Espa?a no hizo el rid¨ªculo ante Brasil
ENVIADO ESPECIAL Espa?a no hizo el rid¨ªculo ante Brasil. No hubo la goleada que se anunciaba. No hubo superioridad abrumadora como se tem¨ªa. Espa?a no s¨®lo se defendi¨® con dignidad, sino que en el primer tiempo mereci¨® la consecuci¨®n de alg¨²n gol. Las grandes estrellas brasile?as, a las que en principio se las dej¨® jugar con libertad, no impusieron su clase. La diferencia del juego entre espa?oles y brasile?os fue m¨¢s bien conceptual, los locales fueron los artistas: los espa?oles, los artesanos, pero el valor de la producci¨®n de ambos no estableci¨® grandes diferencias.
Los comienzos no fueron alentadores para Espa?a porque Brasil comenz¨® a moverse con gran soltura sobre el h¨²medo c¨¦sped del estadio Fonte Nova. Los centrocampistas brasile?os centraron su juego en S¨®crates, al que concedieron la direcci¨®n, y su primera obsesi¨®n fue variar de posici¨®n para despistar a sus pares, que efectivamente hubo momentos en que no supieron a qui¨¦n marcar. Los libres directos lanzados con gran potencia y habilidad y los c¨®rneres directos de Eder crearon un cierto temor entre los espa?oles, pero paulatinamente el peligro se fue conjurando a base de sacrificio.
Santamar¨ªa se jug¨® la baza de S¨¢nchez para arropar el centro del campo y posibilitar con ello que Juanito se quedara en posici¨®n m¨¢s avanzada. S¨¢nchez trat¨® de vigilar que Junior no llegara solo por su banda y durante el primer per¨ªodo lo consigui¨®. Los brasile?os, no obstante, con la improvisaci¨®n constante de Paulo Isidoro, que hu¨ªa de Gordillo, y la entrada en tromba de hasta cinco hombres, llegaron a inquietar a Arconada, que tuvo que usar de todos sus recursos para impedir el gol. Desde lejos, en disparos endiablados, y en los centros desde las bandas el meta de la Real paso m¨¢s de un apuro.
La serenidad de Arconada y la
eficacia de Tendillo -el mejor hombre de la defensa- y la templanza de Alexanco dieron ¨¢nimos al resto para intentar aventuras. El equipo espa?ol, en el ¨²ltimo cuarto de hora del primer per¨ªodo domin¨® la situaci¨®n y lleg¨® a disponer hasta de cinco ocasiones de gol. En la primera, Luiznho tuvo que despejar en ¨²ltima instancia un tiro de S¨¢nchez. La segunda, que fue la mejor, la salv¨® el meta, que sali¨® a despejar un bal¨®n controlado por Satr¨²stegui, que se qued¨® solo ante ¨¦l. El realista, que acababa de sufrir un tir¨®n, no pudo batirle. Joaqu¨ªn y Alexanco pusieron los corazones en las gargantas, pero tampoco fue posible. Hasta el pitido del ¨¢rbitro, todos los malos esp¨ªritus a los que tanto temen los bahianos se concentraron sobre el ¨¢rea de Peres.La segunda mitad fue m¨¢s f¨¢cil para Brasil porque de entrada Perivaldo se convirti¨® en un extremo m¨¢s al no tener a Juanito cerca. Perivaldo y Paulo Isidoro lograron imponerse a Gordillo, y por esa zona llegaron los mayores sustos. El gol descorazon¨® un poco a los espa?oles, y ello permiti¨® jugar a los brasile?os con absoluta tranquilidad. Tanto que en el primer cuarto de hora solamente Joaqu¨ªn dispar¨® a puerta. El resto del tiempo ni siquiera se cruz¨® el medio campo.
Los brasile?os hicieron un f¨²tbol m¨¢s f¨¢cil, m¨¢s bonito, pero no tuvieron continuidad en sus r¨¢fagas exultantes. Espa?a volvi¨® a reaccionar y en los minutos finales intent¨® el empate. Alonso lo tuvo en sus pies, pero ya entonces le faltaban fuerzas para revolverse con prontitud y aprovechar la ocasi¨®n. Incluso en el minuto final Juanito puso el p¨¢nico en los espectadores, que ya por entonces llevaban varios minutos silbando a los suyos.
Espa?a se defendi¨® bien y contraatac¨® en el primer tiempo con la celeridad que el terreno permit¨ªa. Espa?a mostr¨® m¨¢s fortaleza que en anteriores encuentros, pero de nuevo se produjo esa falta de engarce que ha de tener el f¨²tbol para ser absolutamente macizo. La voluntad, los deseos de obtener un resultado satisfactorio ante un adversario tan cualificado, permitieron en muchos momentos olvidar las fallas fundamentales del equipo.
De cualquier manera, ante la evidencia hay que rendirse, y Brasil en los pocos momentos en que jug¨® a su ritmo produjo un espect¨¢culo grandilocuente. Las paredes al primer toque, los cambios de juego y de ritmo en la carrera, las improvisaciones sobre la marcha, son cualidades que necesariamente hay que admirar. El terreno de juego posiblemente impidi¨® a Brasil mantener el ritmo vertiginoso del comienzo. Una selecci¨®n que sea capaz de jugar durante noventa minutos de esa manera es indudablemente una de las favoritas para el Mundial. Aunque ante Espa?a no se movi¨® como se esperaba, los valores futbol¨ªsticos se le suponen. Espa?a, que estuvo muy bien en muchos momentos, si logra armar mejor su juego y cuenta con los tres hombres que necesita no saldr¨¢ a la cancha con el miedo metido en el cuerpo.
El partido, por RTVE el domingo
El encuentro ser¨¢ pasado por las pantallas de televisi¨®n el domingo, a partir de las diez de la noche, en la primera cadena.
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