Vientos del Atl¨¢ntico
Los problemas son muchos. El presente, dif¨ªcil. La esperanza larga. Lo es porque aquellos tienen soluci¨®n capaz de trascender las horas tensionadas que vivimos.Han llegado a un acuerdo las centrales sindicales, la CEOE y el gobierno, lo cual subraya que en materia tan empe?ada la buena disposici¨®n consigue atemperar el abrupto chirriar de los intereses.
Se comienza a estudiar con seriedad la culminaci¨®n del proceso auton¨®mico para que el disparadero folklorizante ceda por fin ante la reflexi¨®n dispuesta a vincular armoniosamente voluntad integradora y leg¨ªtimo sentido diferenciador.
Se converge en el imperativo de ve la erradicaci¨®n del terrorismo a de coincidir con una acci¨®n ente a individuos, grupos y medios que pretenden retrotraemos a la ¨¦poca en que un dictador prepotente inspiraba adulaci¨®n o temor.
Hay ministros que proclaman incluso, a veces, la conveniencia de reformar la Administraci¨®n desde la doble funcionalidad de que en el aparato de la seguridad carezcan de responsabilidad, quienes parecen m¨¢s dispuestos a sembrar o amparar inseguridades; y para evitar, por otra parte, la patol¨®gica elefantiasis que podr¨ªa surgir si la burocracia no tomara en consideaci¨®n las necesidades auton¨®micas.
Pasar de la meditaci¨®n a la decisi¨®n o ejecutar lo ya decidido en aIgunos de estos temas -que constituyen el entramado de la irrevocable modernidad que Espa?a requiere- urge, insoslayablemente, hacia un Gobierno que o se demore en el gesto o en la personal complacencia de sus componentes, sino que los aborde resolutivamente, desde la convicci¨®n compartida y el apoyo mayoritario.
Mas lo que sucede es lo contrario y, a mayor abundamiento, se colocan en el primer plano problemas graves que, en lugar de consolidar las deseables convergencias, parecen suscitar indebidas contradicciones.
?Es necesario apresurar el ingreso de Espa?a en la OTAN cuando nada positivo para el inter¨¦s colectivo propicia esta orientaci¨®n? Desde la perspectiva de pol¨ªtica interior, flaco servicio se hace a nuestros militares alegando que, ligados a una comunidad defensiva -constituida para salvaguardar la independencia de sistemas democr¨¢ticos-, no podr¨ªan cultivar prop¨®sitos antag¨®nicos a los constitucionales. Lo que es certeza para minor¨ªas integristas se transpone en sospecha general que no puede mantenerse en pie, sin contar adem¨¢s que los hom¨®nimos gniegos y turcos de aquellas minor¨ªas, -en ciertas ocasiones, han desgarrado despiadadamente las sugestivas intenciones que manifiestan los Estados partes del tratado en pre¨¢mbulo del mismo, ?determinados a salvaguardar la libertad de sus pueblos, su herencia coirn¨²n y su civilizaci¨®n, basados en los principios de democracia y libertades individuales e imperio del derecho?.
De aqu¨ª se deriva que la garant¨ªa que nos da la OTAN en esta materia es la misma de una compa?¨ªa de seguros en suspensi¨®n de pagos. Desde la perspectiva de pol¨ªtica exterior, un experto tan distinguido como mister Kissinger, antiguo secretario de Estado norteamericano, en reciente visita a Madrid ha declarado que la contribuci¨®n espa?ola no reforzar¨ªa la capacidad ofensiva de la OTAN, lo que indica, a sensu contrario, que s¨ª modificar¨ªa su presente situaci¨®n en el orden defensivo. Estos cambios ineludibles del statu quo acarrear¨ªan evidentes perjuicios y no s¨®lo por descompensar, consecuentemente, la relaci¨®n de fuerzas en toda Europa, lo que conduciria a provocar un nuevo equilibrio a trav¨¦s de peligrosas e innecesarias tensiones, sino por su directa evidencia en nuestro propio suelo.
En la actualidad, y en virtud de la relaci¨®n bilateral con Estados Unidos, existen bases militares utilizadas por los servicios de este pa¨ªs, pero que se encuentran desnuclearizadas. ?Cu¨¢nto, durar¨ªan las promesas de Calvo Sotelo de que permanecer¨ªan en el mismo estado tras nuestro ingreso en la Alianza? Si no dan resultado las negociaciones con la Uni¨®n Sovi¨¦tica para la retirada de los SS-20, y dentro de las exigencias disuasorias se establecen los euromisiles en naciones pertenecientes a la OTAN, como Italia, B¨¦lgica, Holanda, Dinamarca, ?se podr¨¢ garantizar su no implantaci¨®n en Espa?a? Y aun en el supuesto de que las conversaciones de reducci¨®n de armamentos prosperaran temporalmente, ?qui¨¦n nos puede asegurar en el mundo conflictivo que nos ha tocado vivir que vayamos a eximirnos del almacenamiento nuclear?, y en el supuesto de una guerra mundial, con el riesgo de que no consigamos marginarnos, ?no ser¨ªa mucho m¨¢s proclive nuestro territorio a servir de blanco a los disparos at¨®micos que a convencionales, si existieran dep¨®sitos del mismo tipo? La respuesta que se la haga cada uno, como se la han hecho los ciudadanos que han respondido recientemente a un sondeo de opini¨®n, adecuadamente realizado, y que ha sido publicado por un semanario madrile?o.
Consulta popular
Mientras el 27% de los encuestados se muestra partidario del ingreso en la OTAN, un 39% se expresa en contra; mientras un 34% no responde. Existe, por consiguiente, en materia tan fundamental, implicando incluso la supervivencia fisica de millones de espa?oles, una sensibilidad alerta que no se debe desconocer y que impl¨ªcitamente acusa a la prisa del Gobierno por destacar como prioritarias, materias que en absoluto lo son y que pueden, por el contrario, crispar las razonables cooperaciones para sacar adelante las grandes cuestiones que obligan a la convivencia de los espa?oles en paz y libertad.
En cualquier caso, parece l¨®gico que, si el Gobierno quiere seguir adelante con sus prop¨®sitos, debiera realizar una consulta popular, tanto m¨¢s que no est¨¢ mandatado, ni siquiera por su electorado, para realizar esta dram¨¢tica operaci¨®n, tan fr¨ªvolamente como se propone. No olvidemos que en las elecciones generales de 1979, que convirtieron a UCD en la minor¨ªa mayoritaria, el tema no fue objeto de debate, ya que, si lo hubiera sido, y dada su trascendencia, quiz¨¢ los resultados se hubieran invertido. Por ello no distorsiona la realidad tildar de fraude la implementaci¨®n de unos votos para un destino que no fue sacado, entonces, a colaci¨®n.
El asunto es grave. Resulta evidente que los socialistas nos encontramos a gusto en el contexto democr¨¢tico del Occidente, y entendemos que de alguna forma defendemos valores queridos, defendi¨¦ndolo. Lo mismo puede pensar, y de hecho es as¨ª, el Gobierno. Mas la diferencia es principal. Mientras la actitud de ¨¦ste parece dictada por el mero mantenimiento de intereses sectoriales y sectariales, cuando no dif¨ªcilmente individualizados, la nuestra apunta a fortalecer la seguridad con los menores costes posibles.
Pedir a los ciudadanos que, expresen su opini¨®n en materia que tan agobiadoramente les afecta tanto en su dimensi¨®n colectiva como personal, ?parece exagerado? Hay ocasiones en que lo exagerado y lo deformante procede de la moderada discreci¨®n de los conservadores.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Diplomacia
- CEOE
- Opini¨®n
- Pol¨ªtica defensa
- Organizaciones empresariales
- OTAN
- Pol¨ªtica exterior
- Fuerzas armadas
- Sindicatos
- Organizaciones internacionales
- Sindicalismo
- Relaciones internacionales
- Gobierno
- Espa?a
- Relaciones laborales
- Empresas
- Administraci¨®n Estado
- Relaciones exteriores
- Administraci¨®n p¨²blica
- Pol¨ªtica
- Econom¨ªa
- Trabajo
- Defensa