la m¨¢xima expresividad y la que tiende a la representaci¨®n abstracta. Su ¨ªmpetu vital le lleva instintivamente a la primera; su pensamiento abre v¨ªa a la segunda. Pero en ambas alcanza a expresar un mundo propio?.
Pablo Serrano, ?un hombre inquieto, exuberante de calidad y derramada expresi¨®n?, seg¨²n la frase de Xavier de Salas, recibi¨® luego de Federico Moreno Torroba, presidente de la Real Academia de Bellas Artes.
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