Margaret Thatcher viajo al Ulster para le Yantar la moral de las fuerzas de seguridad
La primera ministra brit¨¢nica, Margaret Thatcher, vol¨® ayer a Belfast para ratificar la linea dura de su Gobierno ante las huelgas de hambre, y levantar la moral de las fuerzas de seguridad y de grandes sectores de la poblaci¨®n norirlandesa. Mientras pronunciaba un discurso en el castillo de Stormont, durante una comida en su honor, dos miembros del IRA (Ej¨¦rcito Republicano Irland¨¦s) provisional, cayeron muertos en Londonderry.
La visita de Margaret Thatcher fue una sorpresa para mucha gente, ya que, por motivos de seguridad, no hab¨ªa sido anunciada. La primera ministra, tras ser informada de la situaci¨®n en Irlanda del Norte, incluso se pase¨® por el fuertemente protegido centro comercial de Belfast, entre los v¨ªtores de muchos de los presentes.?Buena chica, Maggie, eso es ense?arles?, le grit¨® un hombre ya entrado en edad, aunque una joven levant¨® la voz para decir: ?Cuatro muertos, ?cu¨¢ntos quieres m¨¢s??, refiri¨¦ndose, naturalmente, a los presos republicanos fallecidos en huelga de hambre en la c¨¢rcel de Maze.
Referencia al Papa
Durante la comida que le ofreci¨® Humpliry Atkins, ministro para Irlanda del Norte, y ante un p¨²blico en su mayor¨ªa protestante, Margaret Thatcher cit¨® al papa Juan Pablo II, quien durante su visita a Irlanda, en 1979, hab¨ªa se?alado que ?la violencia destruye lo que pretende defender: la dignidad, la vida y la libertad de los seres humanos?. La primera ministra volvi¨® a afirmar que el Gobierno no ceder¨¢ ante las, demandas de los presos republicanos norirlandeses, que quieren un estatuto pol¨ªtico.
Enfrentados con el fracaso de su causa desacreditada, los hombres de la violencia han elegido, en los ¨²ltimos meses, jugar lo que muy bien podr¨ªa ser su ¨²ltima carta: han vuelto la violencia contra ellos mismos, mediante la huelga de hambre?, explic¨® Margaret Thatcher, al tiempo que explicaba que todo el mundo, las fuerzas de seguridad, los protestantes y los cat¨®licos, est¨¢n amenazados. Acogiendo con agrado la noticia de que Brendan McLaughin hab¨ªa abandonado su huelga de hambre la v¨ªspera -por una ¨²lcera de est¨®mago-, Margaret Thatcher explic¨® que para el IRA (Ej¨¦rcito Republicano irland¨¦s) provisional, los huelguistas de hambre muertos son m¨¢s ¨²tiles que vivos. ?Tal es su cinismo fr¨ªo y calculado?, dijo, haciendo una pausa entre cada palabra.
Fuerte tensi¨®n
Aunque el Gobierno goza ahora de unas semanas de respiro, antes de que llegue, a fallecer uno de los tres presos que en la actualidad se encuentran en huelga de hambre en la c¨¢rcel de Maze -se espera que hoy se anuncie un cuarto-, la tensi¨®n no ha cedido en el Ulster. Poco antes de la medianoche del jueves, los provisionales se cobraron una nueva v¨ªctima: un polic¨ªa de paisano que se dirig¨ªa a su coche, al salir de un bar en el pueblo de Newcross, cerca de la frontera con el Eire.
Mientras la primera ministra pronunciaba sus palabras, dos provisionales cayeron muertos en Londonderry. Seg¨²n el Ej¨¦rcito, un soldado de paisano en su coche fue detenido por cuatro hombres enmascarados. El soldado abri¨® fuego y dos de los atacantes resultaron muertos y otro herido. Seg¨²n el IRA provisional, sin embargo, sus hombres fueron atacados por un comando del SAS (Special Air Service, especializado en actividades antiterroristas).
Los dos hombres muertos ten¨ªan alrededor de veinte a?os y hasta el momento no ha sido facilitada su identidad.
Nada m¨¢s conocerse la noticia, los disturbios se reanudaron en Londonderry, donde varios camiones fueron secuestrados e incendiados.
Por otra parte, en las proximidades del cementerio miembros de la polic¨ªa mantuvieron, durante unos diez minutos, un fuerte tiroteo con un grupo de hombres armados, pero en este caso no ha habido v¨ªctimas.
Por otra parte, el ministro Atkins est¨¢ vi¨¦ndose presionado para que declare ilegal la organizaci¨®n paramilitar protestante, Asociaci¨®n para la Defensa del Ulster (UDA), en cuyos locales de Belf¨¢st la polic¨ªa encontr¨® el jueves una importante cantidad de armas. En la actual crisis, sin embargo, la UDA ha intentado, hasta el momento, mantenerse al margen de la violencia.
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