La organizaci¨®n de los pr¨®ximos festivales de Granada ya est¨¢ en marcha
Beethoven, Falla y Picasso, protagonistas de la edici¨®n de este a?o
Dos conciertos dirigidos por Jes¨²s L¨®pez Cobos en la Orquesta Nacional, de la que es director asociado, han clausurado la 30? edici¨®n del Festival Nacional de M¨²sica y Danza en medio de un ambiente clamoroso. Esta edici¨®n ha sido un completo ¨¦xito, que hace albergar un gran optimismo sobre la del pr¨®ximo a?o, de la que ya hay carteles anunciadores y cuya organizaci¨®n est¨¢ en marcha.
Director general de M¨²sica de la Opera de Berl¨ªn, director principal invitado de la Filarm¨®nica de Londres, nombre habitual en los teatros de ¨®pera europeos y americanos, L¨®pez Cobos goza de s¨®lido prestigio.En Espa?a podr¨ªamos decir sin exageraci¨®n que el director zamorano ha ingresado en la mitolog¨ªa musical con todo lo que esto pueda tener de positivo y hasta de peligroso. Ahora se le espera como titular de la Orquesta Nacional, lo que al parecer no ser¨¢ posible hasta dentro de dos a?os. Pero desde su posici¨®n de asociado y desde su gran capacidad de trabajo, L¨®pez Cobos dedica a nuestra orquesta bastantes horas de sus ocupaciones y preocupaciones.
Ya sabemos el poder de convocatoria de la Novena sinfon¨ªa. Tambi¨¦n la fuerte brillantez que caracterizan las versiones del Orfe¨®n Donostiarra dirigido por Ayestar¨¢n. Si a esto a?adimos la vuelta de Pilar Lorengar, espl¨¦ndida de voz y estilo, y la colaboraci¨®n de mezzo soprano de Alfreda Hodgson, podemos olvidar los menores m¨¦ritosidel tenor Laubenthal y el bajo Gr?nr¨®os.
Lo cierto es que al concluir el Himno a la alegr¨ªa, el patio de Carlos V, lleno hasta rebosar, estall¨® en una ovaci¨®n que dur¨® varios minutos. Por su formaci¨®n, por su sensibilidad -tan vocada hacia la m¨²sica de contenido dram¨¢tico-, por el cuidado detallista en los ensayos, L¨®pez Cobos hace una versi¨®n bien construida y vigorosa de la Novena sinfon¨ªa, anuncio espl¨¦ndido de la que har¨¢ dentro de unos a?os, pues pentagramas como ¨¦stos han de vivirse durante largo tiempo, imposible dada la juventud de Jes¨²s L¨®pez Cobos.
Como resultado de un pensamiento maduro, sus versiones de Ravel alcanzaron en el primer concierto de la Orquesta Nacional unos niveIes no s¨®lo buenos sino interesantes. El irrenunciable sentido cl¨¢sico que caracteriza lo espa?ol asom¨® con perfiles definidos en la Rapsodia espa?ola y el Bolero, de Mauricio Ravel. La rapsodia supone una suma quintaesenciada de evocaciones, el t¨¦rmino m¨¢s querido por Alb¨¦niz y Falla. Es m¨²sica de im¨¢genes, as¨ª como el Bolero lo es de gesto y ritmo en sus geniales planteamientos de situaci¨®n l¨ªmite.
Siete canciones
Alicia Naf¨¦ cant¨® con veracidad y elegancia las siete canciones populares de Falla, seg¨²n orquestaci¨®n del italiano Luciano Berrio, el c¨¦lebre autor de la Sinfon¨ªa sobre Mahler y los folk-songs. Instrumentaci¨®n m¨¢s funcional que la de Ernesto Halffter, me parece m¨¢s bella la del disc¨ªpulo de don Manuel.Como apunt¨¦ el d¨ªa del estreno en Londres, decepciona un tanto lo impersonal de la contribuci¨®n de Verio, que, en las mismas folk-songs presenta momentos m¨¢s cercanos a la est¨¦tica fallesca. Con todo, la obra se escucha bien y aun estar¨ªa mejor si se suprimieran algunos toques de color espa?olistas (pandereta, casta?uelas) ajenos a la voluntad estilizadora del compositor gaditano.
Si las canciones populares nos, muestran el comienzo genial del nacionalismo de Falla, el tercer concierto para piano representa las horas finales de m¨¢s trascendido hungarismo de Bartok. P¨¢ginas de honda serenidad y singular¨ªsima riqueza, que la brasile?a Cristina Ortiz expone con preciosa t¨¦cnica y alta sensibilidad expresiva. L¨®pez Cobos y la Orquesta Nacional colaboraron desde una muy precisa identificaci¨®n con la solista. En resumen, dos grandes jornadas para Jes¨²s L¨®pez Cobos y una clausura excelente de la 30, edici¨®n del festival granadino.
Picasso y la m¨²sica
En el ciclo de conferencias, Federico Sope?a desarroll¨® en el palacio de la Madraza el tema Picasso y la m¨²sica desde. unos enfoques tan agudos como acertados. As¨ª, el doble concepto de musicalidad y antimusicalidad en la obra y la vida del genial pintor malague?o.Con todo, el hecho d¨¦ que m¨¢s, de 2.000 obras del inmenso cat¨¢logo de Picasso, todav¨ªa incompleto, aparezcan ligadas a la m¨²sica concede al tema importancia y atractivo extraordinario. La ce?ida disertaci¨®n de Sope?a nos hace esperar con impaciencia su pr¨®ximo libro sobre tan significativa y poco desarrollada cuesti¨®n.
Y puesto que de artes pl¨¢sticas hablamos, habr¨¢ que aludir a dos magn¨ªficas exposiciones del festival: la del pintor Jos¨¦ Guerrero, de conceptos siempre musicales, y la del escultor Venancio Blanco, en el que se al¨ªan lo dram¨¢tico y lo coreogr¨¢fico.
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