Casi todos contra Garc¨ªa Meza
La sublevaci¨®n del lunes contra Garc¨ªa Meza es la quinta en el a?o de reinado del ¨²ltimo dictador militar boliviano y, seg¨²n todos los indicios, el intento m¨¢s serio y organizado para acabar con un Gobierno que ha llevado al pa¨ªs andino a las cotas m¨¢s altas de desprestigio internacional y a sus habitantes -traficantes de droga excluidos- a un grado de humillaci¨®n y pobreza sin precedentes. En marzo de 1981, el general Hugo C¨¦spedes, ex ministro de Hugo B¨¢nzer, dirigi¨® un conato de rebeli¨®n con los cadetes de la Academia Militar de La Paz. Garc¨ªa Meza lo sofoc¨® enviando a su ex ministro del Interior, cerebro del golpe de julio de 1980, coronel Luis Arce, y sus paramilitares al instituto castrense y nombrando posteriormente a Arce director del centro. La resistencia activa de los cadetes oblig¨® a Meza a destituir a. su hombre fuerte. C¨¦spedes acab¨® asilado en la Embajada brasile?a en La Paz.
Dos meses despu¨¦s, en mayo, el teniente coronel Emilio Lanza, jefe de una unidad de elite en la ciudad de Cochabamba, tercera del pa¨ªs, se sublev¨® y exigi¨® la renuncia de Garc¨ªa Meza, al que acus¨® de haber conducido a Bolivia al m¨¢s absoluto descr¨¦dito internacional y haberse rodeado de una banda de rufianes que desprestigiaban a sus fuerzas armadas. Lanza careci¨® de apoyo en su primera intentona y fue deportado.
Nuevo intento
De regreso a Bolivia, lo volvi¨® a intentar el 26 de mayo pasado, con el apoyo impl¨ªcito del exiliado ex presidente Hugo B¨¢nzer y del general Alberto Natusch. El teniente coronel Lanza se rindi¨® a los soldados de Garc¨ªa Meza despu¨¦s de mantener su rebeli¨®n durante dos d¨ªas, pero consigul¨® hacer insostenible la situaci¨®n del dictador boliviano. En una reuni¨®n de la plana mayor de las fuerzas armadas, celebrada en La Paz a comienzos de junio, los comandantes de las principales unidades del pa¨ªs votan a favor de que
Garc¨ªa Meza, apoyado por los sectores castrenses y civiles m¨¢s relacionados con el tr¨¢fico de coca¨ªna, se vuelve de su decisi¨®n de renunciar. Los generales Cayoja y A?ez encabezan entonces, el 27 de junio, un nuevo pronunciamiento militar, que fracasa al d¨ªa siguiente por falta de apoyo suficiente entre las guarniciones militares. La nueva intentona, sin embargo, escinde definitivamente a las fuerzas armadas bolivianas, y sus sectores institucionalistas, pocos, pero influyentes, deciden apretar hasta el fondo el acelerador del derrocamiento.
Cayoja y A?ez son deportados a Argentina, y entre este pa¨ªs y Per¨², donde Natusch ha permanecido varios meses exiliado, se fragua la quinta sublevaci¨®n, iniciada el lunes en Santa Cruz, y en v¨ªas de consolidaci¨®n.
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