Duras cr¨ªticas a las utop¨ªas marxistas y al reformismo liberal
Intervenci¨®n de los profesores Gonz¨¢lez Quir¨®s, Fern¨¢ndez de Castro y Tr¨ªas Vejarano en la Universidad Men¨¦ndez y Pelayo
La cr¨ªtica de las utop¨ªas marxistas y la del reformismo liberal del siglo XX, calificada esta ¨²ltima como utop¨ªa negativa, son dos aspectos destacables del curso Utop¨ªa y pensamiento ut¨®pico, que cumple su segunda semana en la Universidad Internacional Men¨¦ndez y Pelayo, despu¨¦s de los an¨¢lisis iniciales de Emilio Lled¨®, Javier Muguerza y Luis Gonz¨¢lez Seara.
El profesor de Filosof¨ªa de la Naturaleza Jos¨¦ Luis Gonz¨¢lez Quir¨®s titul¨® su lecci¨®n Las utop¨ªas negativas en el siglo XX, y analiz¨® la funci¨®n del pensamiento ut¨®pico como pensamiento cr¨ªtico y la concreta expresi¨®n de esa cr¨ªtica en las obras de Orwell y Huxley, as¨ª como en la utop¨ªa del psic¨®logo conductista B. F. Skinner. Tras hacer una caracterizaci¨®n de las sociedades ut¨®picas se?al¨® el aspecto de advertencia que han tenido para la ideolog¨ªa liberal las pesadillas imaginadas en nombre de una supuesta perfecci¨®n social.?Pese a todo ello, el utopismo tiene un claro componente ¨¦tico, que ha sido generalmente reivindicado por los medios intelectuales socialistas como consecuencia del desprestigio del llamado socialismo cient¨ªfico?. Seg¨²n Gonz¨¢lez Quir¨®s, ?es preciso recuperar el esp¨ªritu original de La utop¨ªa, de Moro (y la del propio Plat¨®n), desvincul¨¢ndolo de la pretensi¨®n de encontrar un modelo de sociedad (y de socialismo) perfecto y asumiendo que es en el mundo concreto de la confrontaci¨®n pol¨ªtica donde es posible y ¨¦ticamente necesario trabajar en la b¨²squeda y consolidaci¨®n de formas m¨¢s enriquecedoras y humanas de sociedad libre y plural; es decir, que la utop¨ªa s¨®lo deja de tener efectos indeseables cuando se asume como gu¨ªa de sucesivas reformas?.
La utop¨ªa alemana, con referencia a Carlos Marx, fue examinada por el soci¨®logo Ignacio Fern¨¢ndez de Castro, que situ¨® el pensamiento del autor de El capital en aquella ¨¦poca de la cultura occidental, en la que ¨¦l pensamiento temporal conviv¨ªa con un pensamiento teol¨®gico. La esencia del pensamiento ut¨®pico hasta la ¨¦poca consist¨ªa en situar en un lugar que no exist¨ªa una configuraci¨®n temporal de la perfecci¨®n, una configuraci¨®n de lo que s¨ª exist¨ªa. En la ¨¦poca moderna, la utop¨ªa se hace historia, se convierte en un mecanismo intencional de cambio de la sociedad. En este punto de ruptura sit¨²a Fern¨¢ndez de Castro el pensamiento alem¨¢n desde Kant, y especialmente el pensamiento de Marx.
El meollo de la concepci¨®n marxista de la utop¨ªa se encuentra en la descripci¨®n del trabajo de El capital, tomo I. Lo que distingue al peor arquitecto de la mejor abeja es que aqu¨¦l tiene siempre una idea anterior de lo que pretende realizar. La historia es un proceso de contradicci¨®n permanente entre las ideas y su realizaci¨®n material. La utop¨ªa supone la supresi¨®n de esta contradicci¨®n.
En la utop¨ªa marxista hay una conversaci¨®n del poder desde el sujeto al objeto. El discurso marxista impone al sujeto del poder -que es el obrero- su propio futuro y, en consecuencia, le convierte en objeto. Es un modelo que se impone como norma, como ley. El determinismo hist¨®rico en Marx equivale a un planteamiento iusnaturalista, con lo cual, cuando el sujeto se obstina en no realizarse, muere. Este problema ha originado una cr¨ªtica liberal f¨¢cil al pensamiento ut¨®pico: la de que ¨¦ste encierra un principio totalitario. ?Esta cr¨ªtica es inadecuada?, dir¨ªa Fern¨¢ndez de Castro.
El conferenciante fue tambi¨¦n cr¨ªtico con la utop¨ªa marxista, pero desde otra perspectiva. En primer lugar, critic¨® la idea de que el sujeto que proyecta el marxismo sea el mismo que act¨²a. ?Esta identidad no se ha dado nunca: uno es el que conoce la materia y otro el que ejecuta este conocimiento. La historia est¨¢ llena de personas que ejecutan proyectos ajenos, lo cual abre el camino al riesgo de que el proyecto, el discurso del conocimiento, sea manipulado. Aqu¨ª radica la distinci¨®n entre utop¨ªa e ideolog¨ªa?.
Rechaz¨® tambi¨¦n el que el proyecto formulado est¨¦ siempre condicionado por unos significados acumulados hist¨®ricamente. ?Esto es, el propio lenguaje en que se articula el discurso ha de hacerse en el cauce de unas necesidades que no son las aut¨¦nticamente sentidas, porque se formulan en t¨¦rminos previos, y no comparti¨® el intento de Marx de situar al hombre en la historia para hacer vivir una historia que no es la suya. Le va a hacer vivir una vida que no es la suya: el hombre vivir¨¢ la historia de la Humanidad, pero no la de cada hombre como individuo?, concluy¨®.
Las ideas de Plat¨®n
El profesor de Historia de las Ideas Pol¨ªticas de la Universidad Complutense, Juan Tr¨ªas Vejarano, habl¨® de la utop¨ªa en el pensamiento cl¨¢sico, centr¨¢ndose muy especialmente en Plat¨®n, por ser ¨¦ste ?el ¨²nico pensador griego cl¨¢sico del cual nos queda una utop¨ªa completa?.Si el surgimiento de la utop¨ªa requiere un ambiente intelectual de racionalismo y de secularizaci¨®n, tal ambiente se da en la Grecia de los siglos V y IV antes de Cristo. Sin embargo, la utop¨ªa plat¨®nica surge como reacci¨®n a esa misma polis, lo cual es una paradoja. La reacci¨®n de Plat¨®n es una reacci¨®n a la crisis de la polis democr¨¢tica. La utop¨ªa de Plat¨®n es un intento de reatauraci¨®n de la polis aristocr¨¢tica, un universo cerrado, jer¨¢rquico, inm¨®vil, inspirado pqr la divinidad. Pero, a su vez, incorpora elementos democr¨¢ticos procedentes de aquella polis que Plat¨®n rechazaba.
En las leyes, Plat¨®n trata tambi¨¦n de dibujar una utop¨ªa, pero ¨¦sta ser¨¢ de otro orden. Plat¨®n afirma que Dios debe ser la medida de todas las cosas y no el hombre, como se afirma por ah¨ª. Esto es una referencia clara de Prot¨¢goras y hay que recordar que Prot¨¢goras, en el di¨¢logo plat¨®nico del mismo nombre, es el defensor de la tesis democr¨¢tica, que consiste en dar a los artesanos la capacidad para la lechne pol¨ªtica, cosa que Plat¨®n, siguiendo a S¨®crates, negaba.
Sobre la rep¨²blica, Tr¨ªas Vejarano afirm¨® que Plat¨®n edifica una utop¨ªa basada en una divisi¨®n estricta del trabajo, que se refleja en la topograf¨ªa: en la periferia, campesinos y artesanos; en el centro, los guerreros; en el centro del centro, el templo.
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