Segovia: pol¨¦mica auton¨®mica

Grup¨²sculo segovianista. El art¨ªculo de Pedro Altares recoge toda una serie de clich¨¦s y t¨®picos latiguillos, sin duda procedentes de la Comunidad Castellana, grup¨²sculo segoviano seudocultural anclado en unos presupuestos historicistas nada cient¨ªficos, cerrilmente opuesto a la unidad de Castilla y Le¨®n.El art¨ªculo contiene graves imprecisiones, por cuanto lo son sobre aspectos sustanciales del contencioso, tales como la postura que dentro del mismo han adoptado los ayuntamientos de la provincia y la propia UCD de Segovia (ni unos ni otra se han pronunciado a favor de la autonom¨ªa uniprovincial, como se afirma). Es gratuito decir que las elites culturales son contrarias a dicha integraci¨®n.

Los ¨²nicos entes que se han manifestado a favor de la alternativa uniprovincial han sido las c¨¢maras agrarias, de comercio e industria y de la propiedad urbana, como resultado de la estrategia desplegada

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por una llamada ?plataforma segovianista?, promovida precisamente por el antedicho grup¨²sculo (reducido en afiliados, pero ancho en influencias). Este movimiento cuenta con el apoyo de cierto sector de UCD de Segovia, encabezado por los diputados Modesto Fraile y Carlos Gila, que est¨¢n haciendo el vergonzoso doble juego de forzar artificialmente un estado de opini¨®n que despierta falsas expectativas, con el ¨²nico objeto final de medrar mediante el chantaje de crear un partido de corte provincianista, del que la citada ?plataforma?, en la que junto a historicistas contumaces se han apuntado oportunistas ¨¢vidos de proyecci¨®n pol¨ªtica, ser¨ªa embri¨®n. A tal disparate ha llegado la situaci¨®n, que, por ejemplo, Carlos Gila -concesionario de Campsa en Segovia por herencia familiar, que se remonta a la dictadura de Primo de Rivera- califica de ?acuerdo fascista? el tomado en Madrid por los cuatro partidos mayoritarios (entre ellos, el suyo) y se queda tan fresco. O el delegado provincial del Consejo Superior de Deportes, el inefable Pepe Castrillo, que simultanea su cargo con la realizaci¨®n de un informativo (?) diario de hora y media de duraci¨®n en la emisora local, llama ?fascista? al diputado del PSOE Luis Solana por haber tenido la osad¨ªa de mostrarse favorable a dicho acuerdo. Que el diario lo cal, que cobija y, con frecuencia, asume en su l¨ªnea editorial posiciones como la de Gila, defienda a ultranza la autonom¨ªa uniprovincial se corresponde con el hecho de que su consejero-delegado y mayor accionista sea el titular de una de las c¨¢maras. Y que el se?or Castrillo adopte semejante postura es tambi¨¦n muy comprensible, ya que con ello, adem¨¢s de agradecer la prebenda, al propio tiempo la defiende, ya que el cargo que ocupa desaparecer¨¢ si Segovia no alcanza el status de comunidad aut¨®noma. Todo esto es habitual en Segovia, y a ello casi nos estamos acostumbrando. Pero que nos echemos a la vista EL PAIS y tengamos que leer cosas como algunas de las escritas por Pedro Altares nos parece, sencillamente, demasiado./