Sexto triunfo de Borg en Roland Garros
El sueco Bjorn Borg bati¨® un nuevo r¨¦cord y se adjudic¨®, por sexta vez el torneo de Roland Garros, la prueba m¨¢s importante del mundo en tierra batida, al vencer en la final al checo Ivan Lendl por 6-1,4-6, 6-2, 3-6 y 6-1. Es la primera vez desde 1925, en que se disput¨® la primera competici¨®n, que un jugador consigue obtener el t¨ªtulo seis veces. Borg, que cumpli¨® el pasado jueves veinticinco a?os, emple¨® tres horas y trece minutos en doblegar a su rival, el ¨²nico que le hizo perder un set -dos en este caso- en esta edici¨®n.
Ivan Lendl puso a veces en apuro al sueco y le cre¨® m¨¢s dificultades de las que se pod¨ªa pensar, toda vez que Borg no hab¨ªa cedido un solo set en todo el torneo. El 6-1 inicial hizo temer a los espectadores que aquello terminar¨ªa pronto. Sin embargo, no fue as¨ª, y el p¨²blico que poblaba las gradas qued¨® satisfecho al presenciar los cinco sets reglamentarios. Lendl, despu¨¦s de su abultada derrota en el primer set, lejos de entregarse, no se amilan¨®, y sin perder serenidad le plant¨® cara a su rival, que, en contra de lo previsto, necesit¨® 41 juegos para vencer.El partido era importante. Borg considerado el n¨²mero uno mundial, se enfrentaba a Lendl (veinti¨²n a?os), que en poco tiempo se ha convertido de promesa en realidad y que, sin duda, puede ser considerado el n¨²mero dos en Europa. Sin embargo, hay que apresurarse a decir que el encuentro no fue precisamente de los que hacen afici¨®n. La monoton¨ªa presidi¨® las tres largas horas de peloteo soso, salvo en raras excepciones.
Los dos tenistas se aferraron al fondo de la pista y, como ocurre casi siempre en el tenis actual, en vez de buscar el tanto se limitaron a esperar el fallo del rival. A veces, la disputa de un solo tanto se hizo interminable y, por supuesto, aburrida. Evidentemente, nadie puede poner en duda el dominio que tiene el sueco de todos y cada uno de los golpes, pero la mayor¨ªa de las veces se limita a devolver las bolas que le llegan sin mostrar la menor estrategia. Se podr¨ªa decir que Borg ser¨ªa un gran maestro desde el punto de vista t¨¦cnico, pero no t¨¢ctico. Lendl tan s¨®lo se atrevi¨® a arriesgar en alguna ocasi¨®n y casi siempre que subi¨® a la red perdi¨® el tanto, y renunci¨® a hacerlo.
Como en tantos y tantos deportes, la final de Roland Garros se convirti¨® en una lucha de fuerza y potencia, donde el tenis-arte y espect¨¢culo brill¨® por su ausencia. Aquello se tradujo en un intercambio de golpes, la mayor¨ªa de ellos dados desde fuera de la pista. No parece ninguna exageraci¨®n calificar a esta forma de jugar como tenis-tumba, porque, de seguir as¨ª, pueden acabar con el deporte de la raqueta.
Hay que significar que ahora los campeones se limitan a salir a la pista a devolver bolas, esperar el fallo y poco m¨¢s. Entre otras cosas, tampoco juegan los partidos de dobles y de mixtos, lo que les permite permanecer en la pista, como fue el caso del domingo, m¨¢s de tres horas. S¨®lo hubo un par de subidas a la red, alg¨²n que otro lob y muy contadas voleas. La verdad es que, salvo mover la cabeza de un lado para otro, poco m¨¢s pudo hacer el buen aficionado, que l¨®gicamente sali¨® un tanto decepcionado.
Individual masculino- Bjorn Borg (Suecia) a Ivan Lendl (Checoslovaquia), 6-1, 4-6, 6-2, 3-6, 6- 1.
Individual femenino. Hana Mandlikova (Checoslovaquia), a Sylvia Hanika (Alemania), 6-2 y 6-4.
Dobles masculinos.- Balasz Taroczy-Heinz Gunthardt (Hungr¨ªa-Suiza), a Terry Moor-Eliot TeItscher (Estados Unidos), 6-2, 7-6 y 6-3.
Dobles damas.-Tania Harford-Rosalyn Fairbank (Africa del Sur), a Candy Reynolds-Paula Smith (Estados Unidos), 6-1 y 6-3.
Dobles mixtos- Andrea Jaeger-Jymmy Arias (Estados Unidos), a Betty Stove-Fred McNair (Holanda-Estados Unidos) 7-6 y 6-4.
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