La Uni¨®n Sovi¨¦tica trata de recomponer su estrategia para neutralizar la renovaci¨®n en Polonia
El Kremlin, rebasado por las circunstancias, trata de recomponer su estrategia con respecto a Polonia. Esta es la impresi¨®n que mantienen estos d¨ªas buena parte de los observadores de la capital sovi¨¦tica. En algo que se parece bastante a una carrera contra reloj, s¨®lo quedan tres semanas para que el Partido Obrero Unificado Polaco (POUP). inaugure su congreso, a¨²n no est¨¢ claro qu¨¦ es lo que puede hacer Mosc¨² para neutralizar a los partidarios de grandes reformas en el POUP. El agravamiento de la tensi¨®n internacional, por otra parte, no parece ayudar a la pac¨ªfica soluci¨®n de la crisis.
La carta que los dirigentes sovi¨¦ticos enviaron hace dos semanas a sus colegas polacos no ha dado resultados aparentes. Esta advertencia del Kremlin ha servido m¨¢s bien para dar el espaldarazo oficial al lenguaje, un tanto crispado, utilizado en los ¨²ltimos tiempos por la Prensa de la URSS.A lo largo del ¨²ltimo a?o, Mosc¨² ha ido corrigiendo sus puntos de vista en funci¨®n de los avances conseguidos por las llamadas ?fuerzas antisocialistas?.
Puestos en guardia de antemano por la preocupante situaci¨®n econ¨®mica de Polonia, los dirigentes sovi¨¦ticos actuaron con gran calma frente a las huelgas del pasado mes de agosto y aceptaron, como mal menor, los acuerdos de Gdansk y la legalizaci¨®n de Solidaridad.
Banco de pruebas
A¨²n hoy hay quienes sostienen que la URSS ve¨ªa y sigue viendo en el proceso polaco un excelente banco de pruebas en el que experimentar los problemas del socialismo. Desde esta perspectiva, el duro lenguaje empleado por la Prensa sovi¨¦tica servir¨ªa tan s¨®lo para imponer cierta calma a los sectores reformistas del POUP y desalentar posibles pr¨¢cticas innovadoras espont¨¢neas en otros pa¨ªses del este de Europa.
Los que sostienen esta tesis refuerzan sus argumentos con los resultados de la visita a Varsovia de Mijail Suslov, el guardi¨¢n de la ortodoxia del Partido Comunis ta de la Uni¨®n Sovi¨¦tica (PCUS).
Cuando, a finales de abril, Suslov viaj¨® a Polonia, la Prensa sovi¨¦tica ven¨ªa dando ya, desde semanas antes, la impresi¨®n de desconfiar de las autoridades polacas. Sin embargo, y a pesar de ello, fue el propio Suslov el que dio luz verde a la legalizaci¨®n de la rama campesina de Solidaridad, aceptando as¨ª de hecho la creaci¨®n de una peque?a patronal agraria.
No obstante, buena parte de los observadores piensan que la utlizaci¨®n de la crisis polaca como banco de pruebas finaliz¨® a comienzos de este a?o. Hay quienes recuerdan que en 1968 -durante la primavera de Praga- se manejaron tesis semejantes, pero que el excesivo ritmo de la experiencia aconsej¨® entonces la vuelta a la normalidad.
Pero si alguna vez el Kremlin vio en la crisis polaca una experiencia constructiva, el agravamiento de las tensiones, seg¨²n algunos, aconsej¨® la llegada al poder de un militar. El pasado mes de febrero, el general Jaruzelski era nombrado primer ministro de Polonia. Durante un tiempo, la Prensa sovi¨¦tica mantuvo una tregua en sus cr¨ªticas a la evoluci¨®n de la situaci¨®n polaca.
Ya desde la primavera, la creaci¨®n en Turon de nuevas formas de participaci¨®n directa en el POUP (las llamadas ?estructuras horizontales?) pusieron en alerta al Krerrilin. Hab¨ªa comenzado la cuenta atr¨¢s para la apertura del IX Congreso,del POUP cuando, el 5 de junio, el Comit¨¦ Central del PCUS enviaba una dura advertencia a los dirigentes comunistas de Varsovia.
A pesar del severo tono empleado por los dirigentes sovi¨¦ticos, el und¨¦cimo pleno extraordinario del POUP decidi¨® continuar el proceso renovador.
En Mosc¨² se trata ahora de adivinar hasta qu¨¦ punto los sovi¨¦tidos permitir¨¢n que se les siga yendo de las manos el proceso polaco. Pero, sobre todo, la inc¨®gnita es saber qu¨¦ es lo que el Kremlin puede hacer para evitar el triunfo de las tesis reformistas en el pr¨®ximo congreso del POUP.
El sector duro del partido polaco ha recibido ya el respaldo de la Prensa sovi¨¦tica, pero no existen garant¨ªas de que basten sus esfuerzos para provocar una ?vuelta ala normalidad?.
Entre las hip¨®tesis que se manejan en la capital de la URSS hay dos que parecen tener mayor n¨²mero de adeptos. Unos creen que el Kremlin puede tratar de cortar su ayuda econ¨®mica a Polonia, dejando pudrir la crisis. Pero esta medida provocar¨ªa efectos impensados: lejos de lograr el estrangulamiento de la econom¨ªa polaca, la crisis podr¨ªa agudlizarse, radicalizando a¨²n m¨¢s las posturas que hoy son tan s¨®lo reformistas.
Las diversas fuentes oficiosas moscovitas parecen empe?adas en desechar la posible intervenci¨®n en Polonia de fuerzas del Pacto de Varsovia.
Desde el pasado verano cuando el Kremlin demostraba tener grandes reservas de paciencia- son muchas las cosas que han cambiado en el panorama, internacional. Por aquel entonces, la URSS conservaba a¨²n,la esperanza de una posible vuelta a la distensi¨®n en el panorama internacional.
El aumento de la tensi¨®n internacional puede facilitar, seg¨²n algunos observadores, la adopci¨®n de medidas dr¨¢sticas que traten de abortar el proceso polaco.
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