Los supervivientes del holocausto jud¨ªo se reunieron en Jerusal¨¦n
Cerca de 10.000 personas asistieron el pasado jueves, ante el Muro de las Lamentaciones de Jerusal¨¦n, a una impresionante ceremonia que clausur¨® la Reuni¨®n Mundial de los Supervivientes Jud¨ªos del Holocausto, en el transcurso de la cual se ley¨® un testamento redactado en seis idiomas.El texto, firmado por todos los participantes, pide que sea transmitida ?de generaci¨®n en generaci¨®n la memoria de los seis millones? de v¨ªctimas del holocausto nazi, y a?ade: ?Recordad lo que los asesinos alemanes y sus c¨®mplices hicieron al pueblo jud¨ªo. Acordaos de lo que un mundo indiferente nos ha hecho sufrir?.
Los supervivientes saludaron ? el milagro de renovaci¨®n de la tierra de nuestros antepasados, constituida en el Estado de Israel?.
El primer ministro israel¨ª, Men¨¢jem Beguin, pronunci¨® un encendido discurso a favor de la inmigraci¨®n a Israel, y se refiri¨® al ataque, jud¨ªo contra la central nuclear iraqu¨ª de Tammuz, afirmando que ?Israel no permitir¨¢ jam¨¢s a un enemigo fabricar armas de destrucci¨®n masiva que puedan ser utilizadas contra el pueblo jud¨ªo. Nunca?.
Miles de personas ataviadas con trajes veraniegos, provistas de c¨¢maras fotogr¨¢ficas y acompa?adas de sus familias, ¨ªnvadieron Jerusal¨¦n, y si no todos llevaban el distintivo de congresistas, la mayor parte ten¨ªan visible en el antebrazo izquierdo la marca indeleble, grabada a fuego por los nazis en los campos de concentraci¨®n, de su n¨²mero de matr¨ªcula.
Se notaba que no eran turistas comunes. Todos, hace cuarenta a?os, viajaron un d¨ªa hacia Maidanek, Sobibor, Treblinka, Matthausen, Bergen-Belsen o Auschwitz, los campos de exterminio nazis.
?Durante las ceremonias, todos juntos, hemos recordado los tiempos de los campos?, declar¨® un congresista. ?Ahora estamos otra vez todos juntos, pero con un aspecto diferente. Llevamos pantalones vaqueros y ramilletes de flores. Esto puede parecer irrisorio, pero fueron millones los que murieron. La mayor parte de nosotros, los supervivientes, no ha podido venir. Esta reuni¨®n prueba que estamos vivos, y es necesario que seamos no s¨®lo testigos del horror, sino tambi¨¦n de la esperanza?.
La ceremonia sirvi¨® adem¨¢s para reflexiones de distinto tipo: ?Todas las heridas que cre¨ªa que se me hab¨ªan cerrado se han vuelto a abrir?, dice uno. ?Ayer, en el hotel, mi madre me cont¨® lo que nunca quiso decirme. Si no hubi¨¦semos venido, jam¨¢s lo sabr¨ªarnos?, coment¨® el hijo de una anciana superviviente llegada desde Filadelfia.
No faltaron escenas de emoci¨®n cuando una persona se abalanz¨® a la tribuna oficial a saludar a un camarada que cre¨ªa desaparecido hace 38 a?os. Simone Veil, presidenta del Parlamento Europeo, se reuni¨® con sus compa?eros del campo de Auschwitz.
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