Machado-Picasso
El famoso cuadro Guernica va a volver a Espa?a, mejor dicho, vendr¨¢ por primera vez al pa¨ªs que lo motiv¨®, para, definitivamente, permanecer en ¨¦l y ser admirado por todos los espa?oles. Yo me alegro.En estos a?os, desde la muerte del dictador, todo es confuso y est¨¢ .distorsionado por los forjadores de una democracia que todav¨ªa, desgraciadamente, no es plena, y sospecho que tardaremos muchos a?os en disfrutarla como la queremos los aut¨¦nticos dem¨®cratas, entre los que, qu¨¦ duda cabe, se encontraban Antonio Machado y Pablo Picasso.
Voy a tratar de explicarme. El cuadro Guernica, que fue encargado por el Gobierno de la Rep¨²blica, ?fue pagado, aunque fuese simb¨®licamente, por el citado Gobierno leg¨ªtimo, al pintor? Si as¨ª ha sucedido, y se puede demostrar, el Guernica pertenece al Estado espa?ol y la familia Picasso nada tiene que exigir en este caso. Y si esto no es as¨ª, o no se puede demostrar fehacientemente, el cuadro pertenece a la familia y ellos deben decidir.
En las recientes declaraciones efectuadas por la hija de Picasso, Maya, en Ginebra, tiene toda la raz¨®n y la defiende con valent¨ªa, pues si es demostrable que su padre pidi¨® que el cuadro permaneciera fuera de Espa?a hasta la proclamaci¨®n de la Rep¨²blica, dicha obra no debe volver.
En Espa?a disfrutamos de una monarqu¨ªa cuya cabeza visible es indudable que defiende a su dinast¨ªa y a la democracia mon¨¢rquica, pero que para nosotros tiene el condicionamiento, important¨ªsimo, de que fue nombrado por Franco y que no se ha hecho una consulta libre y con igualdad de oportunidades para todas las opciones sobre la forma de Estado. Se decidi¨®, por parte de los herederos de Franco, que Espa?a fuera una m¨®narqu¨ªa y punto.
Con esta situaci¨®n han transigido todos los partidos pol¨ªticos parlamentarios, desde el PC a FN. Bien, aceptamos la decisi¨®n de la mayor¨ªa, como dice Maya Picasso, pero no estamos de acuerdo.
Picasso, como Machado, era republicano, y seguro que si vivieran lo ser¨ªan tambi¨¦n ahora, y por eso nos parece extraordinaria la opini¨®n de Bergam¨ªn y Alberti en su art¨ªculo de EL PA?S, oponi¨¦ndose al traslado de los restos de Machado a Espa?a, que, como dijo el d¨ªa 2, en el programa Esta noche de televisi¨®n, el citado poeta Alberti, ?lo quieren traer los mismos que le obligaron a exiliarse?.
Basta ya de hacer propaganda f¨¢cil queriendo, con actos de relumbr¨®n, demostrar al mundo que en Espa?a no se discrimina a nadie, cuando el haber sido republicano y mantener ese ideal, aqu¨ª y ahora, supone una total marginaci¨®n.
Si hubiera vivido Valle Incl¨¢n, ?hubiera aceptado el marquesado, para ser tratado por el mismo rasero que el marqu¨¦s de Arias Navarro, el duque de Fern¨¢ndez Miranda o el duque de Su¨¢rez?
Mientras esto sucede, la democracia espa?ola margina a los militares de la Rep¨²blica y paga a plazos las pensiones de los muertos de la zona leal, y los partidos llamados de izquierda reclaman y consiguen miles de millones de pesetas por el patrimonio sindical, mientras los defensores de esa rep¨²blica de Machado, Picasso y tantos otros. se mueren de hambre / presidente de ARDE.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.